Concéntrense en los valores
De un discurso dado a los jóvenes en Nairobi, Kenia, en noviembre de 2011.
El cultivar valores eternos nos ayudará a llegar a ser todo lo que nuestro Padre Celestial quiere que seamos.
Me gustaría hablar acerca de algunos de los valores en los que deberían concentrarse en su diario vivir. Ustedes, jovencitas, los reconocerán; y a ustedes, hombres jóvenes: no son exclusivamente para las mujeres jóvenes; estos valores son tan dignos de la atención de ustedes como lo son para las mujeres jóvenes.
Fe
El primer valor de las Mujeres Jóvenes es fe. De hecho, la fe es el primer principio del Evangelio. La fe de ustedes debe centrarse en nuestro amoroso Padre Celestial y en Su Hijo Amado, el Señor Jesucristo. También deben fortalecer constantemente su fe en el plan de salvación de Dios.
Es importante desarrollar fe a fin de guardar todos los mandamientos de Dios, sabiendo que se han dado para bendecirlos y para que les brinden gozo. Ustedes se encontrarán con personas que escogen qué mandamientos cumplirán y cuáles pasarán por alto. Esa práctica de seleccionar y escoger no funcionará; los conducirá al sufrimiento. A fin de prepararse para comparecer ante Dios, tienen que cumplir todos Sus mandamientos. Se requiere fe para obedecerlos, y el guardar Sus mandamientos fortalecerá esa fe.
Naturaleza divina
El segundo valor de las Mujeres Jóvenes es naturaleza divina. Ésa es una manera más adulta de decir: “Soy un hijo de Dios”. Hay divinidad dentro de ustedes; nuestro Padre Celestial los creó.
¿Han pensado alguna vez en mostrar agradecimiento por su corazón? Presten atención al trabajo que lleva a cabo: bombea suficiente fluido cada día para llenar un vagón tanque de tren de unos 7.570 litros. Dentro del corazón hay cuatro grupos de válvulas que se abren y se cierran unas 100.000 veces al día, más de 36 millones de veces al año; y son irrompibles. Ningún material hecho por el hombre —papel, plástico, metal o acero— puede abrirse y cerrarse esa cantidad de veces, con esa frecuencia, sin romperse. Cada órgano del cuerpo está muy bien diseñado y funciona de forma maravillosa.
Ustedes saben que si tratan de nadar bajo el agua sin respirar sólo pueden hacerlo por cierto tiempo. ¿Qué es lo que los hace salir a respirar? Hay dos contadores pequeños en el cuello que miden el dióxido de carbono y envían una señal al cerebro como si dijera: “Tu nivel de dióxido de carbono es muy alto; elimínalo”. Entonces ustedes nadan hacia la superficie y exhalan, eliminando el dióxido de carbono.
¡Qué habilidades increíbles posee su cuerpo! Cuídenlo bien; no hagan nada que degrade la belleza natural de esta maravillosa creación que Dios les ha dado.
Valor individual
El siguiente valor de las Mujeres Jóvenes es valor individual. Un fiel discípulo de Jesucristo se convertirá en un devoto hijo o hija de Dios, más preocupado por ser recto que por ser egoísta; más deseoso de ejercitar la compasión que ejercitar dominio; más comprometido a la integridad que a la popularidad.
Ustedes saben en cuanto a su valor infinito. Ciertamente, cada fiel mujer joven de la Iglesia proclama que el valor individual es uno de sus valores más preciados. Ella declara: “Soy de un valor infinito y tengo una misión divina que me empeñaré en cumplir” (Mujeres Jóvenes – Progreso Personal, librito, 2009, pág. 29). Lo mismo se aplica a los hombres jóvenes. Cada hijo y cada hija de Dios es de valor infinito debido a su misión divina.
El valor individual también incluye el desarrollo de su fe personal; ninguna otra persona puede cultivar la fe de ustedes. Tal vez desearían tener la fe del presidente Thomas S. Monson o de algún otro héroe, pero deben desarrollarla por ustedes mismos. Cuando cometen un error, individualmente se arrepienten de los problemas del pasado. Cuando fueron bautizados y recibieron el don del Espíritu Santo, lo hicieron en forma individual. Por tanto, como personas individuales hacen convenios; esas ordenanzas de salvación son todas un asunto personal.
Las más grandes ordenanzas y bendiciones de ser miembros de la Iglesia se reciben en el templo. Allí tenemos las ordenanzas de la investidura y del sellamiento a los padres, a los cónyuges y a los antepasados. Todas las ordenanzas de exaltación son un asunto familiar. ¿Pueden ver la diferencia? Las ordenanzas de salvación son individuales; las ordenanzas de exaltación incluyen a más de una persona.
Conocimiento
El siguiente valor de las Mujeres Jóvenes es conocimiento. En la Iglesia, el obtener una educación y adquirir conocimiento es una responsabilidad religiosa. Educamos nuestras mentes para que un día podamos rendir servicio valioso a otra persona. El tener una educación es la diferencia que existe entre desear hacer algo bueno y el ser capaces de hacer algo bueno.
