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10 – 16 noviembre: “He visto tus sacrificios al obedecer”: Doctrina y Convenios 129–132


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“Doctrina y Convenios 129–132”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: 2025

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José Smith enseñando

Detalle de Joseph Smith in Nauvoo, 1840 [José Smith en Nauvoo, 1840], por Theodore Gorka

10 – 16 noviembre: “He visto tus sacrificios al obedecer”

Doctrina y Convenios 129–132

Por medio de José Smith, el Señor desveló parte del misterio de la eternidad. La grandeza de Dios, la gloria de los cielos y la inmensidad de la eternidad pueden parecer casi familiares a la luz del Evangelio restaurado, incluso para nuestra mente finita. Las revelaciones que están en Doctrina y Convenios 129–132 son un buen ejemplo de ello. ¿Cómo es Dios? Dios “tiene un cuerpo […] tangible como el del hombre”. ¿Cómo es el cielo? “La misma sociabilidad que existe entre nosotros aquí, existirá entre nosotros allá” (Doctrina y Convenios 130:22, 2). De hecho, una de las verdades más gozosas sobre el cielo es que puede abarcar nuestras preciadas relaciones familiares, si están selladas por la debida autoridad. Verdades como esas pueden hacer que el cielo parezca menos distante; glorioso, sí, pero alcanzable.

Sin embargo, en ocasiones, Dios quizás nos pida que hagamos cosas que parezcan incómodas e irrealizables. Para muchos de los primeros santos, el matrimonio plural fue uno de esos mandamientos. Fue una enorme prueba de fe para José Smith, para Emma, su esposa, y para casi todos los que lo recibieron. Para pasar esa prueba, necesitaron más que tan solo sentimientos positivos en cuanto al Evangelio restaurado; necesitaron una fe en Dios que fuera mucho más profunda. El mandamiento ya no está en vigor hoy en día, pero el fiel ejemplo de quienes lo vivieron permanece, y ese ejemplo nos inspira cuando se nos pide que hagamos nuestros propios “sacrificios [para] obedecer” (Doctrina y Convenios 132:50).

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Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Doctrina y Convenios 130–132

Dios quiere exaltar a Sus hijos.

Hay muchas cosas que no sabemos sobre la exaltación (es decir, la vida en el grado más alto del Reino Celestial), que es la clase de vida que Dios vive. Gran parte de ello podría exceder nuestra capacidad actual de comprensión. Sin embargo, Dios ha revelado algunos preciados indicios, muchos de los cuales se hallan en Doctrina y Convenios 130–132. Al leer, podrías tener presentes preguntas como estas: ¿Qué aprendo sobre Dios? ¿Qué aprendo sobre la vida después de la vida terrenal? ¿De qué modo esta información sobre la vida eterna bendice mi vida ahora?

Véase también “Sentimos gran regocijo en el corazón al oírle hablar”, Revelaciones en contexto, págs. 296–300.

Doctrina y Convenios 130:20–21; 132:5

Dios bendice a las personas que obedecen Sus leyes.

¿Cómo expresarías, con tus propias palabras, lo que el Señor enseña en Doctrina y Convenios 130:20–21 y 132:5? Medita en el modo en que ese principio ha quedado demostrado en tu vida.

A veces, incluso cuando somos obedientes a Dios, las bendiciones que esperamos no llegan de inmediato. ¿Cómo mantienes tu fe y tus esperanzas cuando sucede eso? Busca algunas ideas al respecto en el discurso del élder D. Todd Christofferson, “Nuestra relación con Dios”, (Liahona, mayo de 2022, págs. 78–81).

Véanse también 1 Nefi 17:35; Doctrina y Convenios 82:10.

Doctrina y Convenios 132:13–21

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El Padre Celestial hizo posible que las familias sean eternas.

Mediante el profeta José Smith, el Señor restauró la verdad de que el matrimonio y las relaciones familiares pueden ser eternas. Al leer Doctrina y Convenios 132:13–21, busca frases que te ayuden a comprender la diferencia entre lo que “permanecer[á]” eternamente y lo que no. ¿Qué crees que signifique que los lazos matrimoniales sean “por [el Señor]” (versículo 14)?

En su mensaje “Un elogio a los que salvan”, el presidente Dieter F. Uchtdorf contrasta los lazos del matrimonio eterno con los artículos “desechables” (Liahona, mayo de 2016, págs. 77–78). ¿Qué te enseña esa diferenciación sobre cómo cultivar una relación matrimonial (o bien, prepararte para ella)? Piensa en tus relaciones familiares —las actuales y las futuras— mientras lees el mensaje de Elder Uchtdorf. ¿Qué encuentras allí que te dé esperanza en Cristo para tus relaciones familiares?

El presidente Henry B. Eyring mencionó este consejo que recibió mientras se hallaba preocupado por la situación de su familia: “Usted simplemente viva digno del Reino Celestial, y la situación de su familia será más maravillosa de lo que pueda imaginar” (en “Un hogar en el que more el Espíritu del Señor”, Liahona, mayo de 2019, pág. 25). ¿Cómo puede ayudarte ese consejo a ti o a alguien a quien conozcas?

