Seminario
Lucas 10:25–37


Lucas 10:25–37

El buen samaritano

Imagen
The painting depicts the Good Samaritan administering to the beaten and injured man stripped of his clothing. A camel rests behind to the right. The scene takes place in a rocky desert setting reminiscent of the Holy Land.

Cuando un intérprete de la ley le preguntó a Jesús: “¿… quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29), el Salvador le respondió con la parábola del buen samaritano. Esta lección puede ayudarte a seguir el ejemplo de Jesús en cuanto a amar al prójimo.

Cómo marcar las Escrituras y tomar notas en ellas. El élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles (1928–2015), invitó a los jóvenes a “[m]arca[r] los pasajes importantes […] y cons[ultarlos] con frecuencia” (“La paz en el hogar”, Liahona, mayo de 2013, pág. 30). Busque oportunidades para instar a los alumnos a marcar y tomar notas en sus ejemplares de las Escrituras. Anímelos a hacerlo de una manera que funcione para ellos, en lugar de enseñarles a hacerlo de maneras específicas.

Preparación del alumno: Invite a los alumnos a leer Lucas 10:30–35 y a buscar en qué partes ven reflejado a Jesucristo en esta parábola. Pídales que también busquen en qué partes se ven reflejados a sí mismos en la parábola.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

Los alumnos pueden beneficiarse de tener más de una clase para estudiar la parábola del buen samaritano.

En la sección “Actividades de aprendizaje complementarias” de la lección, se encuentran disponibles algunas actividades de aprendizaje adicionales.

Para la siguiente actividad, invite a los alumnos a registrar en sus diarios de estudio sus respuestas a las siguientes preguntas. Considere relatar una experiencia personal e invitar a algunos voluntarios a compartir también sus experiencias.

Ayudar a los necesitados

Piensa en una ocasión en la que alguien te ayudó cuando necesitabas ayuda.

  • ¿Por qué crees que esta persona te ayudó?

  • ¿Cómo te sentiste debido a lo que hizo esta persona?

Reflexiona sobre cuán probable es que ayudes a alguien necesitado y por qué podrías decidir ayudarlo o no. Mientras estudias, busca las verdades que aprendas acerca de Jesucristo que podrían aumentar tu deseo de ayudar a los necesitados.

Una parábola

Un día, mientras Jesucristo estaba enseñando, un intérprete de la ley le preguntó qué debía hacer para recibir la vida eterna. El Salvador enseñó que, para poder heredar la vida eterna, debemos amar a Dios con todo nuestro corazón y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (véase Lucas 10:27). Luego, el intérprete de la ley hizo otra pregunta.

Lee Lucas 10:29 y considera la posibilidad de marcar la pregunta que el intérprete de la ley le hizo a Jesús.

  • ¿Cómo responderías la pregunta del intérprete de la ley?

Para responder la pregunta del intérprete, Jesús relató una parábola conocida como la parábola del buen samaritano. Cuando estudies esta parábola, ten en cuenta que los samaritanos y los judíos generalmente se despreciaban y a menudo evitaban interactuar entre sí. Una de las razones por las que los judíos consideraban inaceptables a los samaritanos era debido a que estos eran en parte judíos y en parte gentiles, y mezclaban las creencias religiosas de ambos pueblos.

Comprender cómo el Salvador forma parte de la parábola

Lee la parábola del buen samaritano en Lucas 10:30–35 . También es posible que desees ver el video “La parábola del buen samaritano” (5:11) mientras sigues el pasaje de las Escrituras con la vista en tu ejemplar. Este video está disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

Mientras estudias esta parábola, piensa en la forma en que el samaritano es un símbolo de Jesucristo.

Considere mostrar una lámina de Jesucristo antes de hacer la siguiente pregunta:

  • ¿Qué podemos aprender de esta parábola en cuanto a Jesucristo? (Considera la posibilidad de anotar tu respuesta a esta pregunta en tu diario de estudio).

El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

Imagen
Official portrait of Elder Neil L. Andersen of the Quorum of the Twelve Apostles, 2010, August.

