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2 Corintios 7


2 Corintios 7

“[L]a tristeza que es según Dios”

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Una joven se arrodilla junto a su cama para orar.

Puede resultar difícil saber si nos hemos arrepentido completamente. ¿Alguna vez has tenido dificultades para saber si te has arrepentido de algo completamente o no? En su primera carta a los corintios, el apóstol Pablo reprendió a algunos de los santos corintios por su conducta pecaminosa. Para su gozo y satisfacción, más adelante Pablo recibió la noticia de que los santos corintios habían experimentado el verdadero arrepentimiento. Esta lección puede ayudarte a entender un componente importante del verdadero arrepentimiento y ayudarte a acercarte más a Jesucristo.

La tristeza que es según Dios

Lee el siguiente caso hipotético. En una entrevista para la recomendación para el templo con el fin de contraer matrimonio, una joven confiesa al obispo algunos pecados pasados. Tras hablar un poco más del asunto, el obispo concluye que la joven no se ha arrepentido verdaderamente de sus pecados, y que estos son lo bastante graves como para que no sea considerada digna de obtener una recomendación para el templo. El obispo explica que la joven tendrá que esperar para recibir la recomendación hasta que se haya arrepentido plenamente. Ella se preocupa y dice que ya se ha arrepentido, puesto que no ha repetido ninguno de esos pecados durante mucho tiempo. El obispo le explica que solo abandonar el pecado no constituye un arrepentimiento completo, y la invita a comenzar sinceramente el proceso del verdadero arrepentimiento.

La joven le explica a su obispo que está muy molesta porque ya le ha contado a otras personas sobre la boda y ha hecho planes para celebrarla. Le preocupa la vergüenza de retrasar sus planes de boda y cómo se lo dirá a su prometido y a sus padres. La joven pregunta si existe alguna manera de seguir adelante con la boda como se había planificado y seguir con el proceso de arrepentimiento después.

  • Según la respuesta de la joven al obispo, ¿qué parece preocuparla más a ella?

  • ¿Por qué podría su enfoque dificultar que se arrepienta plenamente?

Medita sobre lo que esta joven no entiende plenamente acerca del arrepentimiento. Al continuar esta lección, busca un principio que ayudaría a esta joven. Medita también sobre si necesitas este principio en tu propio arrepentimiento.

La tristeza que es según Dios

Uno de los propósitos de Pablo al escribir su carta anterior a los corintios era alentar a ciertas personas a arrepentirse. En su carta de seguimiento, Pablo elogió por su arrepentimiento sincero a aquellos a quienes había corregido y enseñó acerca de una parte esencial del arrepentimiento.

Lee 2 Corintios 7:8–11 y busca las reflexiones que Pablo ofrece acerca del arrepentimiento que podrían ayudar a la joven del caso hipotético. (Ten en cuenta que la palabra pes[ar], como se usa en el versículo 8, significa arrepentirse). También podrías ver el video de la Biblia “La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento” (1:40), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, y seguir la lectura en tu ejemplar de las Escrituras.

Para obtener ideas del Libro de Mormón acerca de la tristeza que es según Dios, lee Alma 36:12–13; 42:29.

  • ¿Qué perspectivas obtuviste que serían útiles para la mujer del caso hipotético?

  • ¿Cómo podrían ayudarte estas enseñanzas a ti?

Una verdad que tal vez hayas descubierto es la siguiente: La tristeza que es según Dios conduce al arrepentimiento sincero.

  • ¿Qué otro tipo de tristeza mencionó Pablo en el versículo 10?

  • ¿Qué viste en el caso hipotético que sugiera el tipo de tristeza que sentía la joven?

Dibuja una línea en el centro de una de las páginas de tu diario de estudio para crear dos columnas. Escribe Tristeza que es según Dios en la parte superior de una columna y Tristeza del mundo en la parte superior de la otra.

Agrega tus pensamientos respecto a las siguientes preguntas debajo de cada encabezado.

  • ¿Qué enseña Pablo en los versículos 8–10 sobre la diferencia entre la tristeza que es según Dios y la tristeza del mundo?

  • ¿Qué otras diferencias crees que hay entre los dos tipos de tristeza?

Lee las declaraciones siguientes y busca más ideas sobre la tristeza que es según Dios y la tristeza del mundo. Agrega esas reflexiones a tu cuadro.

