Ven, sígueme
¿Cómo puedo llegar a ser un mejor hermano ministrante?


¿Cómo puedo llegar a ser un mejor hermano ministrante?

Prepárese espiritualmente

Como sucede con todo, Jesucristo es nuestro ejemplo perfecto de ministración. Durante Su ministerio, tendió la mano a las personas en particular, satisfizo necesidades temporales y espirituales, y expresó amor sincero por todos. Como discípulos de Jesucristo y poseedores de Su sacerdocio, se nos invita a ministrar como Él lo hizo, en especial a quienes que se nos pide que sirvamos como hermanos ministrantes. Podemos amar, cuidar y fortalecer a esas personas como Cristo lo hizo. Los poseedores del Sacerdocio Aarónico, en particular, tienen el deber de “invitar a todos a venir a Cristo” (Doctrina y Convenios 20:59). Los presbíteros y los maestros tienen los deberes adicionales de “visitar la casa de todos los miembros” y de “velar siempre por los miembros de la iglesia, y estar con ellos y fortalecerlos” (Doctrina y Convenios 20:47, 53). Como Hombres Jóvenes de la Iglesia, tenemos una importante función que cumplir en cuanto a “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39).

Recursos que le ayudarán a prepararse

Este material se halla disponible a fin de ayudarle a prepararse para la sección “Aprender juntos” de la reunión.

Preguntas para reflexionar antes de enseñar

¿Qué ha hecho para seguir el ejemplo del Salvador al haber prestado servicio como hermano ministrante? ¿De qué manera dicha ministración ha bendecido su vida y la de quienes ha servido? ¿Qué experiencias podría compartir con los jóvenes?

¿Qué opinan los jóvenes en cuanto a ser hermanos ministrantes? ¿Qué experiencias podrían compartir los unos con los otros?

¿Qué pueden hacer los jóvenes con el fin de prepararse para aprender? Por ejemplo, podrían leer algún discurso, ver un video o estudiar algún pasaje de las Escrituras relacionado con este tema.

Nota: Al prepararse para esta lección, tal vez desee pedir a las miembros del cuórum que presten servicio como hermanos ministrantes que inviten a sus compañeros de ministración a asistir a la clase y a participar en el análisis sobre cómo llegar a ser mejores hermanos ministrantes.

Enseñar a la manera del Salvador

En toda circunstancia, el Salvador era el ejemplo perfecto y el mentor de quienes enseñaba. ¿Cómo pueden los jóvenes aprender de su ejemplo —así como del ejemplo de otros poseedores del Sacerdocio de Melquisedec— conforme se esfuercen por cumplir con sus deberes como hermanos ministrantes a la manera de Cristo?

Bosquejo de la reunión

1. Deliberar juntos y compartir experiencias

Dirigido por un miembro de la presidencia del cuórum; aproximadamente de 5 a 10 minutos

Dirija un análisis sobre aspectos como los siguientes:

  • Nuestro cuórum: ¿Quién ha faltado hoy? ¿Qué visitas tenemos que hacer? ¿A quién deberíamos invitar a alguna próxima actividad? ¿Quién necesita nuestra ayuda y nuestras oraciones?

  • Nuestros deberes: ¿Qué asignaciones tenemos que cumplir? ¿Qué asignaciones hemos cumplido? ¿De qué manera hemos invitado a otras personas a venir a Cristo y cómo podemos invitar a los demás ahora?

  • Nuestra vida: Recuerde al cuórum el análisis de la última reunión. ¿Qué experiencias hemos tenido al poner en práctica lo que aprendimos? ¿Qué experiencias tuvimos en las últimas semanas que hayan fortalecido nuestro testimonio del Evangelio?

De ser posible, analice esos temas con antelación en una reunión de presidencia de cuórum.

2. Aprender juntos

Dirigido por un líder, un maestro o un miembro del cuórum; aproximadamente de 25 a 35 minutos.

Después de estudiar los materiales mencionados anteriormente y según la inspiración del Espíritu, escoja una o más actividades de las siguientes para ayudar a los miembros del cuórum a entender la doctrina.

