“26 diciembre – 1 enero. Somos responsables de nuestro propio aprendizaje”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: Nuevo Testamento 2023 (2022)
“26 diciembre – 1 enero. Somos responsables de nuestro propio aprendizaje”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: 2023
26 diciembre – 1 enero
Somos responsables de nuestro propio aprendizaje
El propósito de las Escrituras es ayudarle a venir a Cristo y llegar a convertirse más profundamente a Su evangelio. Ven, sígueme — Para uso individual y familiar puede ayudarle a entender las Escrituras y a hallar en ellas la fortaleza espiritual que usted y su familia necesitan. Luego, en las clases de la Iglesia, tendrá oportunidades de compartir ideas y alentar a los demás santos en sus esfuerzos por seguir a Cristo.
Anote sus impresiones
“¿Qué buscáis?”, preguntó Jesús a los discípulos de Juan el Bautista (Juan 1:38). Usted puede hacerse la misma pregunta, porque lo que encuentre en el Nuevo Testamento este año dependerá considerablemente de lo que esté buscando. “[B]uscad, y hallaréis” es la promesa del Salvador (Mateo 7:7). Por tanto, piense en las preguntas que vengan a su mente cuando esté estudiando, y luego busque diligentemente las respuestas. En el Nuevo Testamento leerá acerca de las poderosas experiencias espirituales de los discípulos de Jesucristo. Por ser un fiel discípulo del Salvador, puede tener sus propias experiencias espirituales y poderosas conforme acepte la invitación del Salvador que se halla a lo largo de este volumen sagrado: “Ven, sígueme” (Lucas 18:22).
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
Para en verdad aprender del Salvador, debo aceptar Su invitación: “Ven, sígueme”
La invitación del Salvador, “Ven, sígueme”, se aplica a todos, ya sea que estemos iniciándonos en la senda del discipulado o que la hayamos transitado toda nuestra vida. Aquella fue Su invitación al joven rico que se esforzaba por guardar los mandamientos (véanse Mateo 19:16–22; Lucas 18:18–23). Lo que el joven aprendió —y lo que todos debemos aprender— es que ser discípulo significa entregar nuestra alma entera al Padre Celestial y a Jesucristo. Progresamos en nuestro discipulado cuando nos damos cuenta de lo que nos falta, cambiamos y procuramos seguirles más plenamente.
Comenzamos a aprender del Salvador cuando nos esforzamos por entender lo que Él enseñó. Por ejemplo, ¿de qué forma aumenta su comprensión de la humildad cuando examina lo siguiente?
-
Las enseñanzas del Salvador (véanse Mateo 18:1–5; Lucas 18:9–14).
-
Un ejemplo de Su vida (véase Juan 13:1–15).
Si desea aprender más, pruebe esa actividad con otro principio del Evangelio, tal como el amor o el perdón.
Soy responsable de mi propio aprendizaje
El élder David A. Bednar dijo: “… No debemos esperar que la Iglesia, como organización, nos enseñe o nos diga todo lo que necesitamos saber y hacer para ser discípulos devotos y perseverar valientemente hasta el fin. Más bien, nuestra responsabilidad personal es aprender lo que debemos aprender, vivir como sabemos que debemos vivir, y llegar a ser lo que el Maestro quiere que seamos; y nuestros hogares son el mejor entorno para aprender, vivir y llegar a ser” (“Preparados para recibir cuanto fuere necesario”, Liahona, mayo de 2019, pág. 102).
¿Qué significa aceptar la responsabilidad de su propio aprendizaje? Busque posibles respuestas en la declaración del élder Bednar y en los siguientes pasajes: Juan 7:17; 1 Tesalonicenses 5:21; Santiago 1:5–6, 22; 2:17; 1 Nefi 10:17–19; 2 Nefi 4:15; Alma 32:27; y Doctrina y Convenios 18:18; 58:26–28; 88:118. ¿Qué se siente inspirado a hacer para ser más activo en el aprendizaje del Evangelio?
Debo conocer la verdad por mí mismo
Tal vez conozca a personas que parece que nunca pierden la fe, sin importar lo que ocurra en sus vidas. Puede que estas personas le recuerden a las cinco vírgenes prudentes de la parábola del Salvador (véase Mateo 25:1–13). Lo que probablemente no vea son los esfuerzos diligentes de esas personas para fortalecer sus testimonios de la verdad.
¿Cómo obtenemos y nutrimos nuestro testimonio? Anote sus ideas a medida que medite en los siguientes pasajes de las Escrituras: Lucas 11:9–13; Juan 5:39; 7:14–17; Hechos 17:10–12; 1 Corintios 2:9–11; y Alma 5:45–46. (Véase también Temas del Evangelio, “Testimonio”, topics.ChurchofJesusChrist.org).
¿Qué debo hacer cuando tenga preguntas?
Al procurar conocimiento espiritual, surgirán preguntas en su mente. Los siguientes principios le ayudarán a analizar las preguntas de maneras que edifiquen la fe y el testimonio:
-
Procure entendimiento de Dios. Dios es la fuente de toda verdad, y Él revela la verdad por medio del Espíritu Santo, de las Escrituras y de Sus profetas y apóstoles.
-
Actuar con fe. Si no llegan las respuestas inmediatamente, confíe en que el Señor le revelará respuestas cuando sea el momento correcto. Entretanto, continúe viviendo conforme a las verdades que ya conoce.
-
Mantener una perspectiva eterna. Procure ver las cosas como las ve el Señor, no como las ve el mundo. Considere sus preguntas en el contexto del plan de salvación del Padre Celestial.
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la noche de hogar
-
Mateo 13:1–23.A fin de ayudar a su familia a prepararse para aprender del Nuevo Testamento este año, pueden leer la parábola del sembrador. Tal vez les agrade salir al aire libre y buscar los diferentes tipos de terreno que se describen en la parábola. ¿Cómo podemos hacer que nuestro corazón sea como la “buena tierra” que Jesús describió? (Mateo 13:8).
-
Gálatas 5:22–23; Filipenses 4:8.El presidente Russell M. Nelson lo ha invitado a “transformar su hogar en un santuario de fe” y a “remodelar su hogar, centrándolo en el aprendizaje del Evangelio”. A quienes lo hagan, les prometió: “Sus hijos estarán entusiasmados por aprender y vivir las enseñanzas del Salvador, y la influencia del adversario en su vida y en su hogar disminuirá. Los cambios en su familia serán notables y duraderos” (“Cómo ser Santos de los Últimos Días ejemplares”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 113–114).
El comienzo de un año nuevo es una buena ocasión para celebrar un consejo de familia sobre cómo hacer que el hogar sea un “santuario de fe” y un centro de “aprendizaje del Evangelio”. ¿Qué ideas sobre cómo hacerlo le acuden a la mente al leer Gálatas 5:22–23 y Filipenses 4:8? Tal vez la familia podría fijarse metas individuales y familiares para estudiar el Nuevo Testamento este año entrante. ¿Qué podemos hacer para recordar las metas?
Para consultar más ideas sobre la enseñanza de los niños, véase la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para la Primaria.
Canción que se sugiere: “Hazme andar en la luz”, Canciones para los niños, págs. 70–71.