¿Quién soy y quién puedo llegar a ser?
Somos hijas espirituales de Padres Celestiales que nos aman y, como tales, tenemos una naturaleza y un destino divinos. Por designio divino, tenemos dones y talentos únicos que nos ayudarán a cumplir con nuestro destino como hijas de Dios. Saber quiénes somos le da un propósito a nuestra vida y nos ayuda a tomar decisiones correctas.
Prepararse espiritualmente
¿Qué pasajes de las Escrituras y discursos ayudarán a las jóvenes a comprender quiénes son y quiénes pueden llegar a ser?
Génesis 1:26–27 (Fuimos creadas a imagen de Dios)
Salmos 82:6; Moisés 1:39; Abraham 3:22–26 (Nuestro potencial divino es heredar la vida eterna)
Lucas 15:4–6, 11–32; Juan 3:16; D. y C. 18:10–15 (El valor de un alma es grande)
Dale G. Renlund, “Los Santos de los Últimos Días siguen intentándolo,” Liahona, mayo 2015, 56–58.
Rosemary M. Wixom, “Descubrir la divinidad interior”, Liahona, noviembre de 2015, págs. 6–8.
Dieter F. Uchtdorf, “Ser felices para siempre”, Liahona, mayo de 2010, págs. 124–127.
Dieter F. Uchtdorf, “Vivir el Evangelio con gozo”, Liahona, noviembre de 2014, págs. 120-123.
D. Todd Christofferson, “La fuerza moral de la mujer”, Liahona, noviembre de 2013, págs. 29–32.
“Mensaje de la Primera Presidencia para los jóvenes”, Para la Fortaleza de la Juventud, 2011, págs. II–III.
Videos: “Significativo en todo sentido”, “Nuestra verdadera identidad”
Compartir experiencias
Al comienzo de cada clase, invite a las jóvenes a compartir, enseñar y testificar acerca de las experiencias que hayan tenido al poner en práctica lo que aprendieron en la lección de la semana anterior. Esto alentará la conversión personal y ayudará a las jóvenes a darse cuenta de la importancia que tiene el Evangelio en la vida cotidiana.
Presentar la doctrina
Elija alguna de las ideas siguientes, o utilice las suyas, para presentar la lección de esta semana:
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Escriba los nombres de las jovencitas en diferentes trozos de papel. Pida a cada joven que seleccione al azar uno de los papelitos e identifique una cualidad divina que posee la jovencita cuyo nombre está en el papel. Señale otras cualidades divinas que haya visto en las jovencitas.
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Escriba en la pizarra: “¿Quién soy y quién puedo llegar a ser?”. Invite a las jóvenes a buscar respuestas a estas preguntas en el lema de las Mujeres Jóvenes. ¿Cómo les hace sentir este lema acerca de su relación con nuestro Padre Celestial?
Aprender juntas
Cada una de las actividades siguientes ayudará a las jóvenes a comprender quiénes son y quiénes pueden llegar a ser. Siguiendo la inspiración del Espíritu, elija las que le parezcan más útiles para su clase:
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Piense en una actividad sencilla que ayude a las jóvenes a entender que llegar a ser como Dios requiere paciencia y perseverancia. Esta actividad debería requerir varios intentos para lograr que tenga éxito. Por ejemplo, las jóvenes podrían intentar lanzar un objeto dentro de un cesto de basura repetidamente sin mirar. ¿Qué nos enseña esta actividad sobre el esfuerzo constante? ¿Cómo podemos relacionar este proceso con llegar a ser como Nuestro Padre Celestial? Invite a cada joven a que busque y comparta declaraciones del discurso del élder Dale G. Renlund “Los Santos de los Últimos Días siguen intentándolo” que expresa lo que aprendieron de esta actividad.
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Pida a las jóvenes que imaginen que tienen una amiga que está luchando con su autoestima. Invítelas a buscar el discurso de la hermana Rosemary M. Wixom “Descubrir la divinidad interior” para encontrar ideas sobre cómo ayudar a esa amiga a entender su valía. ¿Qué nos enseña la hermana Wixom sobre nuestra naturaleza divina? ¿Qué tenemos que cambiar para que podamos ser fieles a nuestra naturaleza divina?
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Muestre una semilla a las jóvenes y pregúntenles qué planta creen que llegará a ser. Muestre la planta (o una imagen de la planta) que la semilla produce. Pregunte a las jóvenes cómo, como hijas de Dios, somos como la semilla. Invítelas a escudriñar los siguientes pasajes de las Escrituras y a compartir aquello que encuentren y que les enseñe acerca de quiénes son y quiénes pueden llegar a ser: 1 Juan 3:1–3; D. y C. 84:37–38; 88:107; 132:20. Invítelas a compartir cómo este conocimiento influye en las decisiones que tomen y la manera en que tratan a otros hijos de Dios. Como parte de este análisis, considere la posibilidad de compartir la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley: “El propósito del evangelio es conducirnos hacia adelante y hacia arriba, hacia logros más elevados, incluso hasta que lleguemos a ser dioses” (“No dejemos caer la pelota”, Liahona, enero de 1995, pág. 48).
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Antes de la clase, escriba estas tres palabras en la pizarra: origen, propósito, destino (del discurso del presidente Uchtdorf “Vivir el Evangelio con gozo”). Canten juntas “Soy un hijo de Dios” (Himnos, Nº 196) y pregunte a las jóvenes qué les enseña esta canción acerca de su origen, propósito y destino. Invítelas a escribir los pensamientos que tengan en la pizarra al lado de las palabras que ha escrito. Invite a las jóvenes a leer las secciones “Hijas de Dios” y “Vivir el Evangelio con gozo” en el discurso del presidente Uchtdorf y a escribir otras verdades que aprendan acerca del origen, el propósito y el destino de ellas. ¿Cómo pueden influir estas verdades en las decisiones que tomen?
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Pida a las jóvenes que hagan una lista de los mensajes que el mundo da a la mujer sobre quiénes somos y qué cualidades nos hacen importantes. Muestre el video “Significativo en todo sentido” o “Nuestra verdadera identidad” y pida a las jóvenes que comparen los mensajes de estos videos con los del mundo. Invítelas a encontrar pasajes de las Escrituras, incluso relatos de las Escrituras, que les enseñen acerca de su valor como hijas de Dios (como las Escrituras que se sugieren en esta reseña). ¿Qué pueden hacer las jóvenes para apoyarse mutuamente mientras se esfuerzan por vivir de acuerdo con su verdadera identidad como hijas de Dios?
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Lean como clase los dos primeros párrafos del discurso del élder D. Todd Christofferson “La fuerza moral de la mujer” e indiquen algunos de los dones que Dios ha dado a Sus hijas. Con permiso del obispo, pida a algunas mujeres del barrio que repasen el discurso y compartan con las jovencitas lo que hicieron para superar las influencias negativas que afectan a la femineidad y el cultivar sus dones divinos. Pida a las jovencitas que compartan sus propias experiencias respecto a la comprensión que tengan sobre la función de ellas como mujeres y lo que harán para llegar a ser una fuerza moral para el bien.
Pida a las jóvenes que compartan lo que aprendieron. ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Comprenden quiénes son y lo que pueden llegar a ser? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a este tema?
Vivir lo que se aprende
Pida a las jóvenes que piensen cómo pondrán en práctica lo que han aprendido hoy. Por ejemplo, podrían:
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Completar las experiencias con el valor Naturaleza Divina 1, 2 o 6 del Progreso Personal.
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Memorizar Salmos 82 y repetirlo con frecuencia para recordar su potencial divino.