Christ in Gethsemane
Vivir el Evangelio

El arrepentimiento es un don, no algo que tratamos de evitar

08/17/24 | 1 min de lectura
Este es el testimonio de un hombre sobre el modo en que regresó al camino correcto.

Kenneth es un joven de Tonga. Fue bautizado cuando tenía ocho años, pero durante su adolescencia comenzó a comportarse inadecuadamente e incluso quebrantó la Palabra de Sabiduría. Su hermana mayor lo ayudó a volver a la Iglesia y a cuidar mejor de su cuerpo.

“Sin embargo, un día cometí otro pecado grave”, explica Kenneth. “Sentí que no podía tener el Espíritu ni el poder del sacerdocio conmigo. Sentía que no valía nada y pensaba que no sería capaz de cumplir con mis responsabilidades en la iglesia, como bendecir y repartir la Santa Cena”.

Kenneth sabía que tenía que arrepentirse. Lo que había hecho era lo suficientemente grave como para que sintiera que necesitaba la ayuda de su obispo. Entrar en la oficina del obispo lo ponía nervioso, dice Kenneth, “pero yo quería la paz del Señor y deseaba arrepentirme”.

El obispo de Kenneth oró con él y le dijo que el Señor es misericordioso con aquellos que se arrepienten. Kenneth comenzó a sentirse mejor. Ahora lee las Escrituras y ora con regularidad para resistir la tentación.

“Si el proceso del arrepentimiento es difícil para ti, siempre debes recordar el don de Jesucristo y Su milagrosa Expiación”, dice Kenneth. “Todos pecamos y cometemos errores, y no lograremos la perfección en esta vida. Sin embargo, por medio de la Expiación de Jesucristo y la sangre que Él derramó por nosotros, siempre podemos arrepentirnos”.

Todos podemos comenzar de nuevo ¡y eso te incluye a ti! Comienza ahora a hablar con Dios. Si es grave, habla con tu obispo, quien puede ayudarte. ¡Las cosas mejorarán! La sanación espiritual es posible.

Kenneth Brown

NOTAS
Adaptado de “Podemos arrepentirnos”, de la revista Para la Fortaleza de la Juventud de marzo de 2023.

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