Baptisms for the Dead Revealed
Vivir el Evangelio

¿Efectuaste alguna vez bautismos en el templo?

10/14/24 | 2 min de lectura
Las instrucciones llegaron poco a poco.

Si alguna vez asististe al templo, probablemente tuviste la oportunidad de ser bautizado por alguien que ha fallecido.

Esta es una de las verdades más maravillosas del Evangelio restaurado: que todos tienen la oportunidad de unirse al reino de Dios, ¡ya sea en esta vida o en la venidera!

El Señor dio instrucciones a los primeros santos para efectuar bautismos en el templo de la manera en la que Él revela muchas cosas: poco a poco, de una en una. A continuación se muestra una línea de tiempo.

  • Enero de 1836. José Smith aprende en una visión que quienes mueren sin conocer el Evangelio en esta vida, como su hermano Alvin, aún tienen la oportunidad de ir al Reino Celestial. Sin embargo, pero no está claro cómo se relaciona esto con el bautismo1.
  • Agosto de 1840. ¡En un funeral, José enseña que los santos vivos pueden ser bautizados por sus antepasados fallecidos! Muchos comienzan de inmediato a efectuar bautismos por representante en ríos y arroyos.
  • Enero de 1841. El Señor le dice a José que los bautismos por representante deben efectuarse en el templo y le manda agregar una pila bautismal al nuevo templo que los santos estaban construyendo2.
  • Agosto de 1842. Durante una reunión de la Sociedad de Socorro, José anuncia que “todas las personas que se bauticen por los muertos deben tener un registrador presente”. Al mes siguiente, José envía una carta en la que explica la función de los testigos y registradores3.
  • 1845. Después de la muerte de José, Brigham Young explica que solo las mujeres deben bautizarse por las mujeres y los hombres, por los hombres.

De la misma manera en que Brigham Young recibió más información sobre las ordenanzas sagradas, ¡también lo hace nuestro profeta actual hoy en día! Por ejemplo, la Primera Presidencia anunció en 2019 que todos los miembros dignos podían ser testigos de un bautismo, hombres y mujeres.

Estos cambios continuos en las normas de la Iglesia son evidencia de que el Señor continúa restaurando el Evangelio y guiando su administración paso a paso. ¿No es maravilloso?

Como dijo José una vez: “¡Cuán gloriosa es la voz que oímos de los cielos!”4.

El recogimiento de Israel

¿Alguna vez fuiste testigo en un bautismo o fuiste bautizado por otra persona? ¿Cómo te sentiste al ayudar a alguien a recibir convenios sagrados?

Notas

  1. Véase Doctrina y Convenios 137:5–9.
  2. Véase Doctrina y Convenios 124:29–36.
  3. Parte de esta carta se muestra en la imagen de arriba, fechada el 7 septiembre de 1842.
  4. Véase Doctrina y Convenios 128:23.
Comentarios
0