“Alma 10–11: ‘[D]e acuerdo con el Espíritu del Señor’”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024
“Alma 10–11”, El Libro de Mormón: Manual del maestro
Alma 10–11
“[D]e acuerdo con el Espíritu del Señor”
¿Alguna vez has sido engañado? ¿Recuerdas cómo te sentiste? Cuando estaban testificando al pueblo de Ammoníah, Alma y Amulek fueron confrontados por personas que utilizaron el engaño para tratar de detenerlos, y Alma y Amulek reconocieron ese engaño por medio del Espíritu Santo. Esta lección puede ayudarte a ser más receptivo al Espíritu Santo a fin de conocer la verdad y reconocer los sutiles engaños del adversario.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Cuidarse de lo malo
El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió el siguiente relato de un amigo que trabajaba como investigador para el Gobierno de los Estados Unidos. Busca lo que puedes aprender de esta experiencia sobre evitar el engaño.
[M]i amigo investigaba grupos de crimen organizado que transportaban drogas ilegales a los Estados Unidos.
En una ocasión, él y otro agente se acercaron a un apartamento donde pensaban que un conocido narcotraficante distribuía cocaína. Mi amigo describe lo sucedido:
“Tocamos a la puerta del narcotraficante. El sospechoso abrió la puerta y, al vernos, trató de interponerse para que no pudiésemos ver, pero fue demasiado tarde, porque pudimos ver la cocaína sobre la mesa.
“El hombre y la mujer que se encontraban frente la mesa empezaron de inmediato a quitar la cocaína. Debíamos evitar que destruyeran la evidencia, de modo que rápidamente empujé a un lado al sospechoso que nos bloqueaba la entrada. Al hacerlo, los dos nos miramos a los ojos y, curiosamente, no parecía estar enojado ni tener miedo, y me sonreía.
“Su mirada y su sonrisa cautivadora me dieron la impresión de que él no le haría daño a nadie, por lo que me alejé de él y me dirigí hacia la mesa. El sospechoso quedó a mis espaldas. En ese instante, vino a mi mente una impresión clara y poderosa: ‘Cuídate de lo malo tras los ojos sonrientes’.
“De inmediato me volví hacia el sospechoso; tenía la mano metida en el bolsillo grande de delante. Instintivamente, le agarré la mano y se la saqué del bolsillo. Fue entonces que me di cuenta de que tenía firmemente agarrada una pistola semiautomática, lista para disparar. Tras un momento de conmoción, pude desarmarlo” (véase Neil L. Andersen, “Cuídate de lo malo tras los ojos sonrientes”, Liahona, mayo de 2005, pág. 46).
-
¿Qué te llama la atención de la experiencia que relató el élder Andersen?
-
¿Cuáles son las maneras en que Satanás podría tratar de engañarnos en la actualidad?
A medida que estudies hoy, busca maneras en las que puedas reconocer el engaño, a fin de evitar las cosas que podrían dañarte espiritualmente.
Advertidos del engaño
Cuando Amulek testificó al pueblo de Ammoníah que Dios lo había llamado, algunas personas se asombraron (véase Alma 10:12). Él era un “hombre de no poca reputación” (Alma 10:4) entre su pueblo y se había unido a Alma para testificar en contra de ellos. Algunos abogados habilidosos querían engañar a Alma y a Amulek y ganar dinero en el proceso (véanse Alma 10:13; 11:20).
Lee Alma 10:15–17 para saber cómo reaccionó Amulek ante esos abogados.
-
¿De qué maneras los engaños son como “asechanzas y trampas”? (Alma 10:17).
A medida que continúes estudiando, busca la forma en que Amulek pudo percibir los pensamientos y las trampas de los abogados.
Zeezrom, uno de los abogados, que era “diestro en los artificios del diablo” (Alma 11:21), les puso una trampa.
Lee Alma 11:21–25 para saber cómo Zeezrom trató de engañar y tentar a Amulek para que negara la existencia de Dios. Podría resultar útil saber que “seis ontíes de plata” (Alma 11:22) equivalían a unas seis semanas de sueldo como abogado (véase Alma 11:3, 11–13).
-
¿Qué aprendiste de la respuesta de Amulek?
Aunque Amulek hubiera negado a Dios, Zeezrom nunca le habría dado el dinero; solamente se lo ofreció para tratar de desacreditarlo y “destruir[lo]” (Alma 11:25).
Más adelante, Alma le explicó a Zeezrom cómo él y Amulek habían podido percibir sus engaños y trampas. Lee Alma 12:2–7 y busca la respuesta.
Una verdad que podemos aprender es la siguiente: Dios puede ayudarnos a reconocer los engaños de Satanás por medio del Espíritu Santo.
-
¿De qué manera fue el relato del élder Andersen un ejemplo de este principio?
-
¿Cuáles son algunas de las maneras en que el Espíritu Santo se comunica con nosotros? (Si te resultara útil, podrías leer Doctrina y Convenios 8:2–3; 9:7–9; 11:12, o estudiar la entrada “Espíritu Santo” en la Guía para el Estudio de las Escrituras).
-
¿Cómo influyen las decisiones que tomamos en nuestra capacidad de ser guiados por el Espíritu Santo?
Si lo deseas, marca las frases de Alma 11:22 que reflejen la determinación de Amulek a seguir el Espíritu y medita sobre cómo lo ayudó esa decisión.
Evitar el engaño conociendo la verdad
Una manera en la que Satanás procura engañarnos es confundiendo nuestra comprensión de Jesucristo.
Lee Alma 11:26–37, 40–41, y busca las enseñanzas falsas de Zeezrom acerca de Jesucristo y las respuestas de Amulek.
Para ayudarte a comprender estos versículos, podrías dibujar el cuadro siguiente en tu diario de estudio. Debajo de cada enseñanza, anota actitudes, ideas o comportamientos a los que podría conducir esa enseñanza.
Enseñanza falsa: Jesucristo nos salvará “en [nuestros] pecados” sin arrepentirnos (Alma 11:34). |
Enseñanza verdadera: Jesucristo nos salvará de nuestros pecados si acudimos a Él sinceramente y nos arrepentimos. |
---|---|
-
¿Por qué es importante saber que Jesucristo puede salvarnos de nuestros pecados, pero no en nuestros pecados?
-
¿Qué aprendes de la manera en que Amulek respondió las preguntas de Zeezrom?
Haz una lista de al menos tres maneras realistas en las que Satanás podría tratar de engañar a los adolescentes en la actualidad. Podrías incluir los engaños que enfrentó Amulek, tales como las creencias falsas sobre Dios, la promesa de riqueza o poder, o los ataques a nuestro testimonio de Dios. Otros posibles engaños son hacer que algo bueno parezca malo, o viceversa (véase Isaías 5:20), y la mentira de que no existen el bien y el mal (véase 2 Nefi 28:22).
Junto a cada una de las maneras en que Satanás podría tratar de engañarnos, anota al menos una manera en que podemos pedir ayuda a Dios, por medio del Espíritu Santo, para vencer esa tentación. Anota cosas específicas que sepas acerca del Espíritu Santo que puedan resultar de ayuda.