Conoce a Felipe, de Pará, Brasil. Ha competido en artes marciales mixtas (AMM), yudo y kárate desde que era niño. Pero si le preguntas cuáles son los secretos de su éxito, tal vez te sorprendas con sus respuestas. Por ejemplo, es presto para señalar las múltiples bendiciones del sacerdocio que ha recibido de su padre a lo largo de los años.
“Me ayuda a tener más confianza”, dice Felipe. “Sé que, independientemente del resultado, la mano del Señor estaba allí”.
A veces, los amigos de Felipe se reían de él cuando no iba a sus fiestas; pero Felipe no se arrepiente, ni espiritual ni físicamente.
“Al igual que el Evangelio trae bendiciones, ¡los deportes también traen logros! El no ir de fiesta con mis amigos y comer las cosas correctas influye en el resultado”.
Ahora Felipe presta servicio como misionero en la Misión Brasil São Paulo Sur. Antes de partir, muchos de sus familiares y amigos no entendían por qué detendría sus entrenamientos y competencias durante dos años. Felipe tuvo que tener muchas conversaciones difíciles y centrarse en hacer crecer su testimonio cada día.
“Ser un campeón es vencer todos los días, vencer el fracaso, superar las pruebas”, dijo. “Soy un campeón gracias al Señor. Vivir el Evangelio me ha hecho un campeón en la vida y en los deportes”.
¡Eso es lo que significa ganar!
Aprender de un amigo
NOTAS
Adaptado de este artículo de la revista Para la Fortaleza de la Juventud de marzo de 2023.