Viernes Santo, 2 de abril
A partir de hoy daré el salto
Jesús nos invita a no tener miedo. Justo antes de Su propio sufrimiento y crucifixión, Jesús les dijo a los apóstoles: “No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo” (Juan 14:27). Prometió que el Espíritu Santo los consolaría en Su ausencia (véase Juan 14:26).
Después de sufrir en Getsemaní por los pecados de todas las personas, Jesús es entregado en manos de las autoridades. Tras una serie de juicios sin defensa, es sentenciado a muerte por crucifixión. Su sufrimiento por nosotros continúa en la cruz, donde está rodeado de personas que se burlan cruelmente de Él. Y sin embargo, a pesar de todo, Jesús soporta valientemente, sin dejar que el miedo le impida llevar a cabo Su misión de redimir a todos los hijos de Dios.
Mediante el poder de Su sacrificio expiatorio, podemos dejar atrás el miedo, encontrar esperanza y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Para saber más acerca de lo que Jesús hizo e hizo posible para nosotros, lee “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles” (LaIglesiadeJesucristo.org).
Para los niños
¿Le pides a Dios que te ayude cuando intentas hacer cosas difíciles y te asustas? Lee acerca de cómo Jesús ayudó a Pedro cuando este dio un salto de fe y tuvo miedo.