  • ¿Qué significa la palabra ministración para los jóvenes que enseña? Para averiguarlo, podría escribir Ministración en la pizarra e invitar a los jóvenes a escribir palabras a su alrededor que ellos relacionen con la ministración. Podrían buscar palabras o frases para agregar a la pizarra de pasajes de las Escrituras como los siguientes: Mateo 25:34–40; Lucas 10:25–37; 2 Nefi 25:26; Mosíah 18:8–9; 3 Nefi 18:25; y Doctrina y Convenios 81:5. ¿Qué aprenden en esos versículos sobre la ministración? Si lo desea, pida a los jóvenes que compartan ejemplos que hayan visto de personas que han ministrado a los demás. ¿Qué pueden hacer los jóvenes para ayudar a las personas a acercarse más a Cristo?

  • Pida a los jóvenes que se dividan en grupos de dos y lean 3 Nefi 17, en busca de lo que pueden aprender del Salvador que pueda ayudarlos al servir como hermanos ministrantes. Invite a cada grupo a compartir lo que hayan encontrado. Por ejemplo, ¿de qué modo ministró el Salvador “uno por uno”? ¿Qué necesidades ministró [o atendió]?

  • Lean juntos Doctrina y Convenios 20:53, e invite a los jóvenes a hacer una lista (o un dibujo) de las maneras en que pueden “velar siempre por los miembros de la iglesia, y estar con ellos y fortalecerlos”. ¿Cuáles son algunas de las maneras en que los jóvenes pueden ministrar a los demás miembros de la Iglesia? Si lo desea, podría invitar al obispo o al presidente del cuórum de élderes a hablar al cuórum sobre cómo seguir el ejemplo de Cristo al ministrar a los miembros del barrio. Los jóvenes podrían pensar de antemano las posibles preguntas que podrían hacerle a esos líderes en cuanto a la ministración. Invite a los jóvenes a planificar cómo mejorar su labor de ministración a otras personas del barrio.

  • Pida a cada joven que lea uno de los relatos del mensaje del élder Jeffrey R. Holland, “Estar con ellos y fortalecerlos”; o del mensaje de la hermana Jean B. Bingham, “Ministrar como lo hace el Salvador”. Pida a cada joven que pase al frente del salón, que narre el relato con sus propias palabras, y que comparta lo que este enseñe sobre cómo él podría ser un mejor hermano ministrante. ¿Qué más de los mensajes ha captado la atención de los jóvenes?

  • Divida el cuórum en dos grupos, y pida a cada grupo que haga una lista de las maneras en que podrían mejorar como hermanos ministrantes. Después de algunos minutos, invite a un grupo a agregar ideas a su lista tomándolas del mensaje del presidente Russell  Nelson, “Ministrar con el poder y la autoridad de Dios”. Invite al otro grupo a agregar ideas a su lista tomándolas del mensaje del presidente Henry B. Eyring, “El ministerio inspirado”. Pida a los grupos que compartan sus listas, y aliente a cada joven a elegir una cosa de la lista que se esforzará por mejorar.

  • Durante la semana anterior a la clase, invite a los jóvenes a ir a ministering.lds.org y buscar algo que los inspire a ser más semejantes a Cristo como hermanos ministrantes y a venir preparados para compartir lo que hayan encontrado. ¿Qué experiencias pueden compartir los jóvenes en las que hayan visto a los hermanos ministrantes bendecir la vida de otras personas?

3. Planear para actuar

Dirigido por un miembro de la presidencia del cuórum; aproximadamente de 5 a 10 minutos

  • Pida a los jóvenes que analicen los sentimientos o impresiones que hayan tenido durante la reunión. ¿Qué fue significativo para ellos? ¿Hay algo que puedan hacer individualmente o como cuórum para poner en práctica lo que han aprendido?

  • Conceda unos minutos a los jóvenes para que escriban qué harán en las próximas semanas para actuar de acuerdo con sus impresiones. Invítelos a compartir sus ideas.

  • Recuerde a los jóvenes que tendrán la oportunidad de compartir sus experiencias al comienzo de la próxima reunión.

Imprimir