Historia de la Iglesia
Un cambio de idioma


Un cambio de idioma

La mayoría de los primeros conversos de la Iglesia en Brasil eran inmigrantes alemanes. Sin embargo, el aumento de los sentimientos antialemanes antes de la Segunda Guerra Mundial llevó a los funcionarios brasileños a prohibir el uso del idioma alemán en público. La Iglesia comenzó a llevar a cabo reuniones en portugués y a traducir materiales a ese idioma. Gran parte de las publicaciones de la Iglesia en alemán fue destruida. “Eso fue como arrancar una parte del alma de los santos alemanes”, recordó un misionero. Algunos miembros alemanes pronto dejaron de asistir a la Iglesia.

La Segunda Guerra Mundial causó una fuerte disminución en el número de misioneros enviados a Brasil y ocasionó que la Misión Brasileña cerrara en 1943. Los miembros locales fueron llamados a dirigir las ramas. Claudio Martins dos Santos y su esposa Maria se bautizaron apenas unos días antes de que la misión cerrara. El domingo después de su bautismo, Santos fue llamado como presidente de rama en São Paulo. En ese entonces, casi todos los miembros de la rama eran alemanes. Durante tres años, Santos pasó tardes enteras en las oficinas de la misión predicando el Evangelio a la población de habla portuguesa y enseñando portugués a los santos alemanes. “Me llevaba bien con los santos alemanes”, recordó Santos, “hasta el punto en que empezaron a enseñarme a cantar en alemán. Fue una época feliz”. Juntos, mantuvieron la rama y fortalecieron la Iglesia durante la guerra.

No obstante, la transición del alemán al portugués no fue fácil. En Joinville, la rama más antigua de la Iglesia en Brasil, solo dos familias alemanas continuaron asistiendo. En São Paulo, aunque algunos miembros alemanes dejaron de asistir, los que quedaban se esforzaron por aprender portugués y apoyar a los nuevos conversos y a los líderes.

La misión se reabrió después de la guerra y la Iglesia creció entre el pueblo culturalmente diverso de São Paulo. De vez en cuando, las diferencias de personalidad causaban contiendas. En 1950, Walter Spät, un fabricante de muebles alemán, y su esposa, Edith, se unieron a la Iglesia. Poco después, Walter llegó a ser un líder en la Iglesia. Pero algunos miembros consideraban que Spät era severo. “Walter era estricto”, recordó Jose Lombardi, otro líder de la Iglesia. “Daba la sensación de ser un hombre duro”.

En una ocasión Spät y Lombardi discutieron durante una asignación de la Iglesia. Al regresar a sus reuniones dominicales, Lombardi sintió que no podía participar de la Santa Cena con tal sentimiento de enojo hacia Spät. Justo antes de que se repartiera la Santa Cena, Lombardi sintió una mano en su hombro. “Era Walter”, recordó Lombardi. “Quería disculparse para que pudiéramos tomar la Santa Cena con buenos sentimientos”.

En mayo de 1966, cuando se organizó la Estaca São Paulo, Brasil (la primera estaca en Sudamérica), el élder Spencer W. Kimball, del Cuórum de los Doce Apóstoles, llamó a Walter Spät como presidente. Con temor a que su origen alemán despertara emociones negativas, Spät se negó a aceptar el llamamiento. Kimball le aseguró que los miembros del Área habían expresado su confianza en él. Mediante la fe y la cooperación, los santos de Brasil pasaron de ser una Iglesia de habla predominantemente alemana en la década de 1940 a convertirse en una Iglesia multiétnica que funcionaba en portugués para fines de la década de 1960.