“Mosíah 4: ‘Siempre retendréis la remisión de vuestros pecados’”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024
“Mosíah 4”, El Libro de Mormón: Manual del maestro
Mosíah 4
“Siempre retendréis la remisión de vuestros pecados”
¿De qué manera podría ser diferente tu vida si sintieras más gozo y paz de conciencia? Los nefitas, conmovidos por las enseñanzas del rey Benjamín, fueron “llenos de gozo” y sintieron “paz de conciencia” al arrepentirse y recibir la remisión de sus pecados (Mosíah 4:3). Después, el rey Benjamín les enseñó cómo podían retener esta remisión de sus pecados. Esta lección puede ayudarte a comprender lo que puedes hacer para recibir y retener la remisión de tus pecados.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Permanecer espiritualmente fuerte
Mira la imagen siguiente y piensa en qué tendría que hacer alguien para mantener esta planta sana y para que siguiera creciendo.
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¿Qué le sucedería a esta planta si la mantuviéramos en un cuarto oscuro o nunca la regáramos?
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¿Cómo podría relacionarse esto con nuestra salud y nuestras necesidades espirituales?
Al igual que sucede al cuidar una planta, mantenernos espiritualmente sanos requiere un esfuerzo constante. En Mosíah 4, el rey Benjamín enseñó a su pueblo lo que debía hacer para permanecer espiritualmente fuerte. A medida que estudies, medita sobre las enseñanzas que te ayudarán en tus esfuerzos por permanecer espiritualmente fuerte a lo largo de la vida y progresar para llegar a ser más semejante al Salvador.
Retener la remisión de nuestros pecados
Recuerda que, como parte de su discurso, el rey Benjamín compartió un mensaje que había recibido de un ángel acerca de la venida de Jesucristo y la importancia de vencer nuestra naturaleza caída mediante la expiación del Salvador (véase Mosíah 3).
Lee Mosíah 4:1–3 para conocer las bendiciones y los sentimientos que experimentó el pueblo del rey Benjamín.
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¿Qué te llama la atención de estos versículos?
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¿Qué crees que las personas tendrían que hacer para permanecer en ese estado purificado y gozoso?
Imagínate cómo sería haber estado entre el pueblo del rey Benjamín ese día. Piensa en la influencia que eso habría tenido en tus sentimientos en cuanto a Jesucristo y en lo que, a partir de esa experiencia, habrías querido retener contigo para siempre.
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¿Qué diferencia supondría en tu vida que sintieras la remisión de tus pecados con más frecuencia?
El resto de las enseñanzas del rey Benjamín que se encuentran en Mosíah 4 nos ayudan a comprender lo siguiente: Después de haber recibido el perdón de Jesucristo, debemos esforzarnos por retener la remisión de nuestros pecados.
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¿Cuál crees que es la diferencia entre recibir y retener la remisión de nuestros pecados?
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¿Por qué crees que es importante que nos esforcemos por retener la remisión de nuestros pecados a lo largo de nuestra vida?
Considera la manera en que puedes poner en práctica esta verdad en tu vida. ¿Qué tan bien sientes que estás reteniendo la remisión de tus pecados? Al continuar estudiando, busca verdades que te puedan ayudar a comprender lo que puedes hacer para retener la remisión de tus pecados.
Lee Mosíah 4:9–16 y busca las enseñanzas del rey Benjamín que nos ayudan a comprender cómo podemos retener la remisión de nuestros pecados.
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¿Cuáles son al menos tres cosas que enseñó el rey Benjamín que debemos hacer para retener la remisión de nuestros pecados y que más te llaman la atención?
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¿De qué manera crees que podrías poner en práctica estas invitaciones del rey Benjamín en tu vida?
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¿De qué manera el hacer estas cosas podría ayudarte a retener la remisión de tus pecados?
Mis próximos pasos
Reflexiona sobre cuán bien estás poniendo en práctica las enseñanzas del rey Benjamín que se encuentran en estos versículos. Para ello, podrías centrarte en los tres o cuatro comportamientos que reconociste recientemente y plantearte preguntas tales como las siguientes:
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¿Cuánto me esfuerzo por hacer esto?
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¿Con qué frecuencia lo hago?
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¿Qué sentimientos e impresiones he tenido hoy que puedan sugerirme aspectos en los que podría mejorar?
Con espíritu de oración, elabora un plan específico para mejorar en un aspecto. Reflexiona sobre los obstáculos que podrías afrontar al tratar de mejorar en este aspecto y lo que podrías hacer para recibir la ayuda del Señor a fin de superar estos desafíos. Podría resultar útil compartir tu meta con un familiar o un ser querido que pueda apoyarte en esto. Si lo deseas, también podrías incorporarla a tus metas de Niños y Jóvenes.