El Salvador es nuestro Buen Samaritano, enviado “a sanar a los quebrantados de corazón” [ Lucas 4:18 ; véase también Isaías 61:1 ]. Él viene a nosotros cuando otras personas pasan de largo. Con compasión, Él unta Su bálsamo sanador en nuestras heridas y las venda. Él nos lleva en brazos. Él nos cuida.

(Neil L. Andersen, “Heridos”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 85)

  • ¿Cuáles son algunos ejemplos de las Escrituras en los que el Salvador hace lo que el élder Andersen describió?

  • ¿En qué ocasión ha sido el Salvador como el buen samaritano para ti?

Considere relatar una experiencia personal en la que haya reconocido la compasión y la disposición del Salvador para ayudar a todos los que están espiritualmente heridos.

Seguir el ejemplo de Jesucristo

Después de relatar la parábola del buen samaritano, Jesucristo, el Maestro, le preguntó al intérprete de la ley qué había aprendido y lo invitó a actuar. Lee Lucas 10:36–37 para ver cuál fue la invitación del Salvador al intérprete de la ley.

  • ¿Cómo puedes poner en práctica la invitación del Salvador en tu propia vida?

  • ¿Qué te enseña esta invitación sobre los sentimientos del Salvador por todos los hijos del Padre Celestial?

Tenemos muchas oportunidades de seguir el consejo del Salvador de “[ir] y ha[cer] […] lo mismo” ( Lucas 10:37) en muchas situaciones diferentes en las que nos encontramos, como en casa, en la escuela, en línea, en nuestro barrio o rama, y entre extraños.

Considere la posibilidad de dividir la clase en grupos pequeños para analizar las siguientes preguntas. Asigne a cada grupo una o más de las situaciones mencionadas en el párrafo anterior para que se centren en ellas a medida que responden estas preguntas.

  • ¿Cuáles son algunas maneras específicas en las que podrías seguir el ejemplo del Salvador de mostrar amor a tu prójimo en esta situación?

  • ¿Qué puede hacer que sea difícil mostrar amor a tu prójimo en esta situación?

  • Si una persona tuviera dificultades para mostrar amor a su prójimo en esta situación, ¿qué podrías enseñarle acerca de Jesucristo que pudiera ayudarla?

Después de que los alumnos hayan terminado su análisis, invite a voluntarios de cada grupo a compartir algunas de sus respuestas.

Invite a los alumnos a que piensen acerca de lo que han aprendido en esta lección. Considere darles tiempo para escribir sus ideas e impresiones en sus diarios de estudio. Considere también dar a los alumnos la oportunidad de compartir lo que se han sentido inspirados a hacer debido a lo que han estudiado hoy.

  • ¿Qué te has sentido inspirado a hacer como resultado de lo que has estudiado hoy?

Comentarios e información de contexto

¿De qué manera la parábola del buen samaritano es un símbolo del trayecto de nuestra vida?

El élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

Imagen
Official Portrait of Gerrit W. Gong. Photographed in 2018.

En nuestro polvoriento camino a Jericó, nos atacan, nos lastiman y nos dejan doloridos.

Aunque nos debemos ayudar mutuamente, con demasiada frecuencia cruzamos al otro lado del camino, por alguna razón.

Sin embargo, con compasión, el Buen Samaritano se detiene y cura nuestras heridas con vino y aceite, símbolos de la Santa Cena y de otras ordenanzas; el vino y el aceite nos dirigen a la sanación espiritual en Jesucristo. El Buen Samaritano nos coloca sobre su asno o, en algunas representaciones en vitrales, nos lleva sobre Sus hombros. Nos lleva al mesón, el cual puede representar Su Iglesia. En el mesón, el Buen Samaritano dice: “Cuídamelo, […] yo te lo pagaré cuando vuelva” [ Lucas 10:35 ]. El Buen Samaritano, un símbolo de nuestro Salvador, promete regresar, esta vez con majestuosidad y gloria.

(Gerrit W. Gong, “Lugar en el mesón”, Liahona, mayo de 2021, págs. 24–25)

¿Por qué el Salvador utilizó a un samaritano en lugar de a un judío como el que ayudó al hombre herido?

