“Me asustaba un poco ir a una actividad tan grande como FSY. Cuando llegué allí y me registré, vi a uno de mis amigos de mi barrio. Él también me vio, se acercó a mí y se aseguró de que yo estuviera bien antes de irse a hacer otras cosas.
Unos días después, llegó el momento de compartir testimonios. Nunca había sabido realmente cuál era mi testimonio, pero me levanté y empecé a compartir lo que sentía acerca de la Iglesia. Cuando me senté otra vez, hice una oración silenciosa de agradecimiento al Padre Celestial por ayudarme a no tener tanto miedo delante de todas esas personas”.
¡Gracias por compartir esas experiencias con nosotros, Kevin! Son ejemplos del modo en que Dios, por medio del Espíritu, nos consolará y fortalecerá si permanecemos cerca de Él.