¿De qué manera te ha bendecido el Salvador? ¿Qué espera Él que hagas luego de recibir esas bendiciones? Cuando Alma y Amulek llamaron al pueblo de Ammoníah al arrepentimiento, este rechazó sus enseñanzas. Alma enseñó que el Señor esperaba que fueran más justos que los lamanitas, a quienes no se les había enseñado la verdad, e instó al pueblo a recordar las bendiciones del Señor. El objetivo de esta lección es ayudarte a reconocer y recordar las bendiciones que el Señor te ha dado.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Las bendiciones del Señor para ti
Dedica unos minutos a hacer una lista, en tu diario de estudio, de las bendiciones que has recibido del Padre Celestial y de Jesucristo. (Podrías incluir las bendiciones que has recibido por el hecho de ser miembro de la Iglesia de Cristo).
¿Cómo influye en ti el recordar estos dones y bendiciones?
¿Con qué frecuencia piensas en estas bendiciones? ¿Hay algo que puedas hacer para centrarte más en ellas?
A medida que estudies hoy, tendrás oportunidades de agregar más bendiciones a tu lista. Busca la guía del Padre Celestial para reconocer las bendiciones que te brinda y saber cómo puedes recordarlas a lo largo de tu vida.
Alma y Amulek predican al pueblo de Ammoníah
Cuando Alma y Amulek predicaron la palabra de Dios al pueblo de Ammoníah, esas personas habían endurecido el corazón.
Lee las palabras que Alma les dijo en Alma 9:8–11, 20–22, y busca palabras y frases que indiquen las bendiciones que el Señor les había dado a esas personas y que habían olvidado.
¿Qué encontraste?
¿Qué características del Señor destacó Alma en el versículo 11? (Si lo deseas, marca estas características en tu ejemplar de las Escrituras).
Podría resultar útil saber que el término longanimidad se refiere a la paciencia y al autocontrol del Señor cuando tiene motivos para enojarse.
Dedica un momento a meditar sobre las maneras en que el Señor ha demostrado paciencia contigo. Si lo deseas, agrega estos ejemplos a tu lista de bendiciones.
Más adelante, Alma testificó de otras características del Señor que pueden ayudarnos a comprender el mensaje de Alma. Lee Alma 9:26 y considera marcar esas características. Podría resultarte útil saber que, en las Escrituras, la palabra equidad significa “justicia”.
Al continuar predicando, Alma hizo hincapié en lo siguiente: Jesucristo está lleno de gracia, equidad, verdad, paciencia, misericordia y longanimidad. Medita sobre la razón por la que Alma quería que el pueblo de Ammoníah comprendiera estas características del Salvador.
Comparar y contrastar a dos pueblos
Las Escrituras suelen comparar o contrastar ideas, acontecimientos y personas de maneras que enseñan principios del Evangelio. Buscar estas comparaciones o contrastes puede ser una técnica útil de estudio de las Escrituras. Alma comparó a dos grupos de personas que se encontraban en situaciones distintas: los lamanitas y el pueblo de Ammoníah. Completa el cuadro siguiente en tu diario. Busca el hincapié que Alma hizo en las características del Salvador.
Lo que aprendes sobre el pueblo
Maneras en que el Señor muestra gracia, equidad, verdad, paciencia, misericordia o longanimidad con estas personas
¿De qué manera el enviar a Alma y Amulek a advertir y testificar al pueblo de Ammoníah demuestra la misericordia del Señor?
¿Por qué crees que es importante que recordemos en la actualidad las enseñanzas de Alma acerca de Dios que se encuentran en Alma 9?
¿Qué te ha dado el Señor?
Alma se maravilló por la rapidez con que las personas de Ammoníah olvidaron las bendiciones que el Señor les había dado como pueblo (véase Alma 9:8–11). A fin de ayudarlos a arrepentirse y volverse al Señor, Alma les recordó las muchas bendiciones que habían recibido (véanse los versículos 20–24).
¿Cuáles son algunas de las razones por las que podríamos olvidar lo que el Señor ha hecho por nosotros?
¿Qué cosas el Señor te ha “manifestado, de acuerdo con [t]us deseos, y [t]u fe y oraciones”? (Alma 9:20).
¿De qué maneras has sido bendecido por los dones del Espíritu que se mencionan en Alma 9:21?
¿Cómo te ha rescatado Dios de las pruebas? (véase Alma 9:22).
Dedica un momento a hacer algo que te ayude a recordar las bendiciones que el Señor te ha dado. A continuación, se dan algunas ideas:
Toma una fotografía de la lista que elaboraste en clase y ponla donde puedas verla a menudo, por ejemplo, como fondo de pantalla de tu teléfono.
Escribe tus sentimientos en tu diario de estudio y elabora un plan para anotar tus bendiciones con regularidad.
Configura un recordatorio en tu calendario para que puedas reflexionar con frecuencia sobre lo que el Señor ha hecho por ti.