Servir (desayunos) en el templo

Santos puertorriqueños en Orlando, Florida, agosto de 1995.

En el verano de 1995, unos doscientos veinte santos de los distritos de Toa Baja, Caguas y San Juan, y unos pocos de la República Dominicana, hicieron el viaje desde San Juan para asistir al recientemente dedicado Templo de Orlando, Florida. El grupo se había estado preparando durante meses para su viaje, tanto temporal como espiritualmente. Los miembros asistieron a cursos de preparación para el matrimonio y el templo, recopilaron los nombres de los antepasados que necesitaban las ordenanzas del templo y ahorraron dinero para el viaje.

Un primer grupo partió el 29 de julio y el resto del grupo lo hizo dos días después. El 1 de agosto, cuatro autobuses con los santos caribeños llegaron al templo de Orlando a primera hora de la mañana. Fue “un momento muy emotivo”, recuerda Becky Fraticelli, miembro de Aguas Buenas. Entonaron himnos juntos mientras esperaban a que se abriera el templo.

Durante los cuatro días de servicio en el templo, el grupo, que incluía adultos, jóvenes y familias con niños pequeños, realizó miles de ordenanzas. Realizaron más de tres mil bautismos y confirmaciones, la mayoría de ellos de antepasados cuyos nombres habían preparado para el viaje. Se celebraron alrededor de mil setecientos sellamientos vicarios a cónyuges y se sellaron alrededor de mil quinientos niños a sus padres. Las ordenanzas personales recibidas durante el viaje incluyeron treinta y ocho investiduras, treinta y cuatro sellamientos de cónyuges y veintitrés sellamientos de hijos a sus padres.

Sin embargo, su servicio en el templo fue más allá de las ordenanzas. El vuelo fletado que habían tomado el 31 de julio había sido el último en salir del aeropuerto de San Juan antes de que este cerrara debido a un huracán que se aproximaba. Ese mismo huracán, el huracán Erin, azotó Florida el 2 de agosto. Debido a la tormenta, muchos de los obreros del templo de Orlando no pudieron acudir. Los santos puertorriqueños visitantes se ofrecieron como voluntarios para ayudar con la lavandería, ayudar en la cocina y realizar otras tareas para ayudar a mantenerlo todo en funcionamiento. William Burk, presidente del Distrito San Juan, registró: “En la cafetería/cocina del templo, varias hermanas y hermanos [puertorriqueños] se pusieron delantales y, utilizando el lenguaje de señas con el único obrero del templo presente, ¡prepararon un desayuno al estilo puertorriqueño para todo el grupo!”.

El Distrito Toa Baja organizó otro viaje al templo al año siguiente, al que asistieron 389 miembros. Luego, en 1997, 380 participaron en otro viaje. En la Conferencia General de octubre de 2018, los santos puertorriqueños supieron que pronto tendrían un templo mucho más cerca de casa. Celebraron la palada inicial para el Templo de San Juan, Puerto Rico, el día 4 de mayo de 2019. En sus comentarios publicados en Church News, Wilfred Rosa, presidente de la Estaca San Juan, Puerto Rico, reflexionó sobre los sacrificios que los miembros habían hecho durante años para asistir al templo: “Me siento feliz de que finalmente podremos escuchar el sonido del coquí [rana] cuando salgamos de la Casa del Señor”.