Seminario
Juan 14:15–31; 15:10–14


Juan 14:15–31; 15:10–14

“Si me amáis, guardad mis mandamientos”

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Jesus teaches about forgiveness to Peter.

Mientras el Salvador y Sus apóstoles celebraban la Pascua judía en el aposento alto, el Salvador enseñó verdades importantes a Sus apóstoles. A medida que se acercaba Su inminente sufrimiento en Getsemaní y en el Calvario, Jesús instruyó a esos hombres a quienes amaba profundamente: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Esta lección puede ayudarte a mostrar tu amor por el Padre Celestial y Jesucristo mediante la obediencia a Sus mandamientos.

Observar y discernir. Dedique tiempo a observar a los alumnos y busque la ayuda del Espíritu para discernir sus necesidades a fin de adaptar la lección en forma acorde. No se preocupe demasiado por abarcar el material de la lección ni por lo que debe decir a continuación; esto puede eclipsar las necesidades de los alumnos y las impresiones del Espíritu Santo.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a ver el video “Ir a la casa de la abuela” (4:02), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, y a pensar en lo que ese relato puede enseñarnos acerca de la razón por la que el Señor nos da mandamientos.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

Para comenzar la clase, considere la posibilidad de relatar ejemplos personales de familiares que demuestren amor el uno por el otro. De forma alternativa, invite a los alumnos a analizar las siguientes preguntas.

¿Cómo se demuestra el amor?

  • ¿Cómo puedes darte cuenta de que alguien te ama? ¿Qué palabras, acciones o actitudes indican que te ama?

  • ¿Cómo demuestras tu amor por otras personas?

  • ¿Qué sucede si amas a alguien, pero tu actitud o acciones no siempre han demostrado ese amor? ¿Qué podrías hacer?

A medida que el Salvador continuó instruyendo a Sus apóstoles durante la Última Cena, enseñó acerca de Su amor por nosotros y cómo podemos demostrar nuestro amor por Él.

Según las necesidades y capacidades de los alumnos, cada alumno podría leer todos los siguientes versículos o la clase podría dividirse en dos partes y se podría asignar uno de los pasajes a cada parte.

Estudia Juan 14:15, 21, 23–24 y Juan 15:10–14 para saber lo que el Salvador dijo que podíamos hacer para demostrar nuestro amor por Él y por nuestro Padre Celestial.

Después de que los alumnos hayan terminado de leer, anímelos a hacer preguntas o comentarios sobre lo que leyeron. A medida que lo hagan, ayúdelos a determinar cómo podemos demostrar nuestro amor por Dios y también a observar palabras o frases que demuestren el amor de Dios por nosotros.

  • ¿Qué recalcó el Salvador en esos versículos en cuanto a cómo podemos demostrar amor por Él?

Considere escribir en la pizarra la siguiente verdad o una verdad similar que los alumnos hayan reconocido: Demostramos nuestro amor por Jesucristo al guardar Sus mandamientos.

  • ¿Qué enseñan estos versículos sobre el amor que el Salvador tiene por ti?

  • ¿Cuáles son algunas situaciones en las que las verdades que el Salvador enseñó en estos versículos serían útiles?

Si se invitó a los alumnos a ver el video como parte de la preparación del alumno, en lugar de volver a ver el video en clase invítelos a analizar lo que aprendieron acerca de la razón por la que Dios nos da mandamientos. O bien, los alumnos podrían ver el video “Ir a la casa de la abuela” (4:02), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, o leer la siguiente cita.

La hermana Carole M. Stephens, quien fue miembro de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, enseñó acerca del motivo por el que Dios nos da mandamientos y la razón por la cual debemos obedecerlos.

Mira el video “Ir a la casa de la abuela” (4:02), que se encuentra en LaIglesiadeJesucristo.org.

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Official portrait of Carole M. Stephens, sustained at the April 2012 general conference as first counselor in the Relief Society general presidency, October 2012. Released April 2017 General Conference.

