Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia
Fe en Jesucristo


“Fe en Jesucristo”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Russell M. Nelson, 2023

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Jesucristo sanando a un hombre.

Capítulo 4

Fe en Jesucristo

La fe en Jesucristo es el fundamento de toda creencia y el conducto del poder divino.

De la vida de Russell M. Nelson

En 1985, el presidente Ezra Taft Benson designó al élder Russell M. Nelson como el primer contacto de la Iglesia en Europa. Para ayudar a difundir el Evangelio de Jesucristo en esa parte del mundo, el élder Nelson la visitó en numerosas ocasiones, fortaleciendo a los miembros de la Iglesia, entablando relaciones con líderes gubernamentales y procurando obtener el reconocimiento oficial de la Iglesia.

El élder Nelson ejerció la fe en Jesucristo y fue testigo de la fe que mostraron los miembros de la Iglesia en esa región. Por ejemplo, los documentos en los que se reconocía la Iglesia en Checoslovaquia se firmaron el 21 de febrero de 1990. Esa bendición se debió en parte a los fieles esfuerzos de Jiří Šnederfler y su esposa, Olga:

“Únicamente un miembro checoslovaco de la Iglesia podía solicitar formalmente el reconocimiento oficial de la Iglesia”, señaló el presidente Nelson. “De manera que fuimos al hogar del hermano y la hermana Šnederfler, a quienes les informamos que acabábamos de recibir esa información de parte del director del Consejo de Asuntos Religiosos. Con pleno conocimiento de que algunos líderes y pensadores checoslovacos habían sido encarcelados o ejecutados a causa de sus creencias religiosas o puntos de vista disidentes al respecto, le dijimos al hermano Šnederfler que nosotros, como líderes de la Iglesia, no podíamos ni le pediríamos algo así. Después de un breve momento de reflexión, el hermano Šnederfler dijo con toda humildad: ‘¡Iré! ¡Y lo haré!’. Mientras hablaba, su esposa, Olga, empezó a llorar; se abrazaron y dijeron: ‘Haremos lo que sea necesario; es para el Señor, y Su obra es más importante que nuestra libertad o nuestra vida’.

“Unos meses más tarde, después que se hubieron preparado los papeles en la debida forma, el hermano Šnederfler los llevó personalmente. Él y los demás miembros estuvieron sujetos a una estricta vigilancia. Los santos continuaron con valor y fe. Por fin, después de ayunar periódicamente, de orar y de cumplir estrictamente con todos los requisitos, llegó el glorioso anuncio. ¡Cuánto admiro a los Šnederfler y a todos esos fieles miembros que sobrellevaron tantos interrogatorios y riesgos!”.

Enseñanzas de Russell M. Nelson

Toda bendición de importancia eterna comienza por la fe en Jesucristo

La fe en Jesucristo es el fundamento de toda creencia y el conducto del poder divino. Según el apóstol Pablo, “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan” [Hebreos 11:6].

Todo lo bueno de la vida —toda posible bendición de significado eterno— comienza con la fe. El permitir que Dios prevalezca en nuestras vidas comienza con la fe en que Él está dispuesto a guiarnos. El verdadero arrepentimiento comienza con la fe en que Jesucristo tiene el poder de purificarnos, sanarnos y fortalecernos.

“No neguéis el poder de Dios”, dijo el profeta Moroni, “porque él obra por poder, de acuerdo con la fe de los hijos de los hombres” [Moroni 10:7; cursiva agregada]. Es nuestra fe la que activa el poder de Dios en nuestras vidas […].

Sepan esto: si todas las cosas y todas las personas en el mundo en quienes ustedes confían les fallan, Jesucristo y Su Iglesia nunca les fallarán. El Señor nunca se adormece ni duerme. Él “es el mismo ayer, hoy y [mañana]” [Mormón 9:9]. Él no abandonará Sus convenios, Sus promesas ni Su amor por Su pueblo. Él obra milagros hoy y obrará milagros mañana.

Cuando hablamos de fe —la fe que puede mover montañas— no nos referimos a la fe en general, sino a la fe en el Señor Jesucristo. Esa fe puede verse fortalecida al aprender acerca de Él y vivir nuestra religión. El Señor diseñó la doctrina de Jesucristo para ayudarnos a incrementar nuestra fe […].

