Antiguo Testamento 2022
5 – 11 diciembre. Hageo; Zacarías 1–3; 7–14: “Santidad a Jehová”


“5 – 11 diciembre. Hageo; Zacarías 1–3; 7–14: ‘Santidad a Jehová’”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: Antiguo Testamento 2022 (2021)

“5 – 11 diciembre. Hageo; Zacarías 1–3; 7–14”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: 2022

Templo de Laie, Hawái

Templo de Laie, Hawái

5 – 11 diciembre

Hageo; Zacarías 1–3; 7–14

“Santidad a Jehová”

La lectura de las Escrituras invita la revelación. Sea receptivo a los mensajes que el Espíritu Santo le revela al leer Hageo y Zacarías.

Anote sus impresiones

Después de décadas de cautiverio, se permitió que un grupo de israelitas, entre los que probablemente estaban los profetas Hageo y Zacarías, regresaran a Jerusalén. Algunas personas que integraban ese grupo recordaban cómo era Jerusalén antes de ser destruida. Imagine cómo se habrán sentido al ver los escombros que antes habían sido sus casas, sus lugares de adoración y su templo. A los que se preguntaban si el templo alguna vez volvería a parecerse en algo a la “casa [del Señor] en su gloria primera” (Hageo 2:3), el profeta Hageo pronunció estas palabras de aliento de Jehová: “… cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros […], no temáis”. “… [L]lenaré de gloria esta casa […] y daré paz en este lugar” (Hageo 2:4–5, 7, 9).

No obstante, no era solo el santo templo lo que había que reconstruir; en muchos aspectos, el pueblo de Dios se hallaba en ruinas en el sentido espiritual, y para reconstruir un pueblo santo, se requiere mucho más que labrar piedras y colocarlas, como cuando se erige un templo. Hoy en día, en los templos, vemos la inscripción “Santidad al Señor” [a Jehová]. Dichas palabras no solo hacen referencia al edificio, sino también al modo de vivir. Grabar esas palabras en “los cascabeles de los caballos” y en “toda olla en Jerusalén” (Zacarías 14:20–21) solo resulta de provecho si también están grabadas en cada corazón. La verdadera santidad requiere que las palabras y las leyes del Señor nos “alcan[cen]”, es decir, que se arraiguen en nosotros (Zacarías 1:6), permitiendo así que Su poder cambie nuestra naturaleza a fin de que lleguemos a ser santos como Él (véase Levítico 19:2).

Para consultar las reseñas de los libros de Hageo y Zacarías, véanse “Hageo” y “Zacarías (Antiguo Testamento)”, respectivamente, en la Guía para el Estudio de las Escrituras.

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Ideas para el estudio personal de las Escrituras

Hageo 1; 2:1–9

“Meditad bien sobre vuestros caminos”.

Había que hacer muchas cosas importantes para reconstruir Jerusalén. Sin embargo, después de que hubieron transcurrido unos quince años del regreso de los israelitas, Jehová se hallaba descontento de que no se hubiese dado la máxima prioridad a la reconstrucción del templo (véase Hageo 1:2–5, véase también Esdras 4:24). Al leer Hageo 1; 2:1–9, considere preguntas como estas: ¿Qué consecuencias afrontaban los israelitas por no haber terminado el templo? ¿Qué bendiciones prometía el Señor si terminaban de edificar Su casa? Si lo desea, aproveche esta oportunidad para “medita[r] bien sobre [sus] caminos”; piense en sus prioridades y en lo que podría hacer para que estas se hallen en armonía con las prioridades del Señor.

Véanse también Doctrina y Convenios 95; Terence M. Vinson, “Verdaderos discípulos del Salvador”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 9–11.

Zacarías 1–3; 7–8; 14

El Señor puede hacerme santo.

La hermana Carol F. McConkie enseñó: “… [L]a santidad es tomar decisiones que mantendrán al Espíritu Santo como nuestro guía; la santidad es dejar de lado nuestras tendencias naturales y llegar a ser ‘santo por la expiación de Cristo el Señor’ [Mosíah 3:19] […]. Nuestra esperanza de lograr la santidad se centra en Cristo, en Su misericordia y Su gracia” (“La hermosura de la santidad”, Liahona, mayo de 2017, págs. 9, 10). Tenga presentes esas enseñanzas al leer las palabras del Señor, dadas por medio del profeta Zacarías, para instar a Israel a tornarse más santo: Zacarías 1:1–6; 3:1–7; 7:8–10; 8:16–17. Preste atención a las cosas que Jehová les pidió a los de Israel que hicieran a fin de poder hacerlos santos. ¿De qué modo le ayuda Él a usted a tornarse más santo?

