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16 – 22 diciembre. Navidad: ‘Nuevas de gran gozo’


“16 – 22 diciembre. Navidad: ‘Nuevas de gran gozo’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Nuevo Testamento 2019 (2019)

“16 – 22 diciembre. Navidad”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2019

El niño Jesús en el pesebre

A salvo en un establo, por Dan Burr

16 – 22 diciembre

Navidad

“Nuevas de gran gozo”

Los análisis del Evangelio tienen poder espiritual si se centran en Jesucristo. A medida que estudie el nacimiento y la misión de Jesucristo esta semana, procure la inspiración del Espíritu Santo a fin de saber de qué manera puede centrar mejor el análisis de su clase en el Salvador.

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Invitar a compartir

Invite a los miembros de la clase a que compartan lo que vayan a hacer o hayan hecho en el pasado de forma individual o familiar para celebrar el nacimiento del Salvador en maneras que los acerquen más a Él.

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Enseñar la doctrina

Mateo 1:18–25; Lucas 1:26–38; 2:1–20

Jesucristo condescendió para nacer en la tierra.

  • Condescender significa descender de una posición de categoría o dignidad (véase 1 Nefi 11:14–26). La Navidad es una buena época para meditar en cuanto a la condescendencia de Cristo y celebrarla, lo cual es su disposición a “[dejar] la corte celestial… [para] dar a todos salvación y la muerte conquistar” (“Ya nos juntamos otra vez”, Himnos, nro. 113). A fin de inspirar un análisis sobre este tema, podría preguntar a los miembros de la clase lo que hayan aprendido durante la semana sobre quién era Jesucristo antes de nacer (véanse Juan 17:5; Mosíah 7:27; D. y C. 76:12–14, 20–24; Moisés 4:2). Luego podría mostrar la imagen que se encuentra en la reseña de esta semana en Ven, sígueme — Para uso individual y familiar a medida que los miembros de la clase lean sobre el nacimiento del Salvador (véanse Mateo 1:18–25; Lucas 1:26–38; 2:1–20). ¿Qué ideas y sentimientos tienen al comparar la gloria premortal del Salvador con Su humilde nacimiento.

  • Una pregunta como la que hizo el ángel a Nefi en 1 Nefi 11:16 podría ser una buena manera de iniciar un análisis en clase, aunque podría plantearla de distinta forma. Tal vez podría escribir en la pizarra ¿Cuál es la condescendencia de Dios? y pedir a los miembros que mediten la pregunta a medida que lean 1 Nefi 11:17–33. Pídales que compartan las ideas sobre el Salvador que les inspiren estos versículos. ¿Qué ayudas visuales podría mostrar en la clase que representen las escenas de la vida del Salvador descritas por Nefi? También podrían meditar en cuanto a la condescendencia del Salvador al ver un video sobre Su nacimiento, tales como “Un regalo para el mundo”, “El Nacimiento”, “Infant Holy, Infant Lowly (video de música) con el Coro del Tabernáculo Mormón” o “Él es la Dádiva” (todos se encuentran en LDS.org).

  • La música es un maravilloso recurso para invitar al Espíritu a la clase. Considere la idea de invitar a alguien a interpretar una canción de Navidad, o bien, que la clase lea o cante algunos himnos (véase mormontabernaclechoir.org, e Himnos nros. 123–134). Los miembros de la clase podrían buscar frases en esos himnos y en los pasajes de las Escrituras que se indiquen en ellos, los cuales aumenten su gratitud por el Salvador y Su voluntad de venir al mundo.

Lucas 4:16–21; Juan 3:16

Jesucristo cumplió Su misión, lo cual hizo posible que nosotros heredemos la vida eterna.

  • A fin de ayudar a los miembros de la clase a analizar los motivos por los cuales Jesucristo nació, podría invitarlos a que busquen y compartan pasajes de las Escrituras que resuman Su misión (véase la reseña de esta semana en Ven, sígueme — Para uso individual y familiar para ver algunos ejemplos). Quizá los miembros de la clase podrían buscar y leer versículos en grupos de dos o en grupos pequeños. ¿Qué aprendieron sobre la misión de Cristo en los versículos que hallaron? ¿Qué aprendemos acerca de Su misión a partir de algunos de los títulos que se le dan en las Escrituras? (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Jesucristo”).

  • Los miembros de la clase podrían aprender sobre la misión del Salvador al leer “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles” (Liahona, mayo de 2017, interior de la portada) y compartir los enunciados que explican por qué vino Él a la tierra. También, podrían repasar el mensaje del presidente Gordon B. Hinckley que se encuentra en “Recursos adicionales” y analizar lo que aprendan sobre el Salvador. ¿Cómo podemos apartar tiempo en esta época de Navidad para estar “en callada meditación y tranquila reflexión” sobre el Salvador y Su misión?

  • Conceda tiempo a los miembros de la clase para que reflexionen en cuanto a su testimonio de Jesucristo y Su misión. ¿Podrían compartir experiencias personales o relatos de la vida del Salvador que les hayan aumentado su fe y su amor por Él? ¿De qué forma ha contribuido el estudio del Nuevo Testamento este año a que la época de Navidad tenga más significado? Para repasar algunos de los relatos del Nuevo Testamento sobre los cuales los miembros de la clase hayan aprendido, podría mostrar los videos “De tal manera amó Dios al mundo” o “Yo para esto he nacido” (LDS.org).

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Sugiera a los miembros de la clase que el estudio de Apocalipsis 12–22 de esta semana podría aumentar su aprecio por la función que tiene el Salvador en el Plan de Salvación y agregar significado a la observancia de la Navidad.

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Recursos adicionales

Navidad

La verdadera esencia de la Navidad.

El presidente Gordon B. Hinckley enseñó:

“A fin de cuentas, cuando toda la historia se haya examinado, cuando se hayan explorado las más hondas profundidades de la mente humana, nada es tan maravilloso, tan majestuoso ni tan formidable como este acto de gracia, en el que el Hijo del Todopoderoso, el Príncipe de la casa real de Su Padre, Aquel que una vez hablara como Jehová, el que había condescendido a venir a la tierra como un bebé nacido en Belén, cedió Su vida en ignominia y dolor para que todos los hijos e hijas de Dios de todas las generaciones del tiempo, cada uno de los que tendrá que morir, pueda caminar de nuevo y vivir eternamente. Él hizo por nosotros lo que ninguno podía hacer por sí mismo… 

“Este es el maravilloso y verdadero relato de la Navidad. El nacimiento de Jesús en Belén de Judea es el prefacio y el ministerio de tres años del Maestro es el prólogo. Su sacrificio constituye la magnífica esencia del relato, el acto plenamente desinteresado de morir de dolor en la cruz del Calvario para expiar los pecados de todos nosotros.

Jesús arrodillado en el Jardín de Getsemaní

Getsemaní, por J. Kirk Richards.

“El epílogo es el milagro de la Resurrección, que nos proporciona la certeza de que ‘… así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22).

“No habría habido Navidad de no haber habido Pascua. El niño Jesús de Belén sería como cualquier otro niño si no fuera por el Cristo redentor de Getsemaní y del Calvario, y por la triunfante realidad de la Resurrección.

“Creo en el Señor Jesucristo, el Hijo del Dios Eterno y Viviente. No ha habido nadie tan grande que haya caminado sobre la tierra; ningún otro ha hecho un sacrificio comparable o ha concedido una bendición semejante. Él es el Salvador y el Redentor del mundo. Creo en Él. Declaro Su divinidad de manera directa y total. Le amo; pronuncio Su nombre con reverencia y asombro. 

“Deseo que para cada uno de ustedes esta sea una feliz Navidad, pero, más importante aún, deseo que cada uno de ustedes pase un tiempo, quizás solo una hora, en callada meditación y tranquila reflexión sobre la maravilla y la majestuosidad de este, el Hijo de Dios. La dicha que sentimos en esta temporada se debe a que Él vino al mundo. La paz que emana de Él, Su amor infinito que cada uno de nosotros puede percibir, así como el sobrecogedor sentimiento de gratitud por lo que gratuitamente nos dio a un precio tan alto para Él, constituyen la verdadera esencia de la Navidad” (“El maravilloso y verdadero relato de la Navidad”, Liahona, diciembre de 2000, págs. 4–6).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Reserve un tiempo para que los alumnos compartan. “Cuando los participantes comparten lo que están aprendiendo, no solamente sienten el Espíritu y fortalecen su propio testimonio, sino que también animan a los demás miembros de la clase a descubrir las verdades por ellos mismos… Deje tiempo para que los integrantes de la clase compartan sus ideas en cada lección; en algunos casos verá que esos intercambios de ideas son la lección” (Enseñar a la manera del Salvador, pág. 30).