“Buenos principios”, Historias mundiales: Rumania (2021)
“Buenos principios”, Historias mundiales: Rumania
Buenos principios
El 8 de febrero de 1990, el Gobierno democrático rumano, recién instalado, comenzaba a reconstruir el país cuando llegó a Bucarest el élder Russell M. Nelson, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Lo acompañaban el élder Hans B. Ringger, un Setenta de Área, y Peter Berkhahn, el director de Asuntos Temporales de la Iglesia en Europa del Este. Después de una breve visita al Parque Cișmigiu, donde el élder Nelson ofreció una oración por la tierra de Rumania, los tres hombres se reunieron con funcionarios gubernamentales y les preguntaron cómo podía ayudar la Iglesia. “Muchos están ayudando, pero ustedes son los primeros en preguntarnos qué es lo que realmente necesitamos”, les dijo el director de un hospital.
La enorme población de huérfanos de Rumania planteaba un problema especialmente urgente. Se llamó a misioneros mayores con competencias médicas y otras habilidades especiales para dirigir proyectos de servicio en el país, y los miembros de toda Europa proporcionaron fondos, alimentos, material médico y ropa para los niños necesitados.
Muchos miembros de la Iglesia de otros países también decidieron, por su cuenta, adoptar a huérfanos rumanos. Cuando una de esas familias, los Worsely, visitaron Rumania para finalizar la adopción, invitaron a su guía rumano, Octavian Vasilescu, a asistir a los servicios de la Iglesia con ellos. Al igual que muchos rumanos, Vasilescu sabía poco sobre religión. “Nuestros padres tenían miedo de enseñarnos acerca de Jesucristo y Su evangelio porque, en las décadas de 1950 y 1960, el comunismo estaba en su apogeo en Bucarest”, comentó más tarde. “Nuestros padres aprendieron lo que es el miedo y nosotros aprendimos lo que es el miedo”. Sin embargo, a pesar de las ideas sobre religión que siempre habían estado en su entorno, Vasilescu se sintió atraído por los Santos de los Últimos Días. “Sentí un buen espíritu en aquella reunión”, dijo, “y pensé: ‘Estas personas tienen buenos principios’”. Luego pidió un ejemplar del Libro de Mormón.
El 24 de marzo de 1991, Vasilescu fue bautizado junto con Doina Biolaru y Camelia Ionescu. Ese verano, se organizó la primera rama de la Rumania moderna con Vasilescu como presidente de rama y Biolaru como presidenta de la Sociedad de Socorro.