Selbongen durante la Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos hombres polacos fueron llamados a pelear, incluso la mayoría de los hombres de la Rama Selbongen. Para 1945, solo quedaban dos poseedores del sacerdocio adultos: Adolf Kruska y August Fischer. Con la ayuda de las mujeres de la rama, Kruska y Fischer ayudaron a aquellos de la aldea que habían perdido esposos y padres en la guerra.
Los miembros que permanecieron en Selbongen no fueron inmunes a las atrocidades de la guerra. En enero de 1945, soldados mataron de un disparo al hijo adulto de Kruska porque le exigieron cigarrillos que no tenía. En varias ocasiones los ejércitos invasores presionaron a hombres y mujeres jóvenes para que ingresaran al servicio, o bien, los hacían marchar a campos de trabajos forzados. En febrero de 1945, August Fischer fue enviado a un campo de trabajos forzados en Rusia, donde contrajo tuberculosis. Nunca se recuperó y más tarde falleció en un hospital en Heidelberg, Alemania. Kruska quedó como el único poseedor del sacerdocio de la rama.
Ningún líder de la Iglesia del extranjero había visitado Selbongen desde 1941 y la rama no había tenido comunicación con la Iglesia desde 1944. Los miembros ayunaron y oraron pidiendo que se lograra hacer contacto. El domingo 4 de agosto de 1946, un automóvil jeep llegó a la aldea —actualmente conocida como Zełwągi después de que las fronteras entre Alemania y Polonia se realinearon a raíz de la guerra— y se estacionó junto al centro de reuniones.
Un hombre que estaba dentro del jeep le preguntó a una mujer si ese era el centro de reuniones mormón. Con entusiasmo, reconoció a Ezra Taft Benson, del Cuórum de los Doce Apóstoles. En poco tiempo se corrió la voz de que “¡están aquí las Autoridades Generales!”. El centro de reuniones se llenó de miembros y amigos que cantaban alabanzas, daban testimonio y expresaban agradecimiento.