¿Qué puedo hacer para ayudar a los nuevos miembros de la Iglesia?
Para muchas personas, pasar a ser miembro de la Iglesia puede ser difícil. Puede que incluya dejar atrás amistades y ajustarse a un nuevo estilo de vida. Cada nuevo miembro de la Iglesia necesita un amigo, una responsabilidad y ser nutrido por “la buena palabra de Dios” (Moroni 6:4). Podemos ayudar a los miembros nuevos al hacernos sus amigos, al servir junto a ellos y al compartir nuestro testimonio con ellos.
Prepararse espiritualmente
Estudie con espíritu de oración los siguientes pasajes de las Escrituras y otros recursos. ¿Qué se ha sentido inspirado de compartir con los jóvenes?
Lucas 22:32; Romanos 15:1–2; Moroni 6:4–5; D. y C. 81:5; 108:7 (Fortalecer a los santos)
“Cómo ayudar a los miembros nuevos y a los menos activos”, La enseñanza: El llamamiento más importante, 2000, pág. 39.
Neill F. Marriott, “¿Qué haremos?”, Liahona, mayo de 2016, págs. 10–12.
Neil L. Andersen, “Cualquiera que los reciba, a mí me recibe”, Liahona, mayo de 2016, págs. 49–52.
“Las amistades”, Para la Fortaleza de la Juventud, 2011, págs. 16–17.
Videos: “Obra misional y retención: Georgia Elias”, “Ayuda a los miembros nuevos a llevar un nombre al templo”
Permita que los jóvenes dirijan
Un miembro de la presidencia del cuórum (o un ayudante del obispo en el cuórum de presbíteros) dirige la reunión. Él dirige a los demás jóvenes para que deliberen en consejo en cuanto a los asuntos del cuórum, les enseña sus deberes del sacerdocio (usando las Escrituras y el librito Mi Deber a Dios ), los alienta a compartir las experiencias que han tenido al cumplir con su deber a Dios e invita al asesor o a otro miembro del cuórum a enseñar una lección del Evangelio. Puede prepararse llenando una Agenda de la reunión de cuórum durante una reunión de presidencia.
Comience la experiencia de aprendizaje
Elija alguna de las ideas siguientes, o utilice las suyas, para repasar la lección de la semana anterior y presentar la de esta semana:
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Ponga a los jóvenes en grupos de dos y concédales un par de minutos para compartir lo que recuerdan de la lección de la semana pasada. Pida a uno de los grupos que compartan con el cuórum lo que recuerdan.
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Invite a los jóvenes a describir algunos sentimientos que acompañan a las nuevas experiencias, como el primer día de clases, participar en un club o equipo, o comenzar un nuevo trabajo. Pídales que analicen cómo estos sentimientos pueden parecerse a los que experimentan los nuevos miembros de la Iglesia. Invítelos a compartir experiencias relacionadas que hayan tenido, ya sea de ellos mismos o de otras personas como nuevos miembros.
Aprender juntos
Cada una de las actividades siguientes ayudará a los miembros del cuórum a aprender cómo pueden ayudar a fortalecer a los miembros nuevos. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para el cuórum:
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Invite a los hombres jóvenes a imaginarse o pensar en un miembro de la Iglesia que tienda la mano a nuevos conversos, quién tal vez proviene de diferente circunstancias que el miembro. El joven podría hacer una lista en la pizarra de las cosas que este miembro de la Iglesia podría hacer o no debería hacer para que el nuevo converso se sienta bienvenido. Élder Neil L. Andersen en ““Cualquiera que los reciba, a mí me recibe” nos contó varios relatos de personas que han tendido una mano a los nuevos miembros, y la hermana Neill F. Marriott en “¿Qué haremos?” habló sobre la bienvenida que ella recibió como nueva conversa de la abuela de su esposo. ¿Qué pueden aprender los jóvenes de estos relatos que podrían agregar a la lista?
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Escriba referencias de las Escrituras en la pizarra (como aquellas que se presentan en esta reseña) en cuanto a nuestra responsabilidad de fortalecer a nuestros hermanos los santos. Pida a cada uno de los jóvenes que lea una de las referencias de las Escrituras, pensando cómo se aplica a los nuevos miembros de la Iglesia. Pídale que escriba en la pizarra un breve resumen del pasaje y que comparta un ejemplo de lo que enseña el principio. Pregunte a los jóvenes por qué es tan importante fortalecer a los nuevos miembros de la Iglesia.
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Invite a los jóvenes a ver el video “Obra misional y retención: Georgia Elias” y a buscar cosas que el nuevo barrio de Georgia hizo para ayudarla a permanecer firme en el Evangelio después de su bautismo. ¿Qué más aprenden de la experiencia de Georgia que les pueda ayudar a fortalecer a los nuevos miembros? Invite a los jóvenes a pensar en cuanto a los nuevos miembros de su barrio. ¿Qué dudas podrían tener? ¿Cómo podrían ayudar los los miembros del cuórum? Como parte de este análisis, tal vez quiera mostrar y hablar sobre el video “Ayuda a los miembros nuevos a llevar un nombre al templo”.
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Invite a los jóvenes a leer “Las amistades” en Para la Fortaleza de la Juventud y que busquen respuestas a la pregunta: “¿Qué significa ser un verdadero amigo?”. Pídales que compartan lo que encuentren y que compartan una experiencia en la que alguien haya sido un verdadero amigo para ellos. ¿Por qué es especialmente importante para nosotros ser buenos amigos de los nuevos miembros de la Iglesia? Invite a los jóvenes a hacer una lista de los nuevos miembros que conocen y a analizar cómo pueden aplicar el consejo que se ofrece en Para la Fortaleza de la Juventud para entablar amistad con ellos.
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Invite al cuórum a completar una de las siguientes actividades de estudio de Predicad Mi Evangelio, pág. 223: la segunda actividad de “Estudio personal” o la tercera actividad de “Estudio con el compañero”.
Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido. ¿Comprenden cómo ayudar a fortalecer a los nuevos miembros? ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a esta doctrina?
Invítelos a actuar
El joven que dirige concluye la reunión. Él podría: