“Los comienzos del Evangelio restaurado en Rusia”, Historias mundiales: Rusia, 2019
“Los comienzos del Evangelio restaurado en Rusia”, Historias mundiales: Rusia
Los comienzos del Evangelio restaurado en Rusia
Cuando el Profeta José Smith comenzó a expandir las labores misionales de la Iglesia fuera de Norteamérica, sintió que debía enviar misioneros al Imperio ruso. En 1843 llamó al apóstol Orson Hyde y a George J. Adams a una “[misión] para [presentar] la plenitud del Evangelio a la gente de ese vasto imperio”. Sin embargo, la misión que había previsto el Profeta no se cumplió en ese momento.
Décadas más tarde, los misioneros comenzaron a predicar en Finlandia, que en aquel entonces era parte del Imperio ruso. Bautizaron a Wendla Lindlöf en 1882. En la década de 1890, su hijo Johan escribió desde su casa en San Petersburgo a la Misión Escandinava manifestando el deseo de aprender más.
En 1895, la misión envió a August Höglund a visitar a Johan y a su esposa, Alma. Después de llegar el 9 de junio, Höglund y los Lindlöf pasaron toda la noche hablando del Evangelio. Johan y Alma pidieron ser bautizados. El 11 de junio, Höglund los acompañó al río Neva para efectuar las ordenanzas, pero no pudo encontrar un lugar tranquilo a lo largo de la orilla. Sin embargo, después de ofrecer una oración, Höglund informó que “los barcos se fueron y la gente nos dejó solos”. Johan y Alma fueron bautizados y confirmados. “¡Oh, cuán feliz estoy!”, exclamó Alma. “Sé que Dios ha perdonado mis pecados”.
En los años siguientes, Johan, Alma y sus hijos afrontaron el desafío de ser los únicos Santos de los Últimos Días. Los misioneros los visitaban de vez en cuando y eso les daba ánimo. En 1903, el élder Francis M. Lyman, del Cuórum de los Doce Apóstoles, visitó a la familia cuando llegó a dedicar Rusia para la predicación del Evangelio restaurado. Aun así, los misioneros se quedaron solo por un corto tiempo y solo bautizaron a otro converso.
Los Lindlöf pensaron en emigrar a un lugar donde la Iglesia estuviera establecida, pero cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, el traslado se hizo imposible. Perdieron el contacto con la Iglesia durante varios años cuando la familia fue víctima de la violencia y la tragedia. En 1928, el mayor de los hijos sobrevivientes de John y Alma trasladó a sus padres de la Unión Soviética a Finlandia. Los líderes de la misión que los visitaron elogiaron la fidelidad de la familia Lindlöf. Gideon Hulterstrom observó: “Habían sufrido mucho por el ‘mormonismo’ y estaban dispuestos a soportar más si fuera necesario”. Alma falleció en 1939 y Johan en 1944.