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¿Por qué es importante ser agradecido?


¿Por qué es importante ser agradecido?

El Señor desea que tengamos un espíritu de gratitud en todo lo que hagamos y digamos. Cuando somos agradecidos, tenemos una mayor felicidad y satisfacción en nuestra vida, y reconocemos la influencia y las bendiciones del Señor.

Prepararse espiritualmente

¿Cuáles son algunas de las cosas por las que está más agradecido? ¿Cómo aumentó su felicidad el ser agradecido?

¿Qué pueden hacer los jóvenes para cultivar una actitud de gratitud? ¿Por qué el tener una actitud de agradecimiento podría ser una bendición para ellos ahora y en el futuro?

Estudie con espíritu de oración los siguientes pasajes de las Escrituras y recursos. ¿Qué siente que ayudará a los hombres jóvenes a desarrollar una actitud de agradecimiento?

Lucas 17:11–19 (Jesucristo sana a diez leprosos, y uno vuelve a darle las gracias)

Mosíah 2:20–24 (El rey Benjamín nos enseña por qué debemos alabar y agradecer al Señor)

D. y C. 59:7, 15–21 (Debemos dar gracias por todas las cosas)

Henry B. Eyring, “Gratitud en el día de reposo”,  Liahona, noviembre de 2016, págs. 99–102.

Dieter F. Uchtdorf, “Agradecidos en cualquier circunstancia”, Liahona, mayo de 2014, págs. 70–77.

Russell M. Nelson, “Demos gracias a Dios”, Liahona, mayo de 2012, págs. 77–79; véase también el video “Demos gracias”.

La gratitud”, Para la Fortaleza de la Juventud, 2011, pág. 18.

“¡Grande eres Tú!”, Himnos, Nº 41; “Cuenta tus bendiciones”, Himnos, Nº 157

Enseñar a la manera del Salvador

El Señor invitó a las personas a actuar con fe y a vivir las verdades que Él enseñó. Procuró maneras de que aprendieran por medio de experiencias poderosas. ¿Qué puede hacer usted para ayudar a los hombres jóvenes a percibir el poder de la gratitud en su vida?

Permita que los jóvenes dirijan

Un miembro de la presidencia del cuórum (o un ayudante del obispo en el cuórum de presbíteros) dirige la reunión. Él dirige a los demás jóvenes para que deliberen en consejo en cuanto a los asuntos del cuórum, les enseña sus deberes del sacerdocio (usando las Escrituras y el librito Mi Deber a Dios), los alienta a compartir las experiencias que han tenido al cumplir con su deber a Dios e invita al asesor o a otro miembro del cuórum a enseñar una lección del Evangelio. Puede prepararse llenando una Agenda de la reunión de cuórum durante una reunión de presidencia.

Comience la experiencia de aprendizaje

Elija alguna de las ideas siguientes, o utilice las suyas, para repasar la lección de la semana anterior y presentar la de esta semana:

  • Pida a un joven que haga un dibujo que le recuerde algo que aprendió la semana pasada.

  • Asigne a cada joven una letra del alfabeto y dele un minuto para hacer una lista de todas las bendiciones en las que pueda pensar que empiecen con esa letra. ¿Por qué a veces ignoramos las aparentemente pequeñas bendiciones que el Señor nos ha dado? Pida a un miembro del cuórum que lea Doctrina y Convenios 46:32 o 59:21. ¿Cómo podemos demostrar mayor gratitud “por cualquier bendición con que [seamos] bendecidos”?

Aprender juntos

Cada una de las actividades siguientes ayudará a los miembros del cuórum a comprender la importancia del agradecimiento. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para su cuórum:

  • Escriba las siguientes preguntas en la pizarra: ¿Por qué es importante ser agradecidos? ¿Qué puedo hacer, en especial en el día de reposo, para llegar a ser más agradecido? Invite a cada joven a escoger una de las preguntas y a buscar las respuestas en el discurso del presidente Henry B. Eyring, “Gratitud en el día de reposo”. Cuando terminen, permítales compartir lo que hayan encontrado, e invítelos a hacer un plan para llevar a cabo una de las sugerencias del presidente Eyring.

  • Invite a los jóvenes a leer Lucas 17:11–19 y pídales que compartan lo que piensan acerca de los nueve de diez leprosos que no agradecieron al Salvador. ¿Cuáles son algunas de las cosas que nos impiden expresar gratitud? Invite a los jóvenes a pensar en una bendición que han recibido por la que quizás no han expresado la gratitud apropiada. ¿Por qué es importante expresar gratitud? ¿Qué harán para demostrar gratitud?

  • Diga o lea la historia de los peces del discurso del élder Russell M. Nelson “Demos gracias a Dios”. Pregunte a los jóvenes si alguna vez han ayudado a los demás (al igual que el cuidador de este relato) sin que se les agradezca. Divida el resto del discurso por los encabezados de cada sección y asigne a cada joven una de ellas. Pida a los jóvenes que escriban algo acerca de la gratitud y un pasaje de las Escrituras relacionado con lo que han aprendido (si fuera necesario, sugiera que usen la Guía para el Estudio de las Escrituras). Permita que los jóvenes compartan lo que escribieron y hablen de alguna ocasión en la que se hayan sentido agradecidos por uno de los dones de Dios.

  • Asigne a cada miembro del cuórum que estudie una sección del discurso del presidente Dieter F. Uchtdorf “Agradecidos en cualquier circunstancia” sin facilitarles el título de su sección. Pídales que escriban su propio título; una frase o una oración que piensan que resume lo que han estudiado. Invítelos a compartir los unos con los otros lo que hayan aprendido del consejo del presidente Uchtdorf en cuanto a la gratitud. ¿Que pueden hacer para desarrollar la actitud de gratitud que describe el presidente Uchtdorf?

  • Como cuórum, lean pasajes de las Escrituras y canten himnos de alabanza y de acción de gracias, tales como los que se encuentran en esta reseña. Invite a los jóvenes a buscar frases acerca de las cosas por las que ellos también sienten gratitud o alabanza. Invítelos a compartir frases que hayan elegido, a explicar por qué las han escogido y a expresar los sentimientos de gratitud que tengan.

Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido. ¿Comprenden la importancia de la gratitud? ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a esta doctrina?

Sugerencia para la enseñanza

“Un buen maestro no piensa: ‘¿Qué haré hoy en clase?’, sino, ‘¿Qué harán mis alumnos hoy en clase?’. No piensa: ‘¿Qué enseñaré hoy?’, sino, ‘¿Cómo podré hacer que mis alumnos se den cuenta de lo que tienen que saber?’ (Virginia H. Pearce, en La enseñanza: El llamamiento más importante, 2000, pág. 66).

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Videos: “Enseñarse unos a otros”

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Invítelos a actuar

El joven que dirige concluye la reunión. Él podría:

  • Compartir aquello por lo que se siente agradecido e invitar a los jóvenes a agradecer al Padre Celestial algo por lo que aún no le habían dado las gracias.

  • Alentar a los jóvenes a escribir algunas cosas por las que están agradecidos cada día.

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