Tal vez debiéramos preguntarnos: ¿Dónde está nuestra fe? ¿En un equipo? ¿En una marca? ¿En alguien famoso? Hasta los mejores equipos pierden y los famosos caen en el olvido. Solo hay Uno en quien su fe estará a salvo: el Señor Jesucristo.

Cuando dedicamos tiempo a aprender sobre el Salvador y Su sacrificio expiatorio, sentimos el deseo de participar en otro elemento clave para tener acceso a Su poder: elegimos tener fe en Él y seguirlo.

Pregunta para el estudio

¿Qué significa para ustedes tener fe en Jesucristo?

La fe activa en el Señor conduce a una conversión completa

Los primeros principios del Evangelio comienzan por la fe en el Señor Jesucristo. Pablo dijo que “es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” [Hebreos 11:1], y rogó “que Cristo more por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender […] y de conocer el amor de Cristo” [Efesios 3:17–19]. Pablo nos ruega “que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” [Efesios 4:11–13].

En el Libro de Mormón, aprendemos que “somos vivificados en Cristo a causa de nuestra fe […]. Y hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo y escribimos según nuestras profecías, para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados” (2 Nefi 25:25–26) […].

La fe activa en el Señor conduce a una conversión completa y a una total dedicación a Su santa obra […]. La fe activa en el Señor trae la conversión, un gran cambio en el corazón [véase Alma 5:12–14], un cambio en el modo de pensar, de la manera del mundo a la manera de Dios. Hace que nos arrepintamos con “íntegro propósito de corazón” [2 Nefi 31:13]. Alma agregó: “Predícales el arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo; enséñales a humillarse, y a ser mansos y humildes de corazón; enséñales a resistir toda tentación del diablo, con su fe en el Señor Jesucristo” [Alma 37:33] […].

La fe en Jesucristo no solo nos trae bendiciones en esta vida, sino que es esencial para nuestra salvación y exaltación eternas.

Lo más profundo que he presenciado es la diferencia inigualable que el creer en Dios y en Su Hijo Jesucristo marca en la vida de una persona. Sencillamente, no hay nada que se compare con la fortaleza y el sentido refinadores y ennoblecedores que llegan a la vida de un creyente y siervo devoto.

Pregunta para el estudio

¿De qué manera el depositar su fe en Jesucristo ha marcado una diferencia en su vida?

Comiencen hoy a aumentar su fe

El ejercer la fe puede parecer abrumador. A veces quizás nos preguntemos si es posible reunir la fe suficiente para recibir las bendiciones que necesitamos tan desesperadamente. Sin embargo, el Señor puso fin a esos temores mediante las palabras de Alma, profeta del Libro de Mormón.

Alma simplemente nos pide que experimentemos con la palabra y “ejercit[emos] un poco de fe, sí, aunque no sea más que un deseo de creer” [Alma 32:27; cursiva agregada] […].

El Señor no requiere que tengamos una fe perfecta para tener acceso a Su poder perfecto, pero nos pide que creamos […]. Comiencen hoy a aumentar su fe. Mediante su fe, Jesucristo aumentará la capacidad de ustedes para mover los montes que haya en su vida [véase 1 Nefi 7:12], aunque sus desafíos personales puedan ser tan grandes como el monte Everest.

Sus montes pueden ser la soledad, la duda, las enfermedades u otros problemas personales. Sus montes serán distintos, no obstante, la respuesta a cada uno de sus desafíos es aumentar su fe […].

Para aumentar su fe y confianza en Él, se requiere esfuerzo. Permítanme brindarles cinco sugerencias para ayudarlos a desarrollar esa fe y confianza.

Primero, estudien. Conviértanse en estudiantes dedicados. Aplíquense de lleno a las Escrituras para comprender mejor la misión y el ministerio de Cristo. Conozcan la doctrina de Cristo para que comprendan el poder que ella tiene para su vida. Internalicen la verdad de que la Expiación de Jesucristo se aplica a ustedes. Él tomó sobre Sí sus aflicciones, sus errores, sus debilidades y sus pecados. Él pagó el precio compensatorio y les proporcionó el poder para mover todos los montes que afrontarán. Ustedes obtienen ese poder con su fe, confianza y voluntad de seguirlo […].

Cuanto más aprendan acerca del Salvador, más fácil será confiar en Su misericordia, Su amor infinito y Su poder fortalecedor, sanador y redentor. El Salvador nunca está más cerca de ustedes que cuando están enfrentando o escalando un monte con fe.