Con frecuencia, la gente me pregunta qué se siente ser doctor. Preguntan: “¿Cuántos años estudió?”. Bueno, fue mucho tiempo. Desde que recibí mi título médico hasta que envié mi primer factura por prestar servicios profesionales pasaron doce años y medio. Fue mucho tiempo, pero ¿cuántos años habría tenido doce años y medio más tarde si no hubiera hecho eso? Exactamente la misma edad. Así que, más vale que se esfuercen por llegar a ser todo lo que puedan llegar a ser.
Mi educación médica es lo que me permitió realizar la operación de corazón del presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) en 1972. De modo que no descarten el conocimiento. La gloria de Dios es en verdad la inteligencia (véase D. y C. 93:36).
Elección y responsabilidad
El siguiente valor de las Mujeres Jóvenes es elección y responsabilidad. Ésta es otra forma de decir “albedrío moral”. El albedrío moral es parte de la vida porque el Padre Celestial quería que cada uno de nosotros actuáramos por nosotros mismos y llegáramos a ser lo que deseamos ser.
Elección y responsabilidad indican que en cada decisión que tomen, ustedes son responsables por las consecuencias de esa decisión. De modo que debemos tomar decisiones responsables. Probablemente no sea importante si usan una corbata azul o una roja, o un vestido lila o uno verde, pero lo que sí importa es si su elección los acerca más al Señor y a Su modo de vida o si los aleja de Él y de Su modo de vida. ¿Y por qué les aconsejamos y les rogamos que sigan el modo del Señor? Sencillamente porque ése es el camino hacia la felicidad.
Buenas obras
Luego viene el valor de las Mujeres Jóvenes de buenas obras. Este valor sigue el modelo de la vida de Jesucristo, quien amaba a las personas. Para mostrar Su amor por la gente, Él las servía. Cuando amamos a alguien, lo demostramos al hacer algo bueno por ellos. Por lo tanto, aprendan a servir: detecten una necesidad y satisfagan esa necesidad. Sorprendan a las personas con una buena obra que no esperaban. Tenemos esa oportunidad en casa, en la escuela y en la iglesia.
Recuerdo la primera vez que fui a África en calidad de Autoridad General. Mi colega de viaje era el élder Russell C. Taylor. Cada mañana, al despertarme, descubría que él le había sacado brillo a mis zapatos. Él no tenía que hacerlo, pero era su manera de decirme: “Lo quiero”.
Integridad
El siguiente valor de las Mujeres Jóvenes es integridad. La palabra integridad viene de la palabra integer, que significa “entero” o “intacto”. En medicina se habla de la integridad estructural del corazón; de modo que si sucede algo malo —por ejemplo, una herida al corazón— decimos que ha perdido su integridad; ya no hace lo que se supone que debe hacer. Si se refiere al ser humano, la integridad significa que la persona es digna de confianza, que se puede contar con ella.
En las Escrituras leemos que el Señor amaba al hermano del profeta José Smith, Hyrum, por “la integridad de su corazón” (D. y C. 124:15). El Señor no hablaba de la anatomía del corazón, hablaba de la integridad del espíritu de Hyrum.
Virtud
El valor más reciente de las Mujeres Jóvenes es virtud. Virtud es una palabra maravillosa. ¿Qué significa para ustedes? Virtud significa “pureza”; pero también tiene otro significado. ¿Recuerdan en el Nuevo Testamento cuando la mujer que padecía de flujo de sangre tocó el borde del manto del Salvador? El Salvador dijo: “Alguien me ha tocado, porque yo he percibido que ha salido poder de mí” (Lucas 8:46). En ese caso, virtud se traduce del inglés como poder. En el idioma griego, la palabra es dunamis, que es la raíz de la cual derivan las palabras dínamo y dinamita, y significa “poder”. Queremos los dos tipos de virtud para ustedes, preciados hombres y mujeres jóvenes.
Lleguen a ser todo lo que pueden ser
El conocimiento trae poder; la pureza trae poder; el amor trae poder. Queremos que tengan el poder de llegar a ser lo que el Señor quiere que lleguen a ser. Ustedes están creciendo, están cambiando, y de ustedes depende lo que finalmente llegarán a ser.
No creo que haga ninguna diferencia que sean vendedores de muebles, cirujanos, abogados o arquitectos. Toda ocupación digna, la que sea apropiada para ustedes, es estupenda. Lo que realmente importa es la clase de persona en la que se están convirtiendo.
Pregúntense a ustedes mismos: ¿Tengo integridad? ¿Tengo pureza? ¿Tengo amor? ¿Tengo compasión? Todos estos atributos son incalculables; y el pensar en los atributos de los valores de las Mujeres Jóvenes y vivir de acuerdo con ellos, los ayudará a llegar a ser todo lo que pueden ser.