Véanse también “Las familias pueden ser eternas”, Himnos, nro. 195; Temas y preguntas, “Matrimonio”, Biblioteca del Evangelio.

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Un hombre y una mujer fuera del templo

El matrimonio puede ser sellado por la eternidad en la Casa del Señor

Doctrina y Convenios 132:1–2, 29–40

El matrimonio plural es aceptable para Dios solo cuando Él lo manda.

Muchas personas que hayan leído el Antiguo Testamento probablemente se hayan preguntado por qué Abraham, Jacob, Moisés y otros tuvieron varias esposas. ¿Acaso cometían adulterio esos siervos del Señor? ¿Aprobaba Dios sus matrimonios? José Smith tenía preguntas semejantes. Busca respuestas en Doctrina y Convenios 132:1–2, 29–40.

La norma de Dios en cuanto al matrimonio es que sea entre un hombre y una mujer (véase el encabezamiento de la Declaración Oficial 1; véase también Jacob 2:27, 30). Sin embargo, ha habido épocas en que Dios ha mandado a Sus hijos practicar el matrimonio plural.

Los primeros años de la Iglesia restaurada fueron una de esas épocas de excepción. Si quieres aprender más sobre el matrimonio plural entre los primeros santos, véanse “Mercy Thompson y la revelación sobre el matrimonio” (en Revelaciones en contexto, págs. 301–314); Santos, tomo I, págs. 294–296, 441–445, 491–501, 511–514; Temas y preguntas, “El matrimonio plural en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, Biblioteca del Evangelio; “Why Was It Necessary for Joseph Smith and Others to Practice Polygamy?” (video), LaIglesiadeJesucristo.org.

Personas, Lugares, Acontecimientos

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Ideas para enseñar a los niños

Doctrina y Convenios 130:2, 18–19; 132:13, 19

El Padre Celestial quiere que me centre en las cosas eternas.

Doctrina y Convenios 130:20–21132:5, 21–23

Dios me bendice cuando obedezco Sus leyes.

  • Quizás una comparación sencilla podría enseñar a los niños en cuanto a obedecer los mandamientos de Dios. Por ejemplo, podrías pedirles que te den indicaciones para ir andando hasta algún lugar, como una escuela o un edificio de la Iglesia. ¿Qué sucede cuando no seguimos las instrucciones? Luego, podrían leer Doctrina y Convenios 130:21 y comparar esas instrucciones con los mandamientos que Dios nos ha dado.

  • También podrían cantar juntos alguna canción sobre la obediencia, tal como “Siempre obedece los mandamientos” (Canciones para los niños, págs. 68–69), y buscar palabras en Doctrina y Convenios 130:20–21 y 132:5 que sean similares a las de la canción. ¿De qué modo nos bendice Dios conforme nos esforzamos por guardar Sus mandamientos?

Doctrina y Convenios 130:22

El Padre Celestial y Jesucristo tienen un cuerpo físico inmortal.

  • Después de leer juntos Doctrina y Convenios 130:22, los niños y tú podrían observar alguna lámina de Jesucristo y señalar Sus ojos, boca y otras partes del cuerpo. Luego, los niños podrían señalar las mismas partes en su propio cuerpo. Diles por qué es importante para ti saber que nuestro cuerpo se parece a los cuerpos del Padre Celestial y de Jesús.

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Una mujer y una niña fuera del templo

Gracias a las ordenanzas de la Casa del Señor, las familias pueden ser eternas.

Doctrina y Convenios 132:19

El Padre Celestial ha hecho posible que las familias estén juntas para siempre.

  • Ayuda a los niños a pensar en ejemplos de cosas que no duren para siempre (por ejemplo, los alimentos se descomponen, las flores se marchitan, etc.). Luego, repasen juntos Doctrina y Convenios 132:19 y busquen frases clave como “sempiterno convenio”, “sellado”, “por toda la eternidad” y “por siempre jamás” (véase también el “Capítulo 55: Una revelación sobre el matrimonio”, en Relatos de Doctrina y Convenios, pág. 198, o el video correspondiente en la Biblioteca del Evangelio). También puedes mostrarles fotografías de la familia y testificar que el Señor ha hecho posible, a través de las ordenanzas y los convenios del templo, que las familias perduren para siempre.

Procura ser sensible a la situación de cada familia. “Los niños hoy en día viven en muchas situaciones familiares diferentes y complejas. [Necesitamos] tender la mano a los […] que se sienten solos, excluidos o que están al otro lado de la cerca” (Neil L. Andersen, “Cualquiera que los reciba, a mí me recibe”, Liahona, mayo de 2016, págs. 49, 52).

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

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Una sala de sellamiento

Una sala de sellamiento del Templo de París, Francia

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Hoja de actividades para niños

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