Pablo utilizó una metáfora que los líderes de la Iglesia han repetido desde hace casi dos mil años: “Vestíos de toda la armadura de Dios” (Efesios 6:11). No hablaba de protección física. Como dijo Pablo: “No tenemos lucha contra sangre y carne”, sino contra peligros espirituales (Efesios 6:12).
Veamos las piezas de la armadura espiritual que Pablo dijo que necesitamos:
- Coraza de la justicia
- Calzado hecho con la preparación del Evangelio de paz
- Escudo de la fe
- Yelmo de la salvación
- Espada del Espíritu, que es la palabra de Dios
¿Por qué crees que Pablo escogió esos objetos específicos? ¿En qué sentido es la palabra de Dios como una espada? ¿En qué se parece la justicia a una coraza que protege el corazón, los pulmones y otros órganos vitales? ¿En qué se parece la salvación a un yelmo? No hay respuestas “correctas” a estas preguntas. Quizás algún día podamos preguntarle a Pablo exactamente lo que tenía en mente, pero mientras tanto, estas preguntas invitan a la interpretación personal y a la revelación.
Al meditar, también podrías leer Doctrina y Convenios 27:15–18, que habla de lo mismo. Y si buscas “armadura de Dios” en la biblioteca de la conferencia general, descubrirás que muchos líderes modernos de la Iglesia también han dado sus interpretaciones. Una lección que se repite tantas veces debe ser importante, ¡no esperemos otro día para hacer de la armadura de Dios una prioridad!