Segundo, elijan creer en Jesucristo. Si tienen dudas sobre Dios el Padre y Su Hijo Amado, o de la validez de la Restauración o de la veracidad del llamamiento divino de José Smith como profeta, elijan creer [véase 2 Nefi 33:10–11] y permanezcan fieles. Lleven sus preguntas al Señor y a otras fuentes fidedignas […]. Permitan que el Señor los guíe en su trayecto de descubrimiento espiritual.

Tercero, actúen con fe. ¿Qué harían si tuviesen más fe? Mediten en ello; escriban al respecto. Después, reciban más fe al hacer algo que requiera más fe.

Cuarto, participen de las ordenanzas sagradas de manera digna. Las ordenanzas activan el poder de Dios en su vida [véase Doctrina y Convenios 84:20].

Y quinto, pidan ayuda a su Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo.

La fe requiere trabajo; el recibir revelación requiere trabajo; pero “todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” [Mateo 7:8]. Dios sabe qué es lo que les ayudará a aumentar su fe. Pidan, y luego, vuelvan a pedir.

[Un] elemento para obtener el poder del Salvador en nuestra vida es acudir a Él con fe. Ese “acudir” requiere un esfuerzo diligente y concentrado […].

Cuando procuren el poder del Señor en su vida con la misma intensidad que tiene una persona que se está ahogando y lucha por respirar, el poder proveniente de Jesucristo será de ustedes. Cuando el Salvador sepa que ustedes realmente desean acudir a Él —cuando Él pueda sentir que el mayor deseo de sus corazones es obtener el poder de Él en sus vidas—, serán guiados por el Espíritu Santo para saber exactamente lo que deben hacer [véase Doctrina y Convenios 88:63].

Pregunta para el estudio

¿Qué esfuerzos pueden hacer para aumentar su fe en Jesucristo?

La fe siempre aumenta nuestro acceso al poder divino

Para lograr lo “imposible” […], el principal requisito es la fe […].

El Señor enseñó personalmente esta verdad a Sus discípulos: “si tuviereis fe”, señaló, “nada os será imposible” [Mateo 17:20].

No minimicen la fe que ya tienen. Se necesita fe para unirse a la Iglesia y permanecer fiel. Se necesita fe para seguir a los profetas en lugar de los eruditos y la opinión popular. Se necesita fe para servir en una misión durante una pandemia. Se necesita fe para vivir una vida casta, cuando el mundo proclama que la ley de castidad de Dios ya está pasada de moda. Se necesita fe para enseñar el Evangelio a los niños en un mundo secular. Se necesita fe para suplicar por la vida de un ser querido e incluso más fe para aceptar una respuesta decepcionante […].

Los montes de nuestra vida no siempre se mueven cómo o cuándo quisiéramos, pero nuestra fe siempre nos impulsará hacia adelante. La fe siempre aumenta nuestro acceso al poder divino […].

La fe en Jesucristo es el mayor poder que tenemos a nuestro alcance en esta vida. Todas las cosas son posibles a los que creen [véase Marcos 9:23].

La fe en Jesucristo nos impulsa a hacer cosas que de otro modo no haríamos. La fe que nos motiva a actuar nos da más acceso a Su poder.

Pregunta para el estudio

¿En qué ocasiones su fe les ha ayudado a lograr algo que parecía imposible?

La fe no evitará los problemas de la vida, pero ayudará cuando las cosas vayan mal

Resistir los ataques del adversario requiere verdadera fe en el Señor y en Su Evangelio. Los exhorto a abstenerse de toda impiedad, tanto física como espiritual [véase Moroni 10:32]. ¡Aférrense con firmeza a la barra de hierro del Evangelio! […].

El Evangelio de Jesucristo es una base segura sobre la cual podemos edificar nuestra fe individual. Algunos de nosotros somos débiles, otros somos fuertes; podemos flaquear como “la ola del mar, que es movida por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1:6), o podemos anclarnos a un firme cimiento y asegurarnos con cables de acero espiritual, arraigados y cimentados en los pilares eternos del Evangelio [véanse Efesios 3:17–19; Colosenses 2:6–7; Helamán 5:12].

