¿Qué significa ser ordenado al sacerdocio?
El sacerdocio es el poder y la autoridad de Dios que Él da a Sus hijos para que actúen en Su nombre. Por medio del sacerdocio recibimos las ordenanzas de salvación. A los hombres se los ordena a oficios en el sacerdocio, y tanto los hombres como las mujeres pueden experimentar el poder y las bendiciones del sacerdocio en su vida. Las mujeres tienen acceso al poder del sacerdocio en sus responsabilidades en la Iglesia y en el plan de Dios.
Ser ordenado al sacerdocio significa recibir la autoridad para ejercer un oficio específico del sacerdocio. Para ordenar a alguien, un hombre que posee la debida autoridad coloca sus manos sobre la cabeza de la persona que va a ser ordenada y pronuncia una oración especial que otorga la autoridad para actuar en ese oficio.
Poco después del bautismo y la confirmación, los hombres y los jovencitos mayores de 12 años que sean dignos pueden recibir el sacerdocio. El sacerdocio inicial o preparatorio se llama Sacerdocio Aarónico. Los que han sido ordenados al Sacerdocio Aarónico pueden preparar, bendecir y repartir la Santa Cena y bautizar a otras personas. El Sacerdocio Aarónico ayuda a los hombres a prepararse para recibir el Sacerdocio de Melquisedec. Los que han sido ordenados al Sacerdocio de Melquisedec, o sacerdocio mayor, pueden dar bendiciones del sacerdocio y efectuar ordenanzas como la confirmación de los nuevos miembros de la Iglesia y la ordenación de otras personas al Sacerdocio de Melquisedec.
Cuando se ordena a un hombre al sacerdocio, él hace convenio de cumplir con sus deberes sagrados, servir a los demás y ayudar a edificar la Iglesia. El poder del sacerdocio siempre debe utilizarse para bendecir y servir a los demás y solo puede ser usado con rectitud y amor.
Después de bautizarse (y, si usted es hombre, después de ser ordenado al sacerdocio), puede prepararse para entrar en el templo. Allí, tendrá la oportunidad de recibir ordenanzas del Evangelio y bendiciones adicionales, a medida que continúa en su camino de regreso a Dios.