“Bjorn quiere ser un ángel”, El Amigo, diciembre de 2024, págs. 30–31.
Bjorn quiere ser un ángel
“A veces llamamos ángeles a las personas cuando hacen cosas buenas por nosotros”, dijo su papá.
Esta historia ocurrió en EE. UU.
Bjorn miró a su alrededor y observó todas las grandes cajas de cartón que había en su nuevo hogar. Su familia se estaba mudando de Argentina a los Estados Unidos.
Le daba miedo mudarse tan lejos. Todo le resultaba desconocido; pero sabía que si estaba con su familia, todo saldría bien.
Mientras Bjorn ayudaba a su familia a desempacar, su mamá tomó una caja grande y sonrió. “¡Esta tiene nuestros adornos navideños!”, dijo.
Bjorn sonrió. Le encantaba la Navidad y estaba entusiasmado por celebrarla con su familia. Todavía estaba nervioso por vivir en un lugar nuevo, pero saber que ya casi era Navidad lo animó.
Unos días después, la familia de Bjorn se reunió para una lección de la noche de hogar sobre la Navidad. Su papá explicó que es una época para dar regalos.
“¡Sí! ¡Regalos!”, dijo Bjorn.
“Sí, recibir regalos es divertido”, dijo su mamá, “pero es aún más importante hacerle regalos al Salvador”.
“¿Cómo le hacemos regalos a Jesús?”, preguntó Bjorn.
“Cuando servimos a los demás como lo hizo Jesús, eso lo hace feliz”, dijo su mamá.
A la mañana siguiente, Bjorn oyó que llamaban a la puerta principal. Saltó de la cama y corrió a ver quién era, pero cuando el papá y la mamá abrieron la puerta, no había nadie. En lugar de eso, su mamá recogió un pequeño y brillante regalo que había en la entrada.
“¿De dónde salió?”, preguntó Bjorn.
“No estoy segura”, dijo la mamá. “¡Tal vez fue un ángel!”.
Los ojos de Bjorn se abrieron de par en par. “¿Como un ángel del cielo?”.
El papá sonrió. “No, a veces llamamos ángeles a las personas cuando hacen cosas buenas por nosotros. Es como si fueran ayudantes del Padre Celestial aquí en la tierra”.
Bjorn saltó en el aire. “¡Yo también quiero ser un ángel! Quiero hacer cosas buenas por los demás; ese será mi regalo de Navidad para Jesús”.
“¡Estupenda idea!”, dijo el papá. “A Jesús le encantará tu regalo”.
Durante el resto de la semana, Bjorn se despertó cada mañana y encontró un nuevo regalo en la entrada. Se sentía muy amado cuando los ángeles dejaban regalos para su familia. Quería demostrarle a su familia que él también los amaba.
Así que Bjorn puso manos a la obra. Preparó regalos en secreto para sus padres y hermanos. Lustró los zapatos de su papá mientras él estaba en el trabajo y dibujó un corazón para su mamá. Luego, envolvió uno de sus autos de juguete favoritos para su hermano y le compró goma de mascar a su hermana.
Con mucho cuidado, Bjorn escribió los nombres en cada regalo y los colocó debajo del árbol de Navidad. ¡Estaba impaciente por ver sus caras de felicidad! Sentía una calidez interior de solo pensar en ello.
El día de Navidad, Bjorn le dio a cada miembro de la familia su regalo. Estaba tan entusiasmado que casi no podía mantenerse quieto.
Cuando el papá vio sus zapatos relucientes, dijo: “¡Guau, gracias, Bjorn! Lucen muy bien”.
El hermano y la hermana de Bjorn abrieron sus regalos y luego saltaron para darle abrazos a Bjorn. “¡Gracias!”, dijeron.
La mamá sonrió cuando desenvolvió el dibujo que Bjorn le había hecho. “Has ayudado a que esta Navidad sea muy especial, Bjorn. Gracias por ser nuestro angelito”, dijo.
Bjorn se sentía feliz por dentro. ¡Sabía que mostrar amor a su familia era el regalo perfecto que podía hacerle a Jesús!