El presidente M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

Imagen
Official portrait of President M. Russell Ballard of the Quorum of the Twelve Apostles, 2004.

… En la época de Cristo había mucha antipatía entre judíos y samaritanos. Bajo circunstancias normales, ambos grupos evitaban asociarse unos con otros. Todavía habría sido una parábola buena e instructiva si el hombre que cayó en manos de ladrones hubiera sido rescatado por un hermano judío.

El uso deliberado que Él hizo de judíos y samaritanos enseña claramente que todos somos prójimo y que debemos amarnos, estimarnos, respetarnos y servirnos el uno al otro a pesar de nuestras más marcadas diferencias, entre ellas las diferencias religiosas, políticas y culturales.

(M. Russell Ballard, “Doctrina de la inclusión”, Liahona, enero de 2002, pág. 40)

¿Qué debo hacer cuando las oportunidades de ayudar a otros se presenten en momentos poco convenientes?

El presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

Imagen
Official portrait of President M. Russell Ballard of the Quorum of the Twelve Apostles, 2004.

… Las oportunidades de servir a los demás en forma significativa, como convinimos, rara vez se nos presentan en el momento oportuno. Pero no hay poder espiritual cuando se vive por lo que nos venga bien. El poder proviene del cumplimiento de nuestros convenios.

(M. Russell Ballard,“Como una llama inextinguible”, Liahona, julio de 1999, pág. 102)

El presidente Thomas S. Monson (1927–2018) nos recordó lo siguiente:

Imagen
Official portrait of President Thomas S. Monson, 2008.

… Nunca permitan que el problema que se tenga que resolver llegue a ser más importante que la persona a la que se tenga que amar.

(Thomas S. Monson, “Encontrar gozo en el trayecto”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 86)

Actividades de aprendizaje complementarias

Paralelismos entre la parábola del buen samaritano y el Plan de Salvación

Invite a los alumnos a leer Lucas 10:30–35 en busca de cómo la parábola del buen samaritano puede ser un símbolo del Plan de Salvación. Estos son algunos de los símbolos:

Descender de Jerusalén: dejar la existencia preterrenal y venir a la tierra

Un hombre: nosotros

El samaritano: Jesucristo

Viajar por el camino a Jericó: el trayecto mortal

Invite a los alumnos a analizar qué lecciones enseña la parábola sobre la vida terrenal y sobre volver al Padre. Haga preguntas de seguimiento como estas: ¿Cuáles son algunas de las formas en que somos heridos espiritualmente durante nuestro tiempo en la tierra? ¿De qué maneras han experimentado que el Salvador vendaba sus heridas?

Para ver otras ideas sobre la forma en que esta parábola puede simbolizar el Plan de Salvación, véase John W. Welch, “El buen samaritano: Símbolos olvidados”, Liahona, febrero de 2007, págs. 27–33.

Estudiar la parábola desde las perspectivas del sacerdote y el levita

Considere la posibilidad de invitar a los alumnos a estudiar la parábola desde las perspectivas del sacerdote y el levita. Invítelos a pensar en algunas de las posibles razones por las que el sacerdote y el levita no se detuvieron para ayudar al hombre necesitado.

Pida a los alumnos que comparen esas posibles razones con sus propias respuestas a las oportunidades para servir. Invite a los alumnos a reflexionar sobre cómo pueden superar sus propios obstáculos para amar y servir a su prójimo.

Aprender mientras venimos al mesón del Señor (Su Iglesia)

El élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, comparó el mesón de la parábola del buen samaritano con la Iglesia del Señor (véase “Lugar en el mesón”, Liahona, mayo de 2021, págs. 24–25). Él sugirió que podemos aprender lecciones importantes sobre nosotros mismos y sobre Jesucristo cuando venimos a Su mesón. Considere la posibilidad de hacer una selección e invitar a los alumnos a estudiar partes de este discurso para aprender más sobre cómo pueden ayudar a otros a experimentar la sanación que ofrece el Salvador al invitarlos a Su Iglesia.

Imprimir