Capítulo 26
Elías el Profeta y la restauración de las llaves para sellar
“¿Cómo rescatará Dios a esta generación? Enviará a Elías el Profeta”.
De la vida de José Smith
En la primavera de 1836, después de tres años de trabajo y sacrificios, los santos de Kirtland vieron por fin terminado su hermoso templo, el primero de esta dispensación. El domingo 27 de marzo más de novecientas personas se reunieron en la capilla y en el vestíbulo del templo para el servicio dedicatorio. Muchos otras se reunieron en una escuela cercana debido al excedente de asistentes, mientras que otras personas escuchaban desde afuera junto a las ventanas abiertas del templo. El Profeta mismo ayudó a acomodar a los fieles.
La congregación escuchó un discurso de Sidney Rigdon, un consejero de la Primera Presidencia, y luego se unieron todos para cantar “Ya regocijemos” y “Adán–ondi–Ahmán”, escritos por William W. Phelps. Luego, José Smith se levantó para ofrecer la oración dedicatoria, que había recibido por revelación. En ella describió muchas de las extraordinarias bendiciones que se conceden a los que vayan con dignidad a los templos de Dios (véase D. y C. 109). El coro cantó “El Espíritu de Dios” y la congregación se puso de pie para proclamar la Exclamación de Hosanna “con tal fuerza que parecía casi lo suficiente para levantar el techo del edificio”1.
“Hínchase tu casa con tu gloria”, dijo el Profeta en la oración dedicatoria, “como con un viento fuerte e impetuoso” (D. y C. 109:37). Eso se cumplió literalmente, porque muchos santos testificaron que había seres celestiales presentes durante el servicio dedicatorio. Eliza R. Snow recordaba: “Las ceremonias de aquella dedicación se pueden narrar, pero no hay lenguaje terrenal que describa las manifestaciones celestiales de ese día memorable. A algunos les aparecieron ángeles, mientras que todos sentimos una presencia divina y todo corazón estaba lleno de ‘gozo inefable y pleno de gloria’ [véase 1 Pedro 1:8]”2.
Esa noche, cuando el Profeta se reunió en el templo con unos cuatrocientos poseedores del sacerdocio, “se oyó un ruido, como un viento fuerte que soplaba, el cual llenó el templo, y toda la congregación se levantó simultáneamente, impelida por un poder invisible”. De acuerdo con lo que dijo el Profeta, “muchos empezaron a hablar en lenguas y a profetizar; otros vieron visiones gloriosas; y yo vi el templo lleno de ángeles y este hecho lo declaré a la congregación”3.
En una reunión que tuvo lugar en el templo una semana después, el domingo 3 de abril, hubo manifestaciones de importancia extraordinaria. Después que el Profeta ayudó a otros líderes de la Iglesia a administrar la Santa Cena, él y Oliver Cowdery se retiraron al púlpito que estaba detrás de las cortinas cerradas y se arrodillaron en solemne oración. Al levantarse después de la oración, el Salvador mismo se apareció ante ellos y proclamó Su aprobación del templo, diciendo: “He aquí, he aceptado esta casa, y mi nombre estará aquí; y me manifestaré a mi pueblo en misericordia en esta casa” (D. y C. 110:7).
Después de cerrarse esta visión, ambos hombres tuvieron aparte tres visiones en las cuales se les aparecieron profetas antiguos para restaurar las llaves del sacerdocio que eran indispensables para la obra del Señor en los últimos días. El profeta Moisés se apareció y les “entregó las llaves del recogimiento de Israel de las cuatro partes de la tierra”. Elías vino y les entregó “la dispensación del evangelio de Abraham” (véase D. y C. 110:11–12).
Entonces, en otra visión gloriosa, vieron a Elías el Profeta (véase D. y C. 110:13–16), cuya venida era tan importante que el antiguo profeta Malaquías la predijo siglos antes, y el Salvador repitió esa profecía a los nefitas (véase Malaquías 4:5–6; 3 Nefi 25:5–6; 26:1–2). Elías el Profeta vino para entregar a José y a Oliver las llaves del sellamiento: el poder para ligar y hacer válido en los cielos todas las ordenanzas que se efectúen en la tierra. La restauración del poder sellador era necesaria para preparar al mundo para la segunda venida del Salvador, porque sin éste “toda la tierra sería totalmente asolada a su venida” (José Smith—Historia 1:39).
Las enseñanzas del profeta José Smith
El antiguo profeta Malaquías predijo la venida de Elías el Profeta.