Quizás sintamos, en ocasiones, que las leyes de Dios restringen nuestra libertad personal, nos quitan nuestro albedrío y limitan nuestro crecimiento; pero al buscar mayor entendimiento, cuando permitamos que nuestro Padre nos enseñe, comenzaremos a ver que Sus leyes son una manifestación de Su amor por nosotros, y la obediencia a Sus leyes es una expresión de nuestro amor por Él.

(Carole M. Stephens, “Si me amáis, guardad mis mandamientos”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 119)

Considere la posibilidad de pedir a algunos alumnos que ayuden a elaborar la siguiente lista escribiendo las respuestas de sus compañeros en la pizarra.

Haz una lista de algunas leyes y mandamientos que sientas que demuestran el amor del Padre Celestial por ti. Para ayudarte a pensar en algunos mandamientos, podrías repasar los Diez Mandamientos (véase Éxodo 20:3–17) o Para la Fortaleza de la Juventud (librito, 2011).

  • ¿De qué manera los mandamientos que colocaste en la lista son una “manifestación de Su amor [de Dios] por nosotros”?

  • ¿Cómo puede tu obediencia a esos mandamientos ser una “expresión de [tu] amor por Él”?

Elige uno de los mandamientos de tu lista. Podría ser uno en el que estés trabajando o uno que te hayas sentido tentado a quebrantar, pero que hayas escogido obedecer.

Valide los esfuerzos de los alumnos por ser obedientes; para ello, reconozca algunos de los mandamientos que guardan. Además, ayúdelos a evaluar sus motivos para guardar esos mandamientos.

Considere mostrar las siguientes preguntas y dar suficiente tiempo a los alumnos para meditar detenidamente y escribir sus respuestas en su diario de estudio. Tenga presente la naturaleza delicada de estas preguntas.

Las siguientes preguntas te ayudarán a evaluar tus motivos para guardar los mandamientos de Dios. Al pensar en tus respuestas, es importante saber que es posible que tengas diversas razones para guardar los mandamientos. Independientemente de tus motivos actuales, continúa siendo obediente y, con el tiempo, tu deseo de obedecer por amor puede aumentar.

  • ¿Qué te motiva a guardar este mandamiento?

  • ¿Cómo te sientes en cuanto a tus razones para guardar los mandamientos en comparación con el ejemplo del Señor de obedecer por amor?

  • ¿Por qué podrían importar las razones de tu obediencia (tus motivos)?

  • ¿Qué consejo le darías a alguien que desea obedecer los mandamientos de Dios por amor?

El ejemplo de amor de nuestro Salvador

Jesucristo nos dio el ejemplo perfecto de cómo obedecer las leyes y los mandamientos de Dios por amor puro. Luego de la Última Cena, Él dijo: “Pero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dio el mandamiento, así hago” ( Juan 14:31). Después, Jesús se dirigió a sufrir por nuestros pecados y nuestros “dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases” ( Alma 7:11) en el Jardín de Getsemaní y en la cruz.

El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos invitó a considerar detenidamente lo que el amor de Jesucristo puede motivarnos a hacer. Si lo deseas, puedes ver el video “Permaneced en mi amor”, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde el minuto 14:27 hasta el 14:50, o leer la siguiente cita:

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Official portrait of Carole M. Stephens, sustained at the April 2012 general conference as first counselor in the Relief Society general presidency, October 2012. Released April 2017 General Conference.

¿No has de amarlo a Él, quien primero te amó a ti? [véase 1 Juan 4:19 ]. Entonces, guarda Sus mandamientos [véase Juan 14:15 ]. ¿No serás amigo de Él, quien dio Su vida por Sus amigos? [véase Juan 15:13 ]. Entonces, guarda Sus mandamientos [véase Juan 15:14 ]. ¿No permanecerás en Su amor y recibirás todo lo que Él amorosamente te ofrece? Entonces, guarda Sus mandamientos [véase Juan 15:10 ].

(Véase D. Todd Christofferson, “Permaneced en mi amor”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 51)

  • ¿Cómo puede influir en tu relación con el Padre Celestial y Jesucristo tu compromiso hacia una mayor obediencia basada en el amor? (véase Mosíah 5:13).

