HOMENAJES AL PRESIDENTE HINCKLEY
Tenía el corazón de un siervo y la sabiduría de un líder.
La noticia del fallecimiento del presidente Gordon B. Hinckley causó la expresión de un sinnúmero de mensajes de condolencia y homenajes procedentes de todas partes del mundo. A continuación aparecen ejemplos de las numerosas expresiones de amor y admiración que se le rindieron.
George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos de América: Laura y yo lamentamos profundamente el fallecimiento de nuestro amigo Gordon B. Hinckley… [Él] demostró tener el corazón de un siervo y la sabiduría de un líder… Tuve el honor de otorgarle la Medalla de la Libertad, la más alta condecoración civil de nuestro país, en reconocimiento por el servicio público que prestó durante toda su vida… Acompañamos a sus cinco hijos y a los demás familiares de la familia Hinckley con nuestros pensamientos y oraciones.
Obispa Carolyn Tanner Irish, de la Diócesis Episcopal de Utah: Me resulta difícil imaginar el mundo y sus comunidades religiosas sin él. Al haber guiado a la Iglesia SUD durante décadas, se convirtió en el corazón y alma de la misma para millones, ya fueren miembros de ella o no. Del mismo modo que a muchas otras personas, me han emocionado profundamente su generosa sabiduría, su amable voz y su refinado sentido del humor.
Jeanetta Williams, Presidenta de NAACP de Utah, Nevada y Idaho: Deseo expresar mi más profundo y sincero pésame a la familia del presidente Hinckley y a los miembros de la Iglesia. Apreciaba mucho al presidente Hinckley; le conocí personalmente, y extrañaré mucho su voz y su preocupación por la comunidad.
Larry King, del programa televisivo Larry King Live, CNN: El presidente Hinckley era más que el líder de una iglesia; él era un gran amigo. He conocido muy pocas personas en mi vida que tuvieran el entusiasmo, la comprensión o la sabiduría que él tenía. Se le extrañará enormemente.
Ólafur Ragnar Grímsson, Presidente de Islandia: Con la muerte del presidente Gordon B. Hinckley, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y el mundo entero han perdido a un grandioso y sabio líder y a un hombre de visión y valor. El pueblo de Islandia ha perdido a un buen amigo; y ofrezco a la Iglesia de Jesucristo nuestras sinceras condolencias.
Dr. Hussein Hassouna, Embajador de la Liga de Estados Árabes en los Estados Unidos: Sentí gran pesar al enterarme del fallecimiento de Gordon B. Hinckley, Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Aún recuerdo cuando lo conocí hace dos años durante mi visita a Salt Lake City; me quedé admirado por su conocimiento, interés y sabiduría en cuanto a asuntos internacionales.
Zamira Sydykova, Embajadora de la República de Kirguistán en los Estados Unidos y en Canadá: El señor Hinckley era una gran… persona que logró que el mormonismo fuera más conocido en el mundo y que fomentó en todas partes la cortesía y el respeto mutuo entre la gente.
Yuval Rotem, Embajador de Israel en Australia: Me sumo a millones de personas de todo el mundo para honrar a este hombre compasivo y benévolo y para lamentar su pérdida… Percibí al presidente Hinckley como un líder fuerte con la capacidad de comprender los puntos más cruciales de cualquier asunto. Valoro enormemente sus importantes esfuerzos por acercar más a cristianos y judíos.
ADOLESCENTES RINDEN HOMENAJE AL PRESIDENTE HINCKLEY
Teléfonos celulares por todo el mundo difundieron la noticia del fallecimiento de nuestro amado profeta Gordon B. Hinckley, ocurrido la noche del domingo 27 de enero. En cuestión de horas, se propagaron otros mensajes de texto de adolescentes que se alentaban mutuamente a asistir a la escuela al día siguiente vestidos con su mejor ropa de domingo en lugar de ropa informal, en homenaje al presidente Hinckley.
Una sorprendida madre de Mesa, Arizona, halló a su hija levantada más temprano y planchando una falda para asistir a la escuela el lunes. La madre dijo que, tras haber recibido muchos mensajes de texto, su hija Mackenzie y sus amigas decidieron vestir ropa de domingo para asistir a la escuela en honor al profeta. Miles de jóvenes hicieron lo mismo.
James Pearce, nieto del presidente Hinckley, explicó su opinión de lo que motivó a tantos jóvenes a vestir su mejor ropa para asistir a la escuela: “Él amaba mucho a los jóvenes y ellos sentían ese amor; y lo demostraron comportándose de ese modo”.
Ese mismo sentir estuvo presente en todo el recorrido, desde los servicios fúnebres hasta el cementerio, mientras jóvenes y adultos ondeaban pañuelos blancos y sostenían bastones en alto en señal de despedida al profeta.