En Zacarías 2:10–11; 8:1–8; 14:9–11, 20–21 se describe cómo será la vida en el futuro, cuando todos moremos con el Señor en un estado de santidad. ¿Qué habrán significado esas descripciones para quienes reconstruían Jerusalén en la época de Zacarías? ¿Qué significan para usted?

la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén

“… [H]e aquí, tu rey viene a ti, justo y trayendo salvación, humilde y montado sobre un asno” (Zacarías 9:9). La entrada triunfal, por Harry Anderson

Zacarías 9:9–11; 11:12–13; 12:10; 13:6–7; 14:1–9

Jesucristo es el Mesías prometido.

Varios de los escritos de Zacarías hacen referencia al ministerio terrenal de Jesucristo y también a Su segunda venida. Compare las siguientes profecías de Zacarías con los pasajes relacionados de otros libros de Escrituras:

¿Qué ha aprendido sobre el Salvador mientras estudiaba esos pasajes? ¿Por qué es importante que comprenda dichos pasajes?

Véase también la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Mesías” (scriptures.ChurchofJesusChrist.org).

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Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la noche de hogar

Hageo 1:2–7.Estos versículos podrían inspirar a la familia a “medita[r] bien sobre [sus] caminos”. Quizás los miembros de la familia deseen hacer una dramatización de las palabras del versículo 6. ¿Qué nos enseña ese versículo sobre el valorar las cosas del mundo más que las cosas de Dios? Si lo desean, podrían deliberar en consejo en cuanto a las prioridades de la familia. Quizás resulte de ayuda cantar alguna canción como “Yo trato de ser como Cristo” (Canciones para los niños, págs. 40–41) a fin de que la familia determine lo que estén haciendo bien y aquellos aspectos en los que podrían mejorar.

Hageo 2:1–9.Para presentar esos versículos, podrían compartir la historia del Templo del Centro de la Ciudad de Provo, que fue reconstruido a partir de los restos de un querido tabernáculo que se había incendiado por completo (véase el video “Concluyó la construcción del Templo del Centro de la Ciudad de Provo”, en el canal oficial de YouTube de la Sala de Prensa de la Iglesia, en youtube.com/watch?v=ZXV3gHPbXrY). Cuando la familia lea Hageo 2:1–9, podrían pedir a los miembros de la familia que piensen en algo de nuestra vida que se parezca a la obra de reconstrucción del templo que había sido destruido. ¿De qué modo nos “reconstruye” el Señor después de las tragedias o adversidades?

Zacarías 3:1–7.Al leer esos versículos, podrían mostrar a la familia algunas prendas sucias. ¿Cómo se habría sentido Josué al estar delante del ángel vestido con ropa sucia? ¿En qué se parecen el pecado y la ropa sucia? ¿Qué aprendemos en Zacarías 3:1–7 acerca del perdón? Luego podrían limpiar la ropa juntos y hablar sobre el poder de limpiarnos que tiene la expiación del Salvador.

Zacarías 8:1–8.¿Qué nos llama la atención de la visión de Zacarías sobre el futuro de Jerusalén? ¿Qué hallamos en ella que nos gustaría ver en nuestras comunidades? ¿Cómo podemos invitar al Salvador a “mora[r] en medio de [nosotros]”? (Véase Gary E. Stevenson, “Hogares sagrados, templos sagrados”, Liahona, mayo de 2009, págs. 101–103).

Para consultar más ideas sobre cómo enseñar a los niños, véase la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para la Primaria.

Canción que se sugiere: “Yo trato de ser como Cristo”, Canciones para los niños, págs. 40–41.

Cómo mejorar el estudio personal

Busque oportunidades de autoevaluarse. Al estudiar las Escrituras, con frecuencia se le inspirará a meditar en cuanto a su compromiso personal con el Padre Celestial y con Jesucristo. Actúe de acuerdo con las impresiones que reciba.

Línea cronológica que ilustra cómo el Tabernáculo de Provo, Utah, EE. UU., fue destruido por el fuego y luego reconstruido para que fuese el Templo del Centro de la Ciudad de Provo.