Conforme te esfuerces por guardar los mandamientos por amor al Padre Celestial y a Jesucristo, sentirás un aumento de Su amor en tu vida (véase Juan 14:21). Si te cuesta ser obediente, o incluso desear serlo, el Padre Celestial puede ayudarte si humildemente le pides un cambio de corazón. Recuerda, también, que uno de los mandamientos es arrepentirnos, y podemos guardarlo al mismo tiempo que nos esforzamos por vencer nuestras debilidades.

Comentarios e información de contexto

¿Por qué requiere Dios nuestra obediencia a Sus mandamientos?

El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, enseñó:

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Official Portrait of President Dallin H. Oaks taken March 2018.

Dios requiere que obedezcamos Sus mandamientos, porque solo mediante esa obediencia, que incluye el arrepentimiento, podemos volver a vivir en Su presencia y llegar a ser perfectos como Él lo es.

(Dallin H. Oaks, “Los dos grandes mandamientos”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 74)

¿Importa la razón por la que obedezco los mandamientos?

Cada uno de nosotros debería preguntarse por qué obedece los mandamientos de Dios. ¿Es porque tenemos miedo al castigo? ¿Es porque deseamos las recompensas de vivir una vida recta? ¿Es porque amamos a Dios y a Jesucristo y deseamos servirlos?

Es mejor obedecer los mandamientos por miedo al castigo que no obedecerlos; sin embargo, seríamos mucho más felices si obedeciéramos a Dios porque le amamos y deseamos obedecerle. Cuando le obedecemos libremente, Él también nos puede bendecir libremente. Él dijo: “… Yo, el Señor […] me deleito en honrar a los que me sirven en rectitud y en verdad hasta el fin” [ Doctrina y Convenios 76:5 ]. La obediencia también nos sirve para progresar y para ser más semejantes a nuestro Padre Celestial; pero quienes no hacen nada hasta que se les manda y luego guardan los mandamientos de mala voluntad, pierden su recompensa [véase Doctrina y Convenios 58:26–29 ].

(Véase Principios del Evangelio, 2009, págs. 221–223)

Actividades de aprendizaje complementarias

Juan 15:18–25 . “Si el mundo os aborrece”

Si los alumnos tienen dificultades para obedecer los mandamientos debido a las influencias mundanas o la persecución, estos versículos pueden ayudarlos a cobrar valor o a obtener perspectiva.

Invite a los alumnos a pensar en cómo se recibiría a Jesucristo si Su ministerio terrenal ocurriera en nuestra época.

Los alumnos pueden estudiar Juan 15:18–25 y buscar lo que dijo el Salvador del mundo y las razones por las que Su pueblo siempre ha sufrido oposición y persecución por parte del mundo. ¿Qué consuelo y fortaleza para obedecer podemos hallar en Su mensaje?

Podemos guardar los mandamientos aun cuando no entendamos por qué se han dado

El profeta José Smith (1805–1844) dijo: “… [M]e impuse esta regla: Cuando el señor te lo mande, hazlo” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2011, pág. 170). Las Escrituras y la historia de la Iglesia incluyen muchos relatos de personas que decidieron ser obedientes aun cuando no comprendían plenamente por qué se les había dado determinado mandamiento o consejo. Los siguientes pasajes incluyen ejemplos de obediencia fiel y algunas de las bendiciones que esas personas recibieron por ser obedientes:

Adán y Eva: Moisés 5:5–12 .

Simón Pedro y sus compañeros: Lucas 5:4–11 .

Nefi: 1 Nefi 9:5–6 .

Se podría invitar a los alumnos a meditar sobre estas preguntas: ¿Cuáles son algunos de los mandamientos que no comprenden plenamente? ¿Cómo puede ayudarlos su amor por Dios a ser fieles y obedientes hasta obtener una mayor comprensión?

Repasa tus compromisos

Invite a los alumnos a repasar todo plan o compromiso que hayan hecho recientemente para ser más obedientes al Padre Celestial y a Jesucristo. Es posible que lo hayan hecho en una lección anterior de Seminario o como parte de sus metas para el programa Niños y Jóvenes. Si aún no tienen una meta o un plan para ser más obedientes, podrían pensar en uno de los mandamientos que anotaron en esta lección.

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