Obispo Dean M. Davies
Segundo Consejero del Obispado Presidente
Cuando el Presidente de la Iglesia le pide al obispo Dean Davies detalles sobre un futuro sitio para un Templo, como por ejemplo cuánto tiempo llevará caminar desde la parada de autobús más cercana, el hermano Davies no presenta simples datos. Él sabe personalmente lo que experimentará el usuario, porque ha caminado el trayecto.
“¿Cómo lo hace?”, le preguntó una vez el presidente Gordon B. Hinckley.
Con devoción centrada y atención a los detalles es como ha vivido el obispo Dean Myron Davies, nuevo Segundo Consejero del Obispado Presidente.
Nació en Salt Lake City, Utah, EE. UU., en septiembre de 1951; es hijo de Oliver T. y Myra Davies. El obispo Davies se crió en una familia en que el amor y el trabajo fueron los principios rectores. Si él quería algo, tenía que ganárselo. Cuando fracasaban los ruegos insistentes a su madre para que le consiguiera un juguete deseado, él consideraba sus opciones. Aún recuerda el esfuerzo físico y la resultante satisfacción de empujar una anticuada cortadora de césped por el alto césped del vecino.
Tras servir en la Misión Uruguay/Paraguay, desde 1970 a 1972, regresó a casa y se casó con Darla James, una amiga de su niñez, en junio de 1973 en el Templo de Salt Lake. El obispo Davies se licenció en Economía Agrícola en la Universidad Brigham Young en 1976 y posteriormente realizó estudios ejecutivos avanzados en las Universidades Stanford y Northwestern.
A lo largo de los años, él, su esposa y sus seis hijos han vivido en seis estados, por motivo de su carrera profesional en bienes raíces. Ha servido como presidente de estaca, consejero en presidencias de estacas, en cinco sumo consejos, en obispados y en diversas asignaciones de barrio.También sirvió como presidente de la Misión San Juan Puerto Rico, desde 1998 a 2001. En el momento de su llamamiento más reciente, trabajaba como Director Administrativo del Departamento de Proyectos Especiales de la Iglesia.
Entre las lecciones que ha aprendido, se encuentran las que “El Señor ama y guía a Sus hijos”.