“Una revelación para mí”

S. Paul Thiruthuvadoss (derecha) con Mangal Dan Dipty en 1961

Antes de que S. Paul Thiruthuvadoss naciera en el estado de Tamil Nadu, su padre se convirtió del hinduismo al cristianismo y gradualmente consiguió superar la oposición de su familia, hasta que la mayoría de sus familiares se unieron a él en su nueva fe. Sin embargo, al crecer, Paul sentía que faltaba algo en las iglesias cristianas que conocía. “Traté de encontrar la verdad del Evangelio, pero no lograban darme ninguna respuesta satisfactoria para saciar mi sed de la verdad”, recordaba.

Ya adulto, Thiruthuvadoss se sentía cada vez más frustrado. Lo evocaba así: “En abril de 1954, estaba a punto de dejar la cristiandad por completo para convertirme en hindú”. Sin embargo, al considerar su futuro religioso, se encontró con un folleto acerca de José Smith escondido en un libro en una tienda de libros usados. “Lo leí dos o tres veces”, recordaba, “y descubrí que era una revelación para mí”.

En la siguiente década, Thiruthuvadoss mantuvo correspondencia con los líderes de la Iglesia de Salt Lake City y de Hong Kong. Mientras deliberaban sobre cómo establecer la Iglesia en la India, él empezó a predicar en los pueblos cercanos a Coimbatore y comenzó una Escuela Dominical basada en materiales de los Santos de los Últimos Días. En 1965, finalmente se envió a misioneros con la asignación provisional de bautizar a Thiruthuvadoss y a un número pequeño de primeros conversos. Thiruthuvadoss se alegró muchísimo de que hubieran llegado a tiempo para bautizar a su padre, que tenía noventa y seis años, lo que nuevamente los reunió en una misma Iglesia.

Los misioneros pronto dejaron a Thiruthuvadoss y a los miembros de los alrededores de Coimbatore para que edificaran la Iglesia por sí mismos. Aunque no había ninguna misión en la India, los jóvenes conversos se prepararon para servir en misiones en el extranjero. En 1981, Daniel Jabakumar se convirtió en el primero de muchos de Coimbatore en ser llamados.