¿Cuánto tiempo puedes pasar sin pestañear?
En pocos segundos, los ojos comienzan a arder y a llenarse de lágrimas. Es inevitable.
Todos tenemos que pestañear.
Pestañear es como arrepentirse.
“Todos tenemos que arrepentirnos”, dijo nuestro profeta.
Así es la vida.
Arrepentirse es reparar.
Para ver con claridad, es necesario parpadear miles de veces al día.
Del mismo modo, el arrepentimiento es la obra de correcciones constantes para reparar no solo nuestros errores y tropiezos, sino también nuestra relación con Dios.
A veces nos convencemos a nosotros mismos de que el arrepentimiento es una carga y lo postergamos.
Pero así como parpadear brinda alivio inmediato, el arrepentimiento brinda descanso inmediato.
¡El arrepentimiento nos ilumina!
Al final de un largo día de parpadeo, cerramos los ojos y descansamos.
Al final de un largo día de vida terrenal, lleno de errores (simplemente porque somos humanos), podemos arrepentirnos y hallar descanso en Jesucristo.
Tu amiga,
Hermana Tamara W. Runia
Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes