“10 – 16 enero. Génesis 3–4; Moisés 4–5: La caída de Adán y Eva”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical: Antiguo Testamento 2022 (2021)
“10 – 16 enero. Génesis 3–4; Moisés 4–5”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical: 2022
10 – 16 enero
Génesis 3–4; Moisés 4–5
La caída de Adán y Eva
Durante su preparación para enseñar sobre Génesis 3–4 y Moisés 4–5, piense en las preguntas o actividades que pudieran ayudar a los miembros de la clase a comprender la caída de Adán y Eva.
Anote sus impresiones
Invitar a compartir
Los miembros de la clase podrían repasar brevemente Génesis 3–4 o Moisés 4–5, seleccionar un versículo que les llame la atención y compartirlo con alguien que esté sentado cerca de ellos. Después, algunos de ellos podrían presentar a la clase lo que aprendieron.
Enseñar la doctrina
Necesitamos el albedrío y la oposición para poder crecer y madurar.
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Debido a que el albedrío —el derecho que Dios nos dio de tomar decisiones— es una parte tan básica de la vida terrenal, en ocasiones no lo valoramos. A fin de que los miembros de la clase sientan más aprecio por ese don, podrían leer y analizar Moisés 4:1–4. ¿Qué enseñan esos versículos acerca de la importancia del albedrío? ¿Por qué se vendría abajo el plan de Dios si no tuviésemos albedrío? La cita que se encuentra en “Recursos adicionales” podría brindar algunas ideas.
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Tal vez los miembros de la clase hayan estudiado esta semana el mensaje del presidente Dallin H. Oaks “Oposición en todas las cosas” (Liahona, mayo de 2016, págs. 114–117) como parte de su estudio personal o en familia. Durante la semana, usted podría invitar a algunas personas a que vayan preparadas para compartir algo de ese mensaje que les haya ayudado a comprender la caída de Adán y Eva (véanse en particular las secciones I y II). ¿Por qué permite el Padre Celestial que enfrentemos “oposición en todas las cosas”? (véase 2 Nefi 2:11–16). Podría invitar a los miembros de la clase a que lean Doctrina y Convenios 29:39–40 y analicen por qué son necesarias las tentaciones de Satanás en el plan de Dios. ¿De qué manera nos ayudan el Padre Celestial y Jesucristo cuando hacemos frente a la tentación?
Satanás procura “engañar[nos] y cegar[nos]”.
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Los pasajes que se encuentran en Moisés 4:4–12; 5:13–33 pueden servirles a los miembros de la clase para que identifiquen algunas maneras en que Satanás nos tienta a hacer el mal. Podría pedir a la mitad de la clase que lea Moisés 4:4–12, y a la otra mitad, que lea Moisés 5:13, 18–33. Conforme lean, ellos podrían enumerar las maneras en que Satanás intentó tentar a Adán, a Eva y a sus hijos. ¿De qué manera intenta esas mismas cosas en la actualidad? ¿Cómo puede el Padre Celestial ayudarnos a resistir los engaños de Satanás?
Génesis 3:1–7; Moisés 4:22–31; 5:4–15
La expiación de Jesucristo ofrece esperanza y redención de la Caída.
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Mientras más entendamos los efectos de la Caída, más apreciaremos la expiación de Jesucristo. Los miembros de la clase podrían buscar los efectos de la Caída en Génesis 3:1–7; Moisés 4:22–31 y hacer una lista en la pizarra de lo que encuentren. Después, podrían escudriñar Moisés 5:4–12, 14–15 para aprender sobre el plan que Dios tiene para redimirnos de esos efectos (véanse también 2 Nefi 2:19–25; Alma 12:22–34) y hacer una lista en la pizarra de lo que encuentren. También podrían compartir lo que les llame la atención de los testimonios de Adán y Eva sobre Jesucristo, los cuales se hallan en los versículos 10–12. Después de leer esos pasajes, ¿cómo nos sentimos en cuanto al plan de Dios?
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El relato de esperanza y redención de Adán y Eva puede brindar aliento a los miembros de la clase en los momentos difíciles de la vida. Considere invitarlos a que busquen palabras y frases en Moisés 5:7–12 que expresen la esperanza que sintieron Adán y Eva al enterarse de que el Salvador podía redimirlos. ¿En qué momentos hemos sentido una esperanza similar a la de Adán y Eva? Quizás quiera invitar a los miembros de la clase a que compartan cuáles son sus himnos favoritos que expresan la esperanza que brinda la expiación del Salvador. Podrían cantar juntos algunos de ellos.
Recursos adicionales
Podemos elegir por nosotros mismos.
El élder Dale G. Renlund enseñó:
“La meta de nuestro Padre Celestial en la crianza de los hijos no es hacer que Sus hijos hagan lo correcto, sino que elijan hacer lo correcto y finalmente lleguen a ser como Él. Si simplemente quisiera que fuéramos obedientes, usaría recompensas y castigos inmediatos para influir en nuestros comportamientos.
“Pero a Dios no le interesa que Sus hijos se conviertan en ‘mascotas’ obedientes y entrenadas que no le mordisquearán las pantuflas en la sala de estar celestial. No, Dios quiere que Sus hijos crezcan espiritualmente y se unan a Él en el negocio familiar” (“Escogeos hoy”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 104).