El profeta José Smith dijo lo siguiente sobre la visita que Moroni le hizo en la noche del 21 de septiembre de 1823, según se encuentra en José Smith—Historia 1:36–39: “[Moroni] primero citó parte del tercer capítulo de Malaquías, y también el cuarto y último capítulo de la misma profecía, aunque variando un poco de la forma en que se halla en nuestra Biblia. En lugar de citar el primer versículo cual se halla en nuestros libros, lo hizo de esta manera:
“Porque, he aquí, viene el día que arderá como un horno, y todos los soberbios, sí, todos los que obran inicuamente, arderán como rastrojo; porque los que vienen los quemarán, dice el Señor de los Ejércitos, de modo que no les dejará ni raíz ni rama.
“Entonces citó el quinto versículo en esta forma: He aquí, yo os revelaré el sacerdocio por medio de Elías el Profeta, antes de la venida del grande y terrible día del Señor.
“También expresó el siguiente versículo de otro modo: Y él plantará en el corazón de los hijos las promesas hechas a los padres, y el corazón de los hijos se volverá a sus padres. De no ser así, toda la tierra sería totalmente asolada a su venida”4.
Elías el Profeta se apareció ante José Smith y Oliver Cowdery en el Templo de Kirtland.
José Smith describió la aparición del antiguo profeta Elías ante él y Oliver Cowdery, el 3 de abril de 1836, en el Templo de Kirtland, lo cual después quedó registrado en Doctrina y Convenios 110:13–16: “Se nos desplegó otra visión grande y gloriosa; porque Elías el Profeta, que fue llevado al cielo sin gustar la muerte, se apareció ante nosotros, y dijo:
“He aquí, ha llegado plenamente el tiempo del cual se habló por boca de Malaquías, testificando que él [Elías el Profeta] sería enviado antes que viniera el día grande y terrible del Señor, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres, para que el mundo entero no fuera herido con una maldición. Por tanto, se entregan en vuestras manos las llaves de esta dispensación; y por esto sabréis que el día grande y terrible del Señor está cerca, sí, a las puertas”5.
Elías el Profeta restauró las llaves para sellar, o sea, el poder y la autoridad de ligar en los cielos todas las ordenanzas efectuadas en la tierra.
“ ‘Y os envío a Elías el Profeta, antes de que venga el día de Jehová grande y terrible,’ etc., etc. [véase Malaquías 4:5]. ¿Por qué enviar a Elías? Porque él tiene las llaves de la autoridad para administrar todas las ordenanzas del sacerdocio; y [a no ser que] esa autoridad se dé, las ordenanzas no se podrían administrar en justicia”6.
En una carta dirigida a los santos, el profeta José Smith dijo lo siguiente, que pasó a ser después Doctrina y Convenios 128:8–11: “La naturaleza de esta ordenanza consiste en el poder del sacerdocio, por la revelación de Jesucristo, mediante el cual se concede que lo que atéis en la tierra sea atado en los cielos, y lo que desatéis en la tierra sea desatado en los cielos…
“A algunos les parecerá muy atrevida esta doctrina que discutimos: un poder que registra o ata en la tierra y también en los cielos. Sin embargo, en todas las edades del mundo, cada vez que el Señor ha dado una dispensación del sacerdocio a un hombre o grupo de hombres, por revelación efectiva, siempre ha dado este poder. De manera que, todo cuanto esos hombres hicieron con autoridad, en el nombre del Señor, y lo hicieron verdadera y fielmente, y llevaron un registro adecuado y fiel de ello, esto llegó a ser una ley en la tierra y en los cielos, y, de acuerdo con los decretos del gran Jehová, no podía anularse. Esta palabra es verdadera. ¿Quién la puede oír?
“Y además, he aquí el precedente, Mateo, capítulo 16, versículos 18 y 19: Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
“Ahora, el gran e importante secreto de todo el asunto, y el summum bonum de todo el tema que tenemos por delante consiste en obtener los poderes del Santo Sacerdocio. Al que se dan estas llaves no se le dificulta obtener conocimiento de los hechos relacionados con la salvación de los hijos de los hombres, tanto de los vivos como de los muertos”7.
Por medio del poder sellador, las familias pueden sellarse por esta vida y por la eternidad, y se pueden efectuar ordenanzas sagradas por los muertos.
“El espíritu, poder y llamamiento de Elías el Profeta es el de que ustedes tengan la autoridad de poseer las llaves de la revelación, las ordenanzas, los oráculos, poderes e investiduras de la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec y del reino de Dios en la tierra; y de recibir, obtener y efectuar todas las ordenanzas que pertenecen al reino de Dios, aun para tornar el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres, incluso los que estén en los cielos.
“Malaquías dijo: ‘Yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición’[Malaquías 4:5–6].
“Ahora bien, lo que deseo conseguir es el conocimiento de Dios, y elijo mi propia senda para obtenerlo. ¿Qué hemos de entender por ese pasaje de Escrituras en los últimos días?