El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio esta definición de la tristeza que es según Dios:

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Retrato oficial del élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, agosto de 2010.

[La tristeza que es según Dios significa] sentir una profunda tristeza y remordimiento por una conducta que agregó dolor y sufrimiento al Salvador, ya que nuestra alma elimina toda negación o excusa […].

Tal vez el mayor despertar de esta vida para un hijo o hija de Dios espiritualmente sensible es la comprensión exclusivamente personal de que el pago de Jesucristo por el pecado es muy real y que Su sufrimiento no es solo por todos los demás, ¡sino también por ustedes y por mí! […]. Al comprender espiritualmente que Él ha sufrido por nuestros pecados, sentimos tristeza por la porción de dolor que nosotros le causamos. Nos damos cuenta de que es parte del plan de nuestro Padre, pero nos sentimos abrumados por el don que Él nos está ofreciendo. Este sentimiento de maravilla, esta apreciación, esta adoración de un Salvador que ha hecho esto por nosotros nos hace arrodillarnos mientras nuestro espíritu se llena de la tristeza que es según Dios.

(Neil L. Andersen, El don divino del perdón, 2019, págs. 149, 150)

El presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces de la Primera Presidencia, declaró lo siguiente acerca de la tristeza que es según Dios:

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Retrato oficial del élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, 2006. Fue llamado como Segundo Consejero de la Primera Presidencia el 3 de febrero de 2008. Este retrato llegó a ser el oficial en 2008 y reemplaza el retrato que se tomó en 2004.

La tristeza según Dios inspira al cambio y a la esperanza por medio de la Expiación. La tristeza del mundo nos desanima, apaga la esperanza y nos persuade a ceder a más tentación.

La tristeza según Dios conduce a la conversión y a un cambio de corazón. Nos hace odiar el pecado y amar lo bueno. Nos anima a levantarnos y andar en la luz del amor de Cristo. El verdadero arrepentimiento tiene que ver con la transformación, no con la tortura o el tormento. Sí, la lamentación sincera y el verdadero remordimiento por la desobediencia son pasos a menudo dolorosos; pero son pasos importantes en el sagrado proceso del arrepentimiento. Pero cuando la culpa conduce al autodesprecio o no permite que nos volvamos a levantar, impide nuestro arrepentimiento en lugar de promoverlo.

(Dieter F. Uchtdorf, “¡Pueden hacerlo ahora!”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 56)

1. A partir de lo que has aprendido, responde las preguntas siguientes:

  • ¿Qué es la tristeza que es según Dios?

  • ¿Qué es la tristeza del mundo?

2. Reflexiona sobre el caso hipotético entre la joven y su obispo, y luego responde la siguiente pregunta.

  • ¿Qué podrías compartir con la joven acerca de Jesucristo y la tristeza que es según Dios que pudiera ayudarla a invocar las bendiciones del arrepentimiento?

Reflexiona por un momento sobre tus propios esfuerzos por arrepentirte. Considera lo que el Salvador sintió y experimentó al sufrir por tus pecados. ¿Qué podrías hacer para abrir más plenamente tu corazón a fin de sentir la tristeza que es según Dios e invocar el poder sanador del Salvador en tu vida? Considera escribir tu respuesta a esta pregunta en un diario personal o en un cuaderno.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Cómo puedo entender mejor la diferencia entre la tristeza que es según Dios y la tristeza del mundo?

Mientras prestaba servicio como Setenta de Área, el élder D. Chad Richardson declaró lo siguiente:

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Último retrato oficial del élder D. Chad Richardson, del Sexto Cuórum de los Setenta, 2002. Publicado en la Conferencia General de abril de 2010, eficaz a partir del 1º de mayo de 2010.

Una de las principales diferencias entre [la tristeza que es según Dios y la tristeza del mundo] es su origen. Satanás promueve la tristeza del mundo. Es el pesar de ser atrapados, de no poder seguir pecando o de volverse en contra de uno mismo con autodesprecio o desdén.

La tristeza que es según Dios, por otro lado, es la tristeza que se da como un don de Dios a quienes están dispuestos a recibirlo. La tristeza que es según Dios nos lleva a reconocer plenamente la magnitud de nuestros pecados, pero con el conocimiento de que podemos quedar libres de ellos.

(D. Chad Richardson, “Forgiving Oneself”, Ensign, marzo de 2007, pág. 32)

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