2014
Cómo hacer preguntas que importen
Octubre 2014


Cómo hacer preguntas que importen

El hacer las preguntas correctas puede ayudar a abrir el corazón de las personas a un testimonio de la verdad.

Head with gears.

Tienes oportunidades para enseñar a todo tu alrededor, ya sea en una conversación de un minuto en el autobús, en una lección de la Iglesia, en comentarios por internet, o en conversaciones serias cuando estás frente a frente con un amigo.

Así que, aquí tienes un consejo para enseñar en forma eficaz en cualquier situación: haz preguntas.

Las buenas preguntas llevan al buen aprendizaje y, por suerte, cómo hacer buenas preguntas es algo que puedes investigar, practicar y aprender a hacer bien. Esto es lo que tienes que hacer:

Haz preguntas que importen

Las preguntas que importan son las que te hacen pensar y sentir profundamente, las que te guían a la verdad, al testimonio y al cambio. Pueden abarcar una amplia gama de temas, pero por lo general tienen unas cuantas cosas en común: (1) no son superficiales ni se refieren simplemente a hechos (aun cuando pueden ser una continuación de las preguntas sobre hechos), (2) se relacionan de alguna manera con nuestra vida cotidiana, y (3) nos desafían a dar más que una respuesta pre-programada.

Recuerda por qué hacemos preguntas

Las preguntas captan nuestra atención al introducir un vacío que nuestra mente entonces desea llenar. En forma específica, el hacer preguntas que promuevan la reflexión personal permiten que ocurra el siguiente proceso:

  1. Las personas se interesan en lo que estás diciendo.

  2. Utilizan su albedrío para pensar en una respuesta y expresarla.

  3. Este uso del albedrío permite que el Espíritu Santo les testifique de la verdad1.

Teniendo en cuenta ese proceso, tendrás una idea del tipo de preguntas que debes hacer y las que debes evitar.

Recuerda que estás enseñando a personas, y no sólo lecciones

Si conoces a las personas a las que enseñas y piensas en sus necesidades, elegirás preguntas destinadas a ayudarles, no sólo para transmitir ideas.

Estudia y piensa profundamente

A fin de prepararte para enseñar el Evangelio, estudia las Escrituras y las enseñanzas de los profetas y los apóstoles modernos, y ora para que el Espíritu Santo pueda estar contigo y con las personas a las que enseñes (véase D. y C. 42:14; 50:21–22).

Si deseas hacer preguntas que realmente hagan pensar a las personas, tú también necesitas practicar esa forma de pensar. Medita sobre lo que estudies. Te darás cuenta de que lo que te hace pensar más profundamente son las preguntas que te haces a ti mismo a medida que estudias. Presta atención a los tipos de preguntas que realmente te hacen pensar, ya que ésas son las que te llevarán a adquirir mayor conocimiento y un testimonio más grande, y son el mismo tipo de preguntas que podrías hacer cuando estés ayudando a los demás a aprender sobre el Evangelio.

Comienza a hacer preguntas profundas gradualmente

A veces es mejor hacer preguntas que requieran más reflexión e introspección en forma gradual, por lo que quizá desees hacer una pregunta preliminar que sea fácil de contestar y luego seguirla con una o más preguntas que den pie a respuestas bien pensadas. Éstos son algunos ejemplos sencillos:

Pregunta preliminar

Pregunta de seguimiento

¿Qué edad tenía José Smith cuando fue a la Arboleda Sagrada?

¿En qué ocasiones han orado ustedes al Padre Celestial con el tipo de deseo sincero que José tuvo?

¿Creen en Dios?

¿Qué papel desempeña Dios en su vida?

¿Qué han hecho recientemente para prestar servicio a los demás?

¿De qué manera el saber que todos somos hijos de Dios cambia lo que piensan en cuanto al servicio?

Si procuras la guía del Espíritu Santo cuando hagas preguntas, habrá más posibilidad de que hagas la pregunta correcta en el momento correcto. Uno nunca sabe; quizá cambie la vida de alguien.

Nota

  1. “…debes ejercer tu albedrío para permitir que el Espíritu te enseñe” (Richard G. Scott, “Cómo obtener guía espiritual”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 8).

Lecciones dominicales

Tema para este mes: Cómo llegar a ser más semejante a Cristo

Ilustración de engranajes por Sergey Markov/Hemera/Thinkstock; ilustración de cabeza por johavel/iStock/Thinkstock.

Ilustración de manos por ilyast/iStock/Thinkstock.