“En la época de Noé, Dios destruyó el mundo con un diluvio, y ha prometido destruirlo por fuego en los últimos días; pero antes que esto acontezca, Elías el Profeta debe venir primero, y volver el corazón de los padres hacia los hijos, etc.
“Y ahora el significado: ¿Qué es este oficio y obra de Elías el Profeta? Es uno de los temas más grandes e importantes que Dios ha revelado: Él iba a enviar a Elías el Profeta para sellar los hijos a los padres, y los padres a los hijos.
“¿Pero se iba a limitar esto únicamente a los vivos, a sólo poner orden entre las familias de la tierra? De ninguna manera; comprende una obra mucho mayor. Elías, ¿qué harías si estuvieses aquí? ¿Se concretaría tu obra solamente a los vivos? ¡No!; los referiré a las Escrituras, donde se aclara el tema, es decir, que sin nosotros, ellos no podrán ser perfeccionados, ni nosotros sin ellos; ni los padres sin los hijos, ni los hijos sin los padres [véase Hebreos 11:40].
“Deseo que entiendan este asunto, porque es importante; y si lo reciben, éste es el espíritu de Elías el Profeta: que redimamos a nuestros muertos y nos unamos a nuestros padres que se hallan en el cielo y sellemos a nuestros muertos para que salgan en la primera resurrección; y aquí queremos el poder de Elías el Profeta para sellar los que moran en la tierra a los que moran en el cielo. Éste es el poder de Elías el Profeta y las llaves del reino de Jehová…
“Además, la doctrina o el poder sellador de Elías el Profeta comprende lo siguiente: Si tienen el poder sellador en la tierra y en los cielos, entonces debemos ser prudentes. Lo primero que deben hacer es sellar a ustedes sus hijos e hijas en la tierra, y sellarse ustedes a sus padres en gloria eterna…”8
La venida de Elías el Profeta era un preparativo necesario para la segunda venida del Salvador.
“El corazón de los hijos de los hombres tendrá que volverse hacia sus padres, y el de los padres hacia los hijos, sea que estén vivos o muertos, a fin de prepararlos para la venida del Hijo del Hombre. Si Elías el Profeta no vino, toda la tierra sería herida”9.
“Elías es un precursor para preparar el camino, y el espíritu y poder de Elías el Profeta vendrá después, con las llaves de poder, edificando el templo hasta su coronamiento, colocando los sellos del Sacerdocio de Melquisedec sobre la casa de Israel y preparando todas las cosas; entonces vendrá el Mesías a Su templo, que será al fin de todo… Elías el Profeta ha de venir y preparar el camino y edificar el reino antes de la venida del gran día del Señor”10.
“El mundo va a ser quemado en los últimos días. Él enviará a Elías el Profeta, y éste revelará los convenios de los padres con respecto a los hijos, y los convenios de los hijos con respecto a los padres”11.
“¿Cómo rescatará Dios a esta generación? Enviará a Elías el Profeta… [que] revelará los convenios para sellar el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres”12.
Sugerencias para el estudio y la enseñanza
Considere estas ideas al estudiar el capítulo o al prepararse para enseñarlo. Si necesita más ayuda, consulte las páginas VII–XIII.
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Cuando apareció en el Templo de Kirtland, el Salvador dijo a José Smith y a Oliver Cowdery: “Me manifestaré a mi pueblo en misericordia en esta casa” (pág. 326). ¿En qué sentido fue la restauración de las llaves para sellar una manifestación de la misericordia del Señor? ¿En qué otras formas se manifiesta Él en el templo?
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Estudie el tercero y el cuarto párrafo de la página 327. ¿Qué enseñan esos párrafos sobre la misión de Elías el Profeta que no se enseña en Malaquías 4:5–6? ¿Cuál es la importancia de esas diferencias?
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Estudie la explicación del poder sellador, que se encuentra en las páginas 328–330. ¿Qué es el poder sellador? ¿Qué importancia tiene para usted y su familia?
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Lea la explicación que da José Smith de la obra de Elías el Profeta (págs. 329–330). ¿Qué es el espíritu de Elías? ¿Por qué era tan importante que Elías el Profeta viniera y cumpliera su obra en estos últimos días?
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¿Qué experiencias ha tenido en las que haya vuelto su corazón hacia los miembros de su familia que han muerto? ¿Qué deben hacer los padres para que sus hijos vuelvan el corazón hacia sus antepasados?
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Lea el primer párrafo de la página 328 y el cuarto párrafo de la página 330. ¿Por qué habría sido la tierra herida “con maldición” sin el poder sellador?
Pasajes de las Escrituras relacionados con el tema: Helamán 10:4–10; D. y C. 132:45–46; 138:47–48; véase también “Elías el Profeta”, Guía para el estudio de las Escrituras, pág. 59.