Seminario
3 Nefi 27, Parte 2: Llegar a ser santificados por medio de Jesucristo


“3 Nefi 27, Parte 2: Llegar a ser santificados por medio de Jesucristo”, El Libro de Mormón: Manual del maestro, 2024

“3 Nefi 27, Parte 2”, El Libro de Mormón: Manual del maestro

3 Nefi 27, Parte 2

Llegar a ser santificados por medio de Jesucristo

un niño contento siendo bautizado

¿Ha habido ocasiones en las que has querido estar más limpio espiritualmente? Cuando Jesucristo enseñó a Sus discípulos en la antigua América, explicó las bendiciones importantes que están al alcance de aquellos que siguen Su evangelio, incluida la santificación por medio del Espíritu Santo. Esta lección puede ayudarte a comprender cómo puedes recibir el poder santificador del Salvador a medida que te esfuerzas por vivir Su evangelio.

Ayudar a los alumnos a experimentar un sentido de pertenencia. Seminario debe ser un entorno en el que los alumnos se sientan seguros y apoyados, y donde se valoren sus contribuciones. Demuestre su amor y preocupación por los alumnos al interactuar con ellos. Anime a los miembros de la clase a escucharse unos a otros y a valorar las perspectivas de sus compañeros.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a leer los tres primeros párrafos de “Espíritu Santo” en la Guía para el Estudio de las Escrituras (scriptures.ChurchofJesusChrist.org). Invítelos a acudir a clase preparados para compartir cómo creen que el Espíritu Santo puede ayudarlos a llegar a ser santificados o más semejantes a Salvador.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

Sucio

A fin de ayudar a los alumnos a prepararse para estudiar sobre la necesidad de ser limpios de sus pecados, considere compartir el relato siguiente.

El élder Allen D. Haynie, de los Setenta, compartió el siguiente relato de su niñez.

10:25

Cuando tenía nueve años, mi abuela materna, de cabellos canos y apenas metro y medio de altura, vino a pasar unas semanas en nuestro hogar. Una tarde, mientras ella estaba con nosotros, mis dos hermanos mayores y yo decidimos cavar un hoyo en un campo que había frente a nuestra casa, cruzando la calle. No recuerdo por qué lo hicimos [pero] a veces los niños cavan hoyos. Nos ensuciamos un poco, pero no era nada que fuera a causarnos demasiados problemas. Otros niños del vecindario vieron lo emocionante que era cavar un hoyo y empezaron a ayudarnos, y todos nos ensuciamos un poco más. La tierra estaba dura, así que tomamos una manguera del jardín y echamos un poco de agua en el fondo del hoyo para ablandar la tierra. Nos manchamos de barro mientras cavamos, pero el hoyo se hizo más profundo.

Alguien del grupo decidió que debíamos convertir el hoyo en una piscina, así que la llenamos de agua. Como yo era el menor y deseaba sentirme integrado, me convencieron para que saltara y la probara. Ahora sí que estaba sucio. Al principio no había pensado en terminar todo cubierto de barro, pero así es como acabé.

Cuando empezó a hacer frío, crucé la calle con la intención de entrar en casa, pero mi abuela se puso frente a la puerta y me impidió pasar. Me dijo que si lo hacía, dejaría manchas de barro en la casa que ella acababa de limpiar. Así que hice lo que haría cualquier niño de nueve años bajo esas circunstancias y corrí hacia la puerta de atrás, pero ella fue más rápida de lo que yo pensaba. Me enojé, pataleé y exigí entrar en casa, pero la puerta permaneció cerrada.

Estaba mojado, lleno de barro, tenía frío y, en mi mente infantil, creía que iba a morir en mi propio patio. Finalmente, le pregunté a mi abuela qué tenía que hacer para entrar en casa y antes de que me diera cuenta, yo estaba en el patio del fondo mientras ella me lavaba con una manguera. Después de lo que me pareció una eternidad, mi abuela dijo que estaba limpio y me dejó pasar. En la casa hacía más calor y pude ponerme ropa seca y limpia (Allen D. Haynie, “Recordemos en quién hemos confiado”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 121).

  • ¿Qué comparaciones espirituales podrías hacer entre el relato del élder Haynie y nuestra vida?

En 3 Nefi 27, como parte del discurso del Salvador a Sus discípulos nefitas acerca de Su evangelio, Él enseñó acerca de las consecuencias del pecado y cómo podemos superarlas y llegar a estar espiritualmente limpios.

Lee 3 Nefi 27:19 para conocer las enseñanzas del Salvador.

  • ¿Qué te enseña este versículo acerca de tu necesidad de Jesucristo y Su expiación?

Compartir el párrafo siguiente puede ayudar a los alumnos a reconocer su necesidad personal de obtener el poder purificador del Salvador.

Jesucristo puede limpiarte de la mancha del pecado y ayudarte a llegar a ser santo. Piensa en la necesidad que tienes de ser limpiado del pecado y en cómo te sentirías o te sientes al estar espiritualmente limpio. Al estudiar hoy, busca enseñanzas que pueden ayudarte a comprender mejor cómo puedes tener acceso al poder santificador del Salvador en tu vida.

