“Alma 19: Su brazo se extiende a todos los que se arrepientan y crean”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024
“Alma 19”, El Libro de Mormón: Manual del maestro
Alma 19
Su brazo se extiende a todos los que se arrepientan y crean
Cuando piensas en compartir el Evangelio con los demás, ¿sientes alguna vez que hay algunas personas que probablemente no aceptarán nunca las enseñanzas del Salvador? ¿Cómo crees que el Padre Celestial ve a estas personas? En las experiencias misionales de Ammón con los lamanitas, vemos que el Señor está preparando el corazón de todo tipo de personas para que reciban Su Evangelio. Esta lección puede ayudarte a comprender que el Señor ama a todas las personas y desea que vengan a Él.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Haz esta encuesta
En una escala del 1 al 5, valora cuál sería la probabilidad de que invites a las personas siguientes a aprender más acerca del evangelio de Jesucristo.
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Alguien a quien conozcas que haya expresado interés en la Iglesia.
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Un amigo o un familiar que, por lo general, sigue las normas del Evangelio, pero aún no es miembro.
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Un amigo o familiar que no siga las normas del Evangelio.
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Alguien a quien conozcas que haya rechazado invitaciones anteriores de otras personas a aprender más acerca del Evangelio.
Medita sobre por qué has respondido así.
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¿Cómo podrían nuestras opiniones personales acerca de los demás influir en nuestros esfuerzos por compartir el Evangelio?
Cuando los hijos de Mosíah comenzaron su misión entre los lamanitas, muchas personas se rieron de ellos y dudaron que pudieran tener éxito entre ese pueblo inicuo (véase Alma 26:23–25). Sin embargo, Ammón y sus hermanos sí tuvieron éxito. Tal vez recuerdes que, después de que Ammón enseñó el Evangelio al rey Lamoni, este creyó sus palabras, oró para pedir misericordia y cayó a tierra cuando fue dominado por el Espíritu (véase Alma 18:40–43).
Hoy aprenderás acerca de lo que ocurrió en la casa de Lamoni después de que Ammón enseñó al rey. A medida que estudies, busca verdades que puedan ayudarte a comprender mejor la forma en que el Padre Celestial ve a Sus hijos, incluidos quienes parece poco probable que acepten el Evangelio.
Ammón continuó enseñando a los de la casa de Lamoni
Cuando la reina de los lamanitas se enteró de la muerte de su esposo, envió a buscar a Ammón para hablar con él (véase Alma 19:1–3).
Lee Alma 19:4–17 para saber lo que la reina y otras personas experimentaron después de hablar con Ammón. También podrías mirar “Ammón sirve y enseña al rey Lamoni”, desde 15:18 hasta 20:06. Este video se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.
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¿Qué aprendes sobre la reina en estos versículos?
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¿Qué había aprendido Lamoni acerca de Jesucristo durante los tres días anteriores?
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¿Por qué crees que este conocimiento brindó tanto gozo a Lamoni?
Después de juntar a otras personas en la casa del rey, Abish, la criada de la reina, se sorprendió y entristeció cuando comenzaron a contender unas con otras sobre el motivo por el cual el rey y los de su casa estaban tendidos en la tierra como si estuvieran muertos (véase Alma 19:18–28).
Lee Alma 19:29–36 para saber lo que hizo Abish en ese momento de contención y lo que sucedió después entre los lamanitas. También podrías mirar “Ammón sirve y enseña al rey Lamoni”, desde 20:07 hasta 23:04. Este video se encuentra disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.
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¿Qué influencia tuvo el evangelio de Jesucristo en los muchos lamanitas que decidieron creer?
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¿Qué verdad sobre el Señor enseñó Mormón en el versículo 36 después de compartir este relato?
El deseo del Señor de que todos vengan a Él
A partir de las palabras de Mormón que se encuentran en el versículo 36, aprendemos lo siguiente: El brazo del Señor se extiende a todas las personas que quieran arrepentirse y creer en Su nombre. Podrías marcar esta verdad en tu ejemplar de las Escrituras.
En este contexto, el brazo del Señor que se extiende incluye Su misericordia y Su disposición a perdonar.
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¿Qué experiencias te han ayudado a descubrir la veracidad de este principio en tu vida o en la de otras personas?
A veces podríamos decidir, incorrectamente, que alguien no está interesado en el Evangelio debido a su apariencia o lo que ha hecho en el pasado. Dedica un momento a imaginar a alguien en esta situación. Podría ser una persona específica que conozcas o simplemente podrías pensar en personas que se ajustan a esta descripción de manera general.
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¿Qué siente Dios acerca de esta persona?
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El hecho de comprender lo que Dios siente por esa persona, ¿cómo puede influir en tus sentimientos por él o ella?