Mensaje de la Primera Presidencia

Estimados hermanos y hermanas:

En respuesta a la pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”, que hizo el intérprete de la ley (Lucas 10:29), Jesús enseñó la parábola del buen samaritano, que nos enseña a cada uno de nosotros que nuestro prójimo es toda persona que tiene una necesidad, aun los desconocidos (véase Lucas 10:25–37). En el Libro de Mormón, el rey Benjamín instruyó a su pueblo: “… vosotros […] socorreréis a los que necesiten vuestro socorro; impartiréis de vuestros bienes al necesitado” porque “cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, solo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 4:16; 2:17).

Desde los primeros días de la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se nos ha animado a prestar servicio más allá de las paredes de nuestros hogares y nuestras capillas. Como hijos de Dios, deseamos ser verdaderos discípulos de Jesucristo. Estamos agradecidos por Sus abundantes bendiciones. A todos nosotros nos gustaría prestar un servicio semejante al de Cristo para compartir esas bendiciones con los demás, pero tal vez no sabemos cómo comenzar o adónde ir. SirveAhora.org se ha diseñado como un recurso para ayudarnos de manera individual, como familias y como grupos a encontrar oportunidades cerca de nuestro hogar para ayudar a los necesitados y mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades.

Como miembros y amigos de la Iglesia, cuando tendemos nuestra mano para ayudar a los necesitados en un esfuerzo por ministrarlos, generamos un espíritu de amor y cooperación que va más allá de las diferencias y nos conecta como hijos de Dios. Que el Señor los bendiga en esta labor de prestar servicio desinteresado conforme su tiempo y sus circunstancias lo permitan.

La Primera Presidencia

Presidente Russell M. Nelson

“Nuestras prioridades supremas en esta vida son amar a Dios y amar a nuestros semejantes” (véase “Llena nuestro corazón de tolerancia y amor”, Liahona, julio de 1994, pág. 78).

“Una característica distintiva de la Iglesia verdadera y viviente del Señor será siempre un esfuerzo organizado y dirigido a ministrar a los hijos de Dios individualmente y a sus familias” (“Ministrar con el poder y la autoridad de Dios”, Liahona, mayo del 2018, pág. 69).