Jesucristo describe cómo podemos ser santificados por medio del Espíritu Santo

En 3 Nefi 27:20–22, el Salvador enseñó lo que podemos hacer para recibir Su poder santificador y hacernos merecedores de la vida eterna. Para ayudarte a estudiar estos versículos, copia el cuadro siguiente en tu diario de estudio.

Si lo desea, copie este cuadro en la pizarra para que los alumnos puedan completarlo como clase después de estudiar.

Mandamientos

Bendiciones

Lee 3 Nefi 27:20–22 y completa el cuadro a partir de lo que encuentres.

3 Nefi 27:20 es un pasaje del Dominio de la doctrina. Si lo deseas, marca los pasajes del Dominio de la doctrina de alguna forma particular para poder encontrarlos con facilidad. En la lección siguiente tendrás la oportunidad de poner en práctica la doctrina que se enseña en este pasaje en relación con una pregunta o una situación.

  • ¿Cómo resumirías las enseñanzas del Salvador que se encuentran en el versículo 20 en un enunciado que contenga una verdad?

Una verdad que podemos aprender es la siguiente: Si nos arrepentimos y venimos a Jesucristo siendo bautizados, podemos ser santificados al recibir el Espíritu Santo y presentarnos sin mancha ante Él en el postrer día.

Ser santificado significa que una persona “se libra del pecado y se vuelve pura, limpia y santa mediante la expiación de Jesucristo” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Santificación”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org).

  • ¿Cómo nos ayudan el arrepentimiento y el bautismo a experimentar la santificación por medio de Jesucristo?

  • ¿Cómo podrías responder a alguien que se pregunta cómo se aplican estos mandamientos en su caso después de haber recibido la ordenanza del bautismo?

Si fuera necesario, ayude a los alumnos a comprender que, debido a que somos imperfectos, tenemos oportunidades de arrepentirnos cada día. También debemos esforzarnos continuamente por guardar nuestros convenios bautismales después de ser bautizados. Participar dignamente de la Santa Cena nos da la oportunidad de renovar esos convenios cada semana. Todas estas acciones nos ayudan a llegar a ser más puros espiritualmente.

Para enseñar estos conceptos, podría utilizar las declaraciones del presidente Russell M. Nelson y del presidente Boyd K. Packer que se encuentran en la sección “Comentarios e información de contexto”.

Llegar a ser santificados por medio del Espíritu Santo

Las palabras de Jesucristo en el versículo 20 nos enseñan que la manera en que Él nos ayuda a llegar a ser santificados es mediante la recepción del Espíritu Santo.

El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, enseñó acerca de la relación que hay entre la expiación del Salvador y la influencia santificadora del Espíritu Santo.

Si hoy han sentido la influencia del Espíritu Santo, pueden considerarlo como prueba de que la Expiación está obrando en su vida. Por esa razón y muchas otras, harían bien en colocarse en lugares y ocuparse en tareas que inviten a los susurros del Espíritu Santo. El sentir la influencia del Espíritu Santo funciona de ambas formas: el Espíritu Santo solo mora en un templo limpio y la recepción del Espíritu Santo nos limpia por medio de la expiación de Jesucristo (Henry B. Eyring, “Gifts of the Spirit for Hard Times”, Ensign, junio de 2007, pág. 23).

  • ¿De qué forma has notado la influencia refinadora del Espíritu en tu vida?

    Como parte del análisis de la pregunta anterior, podría compartir ejemplos de cómo el Espíritu Santo lo ha ayudado a aumentar su pureza espiritual. Podría incluir maneras en que el Espíritu Santo ha aumentado sus deseos de seguir a Jesucristo o las impresiones que ha recibido del Espíritu Santo para evitar conductas que lo estaban alejando del Salvador.

  • ¿Cuáles son algunas maneras en que podemos invitar la compañía constante del Espíritu Santo para que podamos ser bendecidos con regularidad con su influencia santificadora?

Poner en práctica las enseñanzas del Salvador en tu vida

Las verdades que has estudiado hoy son sencillas, pero es esencial que las sigas constantemente a fin de que puedas regresar de forma digna a la presencia de Dios. Piensa en cómo pondrás en práctica en tu vida lo que has aprendido y sentido. Podrías elegir una o más de las opciones siguientes o escoger otra manera de poner en práctica estas enseñanzas.

Muestre las opciones siguientes y dé a los alumnos suficiente tiempo para meditar y quizás redactar un plan de acción en su diario de estudio. Cuando hayan terminado, comparta su testimonio de las verdades que han analizado en esta lección.

  1. Ser más deliberado en cuanto a arrepentirte cada día y decidir seguir al Salvador más plenamente.

  2. Hacer de tu participación en la ordenanza de la Santa Cena una parte más significativa de tu adoración dominical.

  3. Reconocer un pecado o una distracción que limite la compañía del Espíritu Santo en tu vida. Realizar las acciones necesarias para eliminar ese pecado o distracción de tu vida.

  4. Comenzar a hacer algo que te dé más acceso a la compañía del Espíritu Santo.