Esa fe no evitará los problemas de la vida, pero ayudará cuando las cosas vayan mal. A las personas buenas les ocurren cosas malas. Ocurren accidentes. Es posible que algunas parejas casadas no sean bendecidas con hijos. Otros tal vez no se casen en esta vida, o estén casados con alguien que no cumpla los mandamientos de Dios. El Señor está al tanto de tales circunstancias. Él concederá todas las bendiciones que tiene reservadas para Sus hijos fieles, a Su propia manera y en Su propio tiempo [véase Doctrina y Convenios 130:20–21]. Sean rectos, sean pacientes, mantengan una perspectiva eterna y serán protegidos.

¿Por qué necesitamos una fe tan resiliente? Porque vienen tiempos difíciles; pocas veces, en el futuro, será fácil o popular ser un fiel Santo de los Últimos Días. Cada uno de nosotros será probado. El apóstol Pablo advirtió que, en los últimos días, aquellos que con diligencia sigan al Señor “padecerán persecución” [2 Timoteo 3:12]. Esa misma persecución puede tanto aplastarlos hasta dejarlos en una silenciosa debilidad como motivarlos a ser más ejemplares y valientes en su vida diaria.

La forma en que ustedes afronten las pruebas de la vida es parte del desarrollo de su fe. La fuerza vendrá cuando se acuerden de que tienen una naturaleza divina, una herencia de valor infinito […].

Testifico que Dios es nuestro Padre. Jesús es el Cristo. Su Iglesia ha sido restaurada en la tierra. ¡Su verdad, convenios y ordenanzas nos permiten superar el miedo y afrontar el futuro con fe!.

Pregunta para el estudio

¿En qué ocasiones su fe en Jesucristo les ha ayudado a afrontar alguna prueba?

¡Acojan el futuro con fe!

¡Tenemos tanto que esperar! El Señor [los] puso aquí ahora porque sabía que tenían la capacidad de manejar las complejidades de la última parte de estos últimos días. Sabía que entenderían la grandeza de Su obra y que estarían deseos[os] de ayudar a llevarla a cabo.

No digo que los días venideros serán fáciles, pero les prometo que el futuro será glorioso para los que están preparados y siguen preparándose para ser instrumentos en las manos del Señor […].

No nos limitemos a simplemente soportar esta época actual. ¡Acojamos el futuro con fe! Los tiempos turbulentos son oportunidades para que prosperemos en lo espiritual, y en ellos nuestra influencia puede ser mucho más penetrante que en tiempos más tranquilos.

Les prometo que, a medida que construyamos plazas fuertes, preparemos la mente para ser fieles a Dios, y nunca dejemos de prepararnos, Dios nos bendecirá. Él “nos librar[á]; sí, de tal modo que habl[ará] paz a nuestras almas, y nos conced[erá] una gran fe, [y hará] que en él [podamos poner] la esperanza de nuestra liberación” [Alma 58:11].

Si se preparan para acoger el futuro con fe, ¡estas promesas se cumplirán para ustedes!.

¡El poder de Jesucristo nos sanará, nos fortalecerá, nos consolará y nos renovará! […]. En la medida en que crean en Jesucristo y traten de seguirlo con fidelidad, Su poder sanador y fortalecedor los ayudará a mover los montes que haya en su vida.

Nunca sabemos qué traerá el mañana. Podemos experimentar cierto grado de incertidumbre y miedo. Para esos y otros problemas hay solo un antídoto seguro. Es el mismo antídoto que llevó a la acción a nuestros antepasados. Es una fe creciente e inquebrantable de que Jesucristo nos conoce y nos ayudará.

Vivimos en una de las épocas más vibrantes de la historia del mundo. Me despierto cada mañana ansioso por las aventuras que me depara la jornada, y espero que sientan ese mismo entusiasmo por el don de la vida. Aunque nuestro mundo esté lleno de serios desafíos, soy optimista en cuanto al futuro y tengo confianza en la bondad inherente de la humanidad.

A medida que la Iglesia avanza, deseamos que personas de todas partes tengan la oportunidad de escuchar el mensaje positivo del Evangelio restaurado de Jesucristo, porque declaramos que tiene las respuestas a los desafíos más acuciantes y complejos que afrontamos en la actualidad. Les aseguro que, independientemente de la condición del mundo y de sus circunstancias personales, pueden enfrentar el futuro con optimismo y gozo si tienen fe en el Señor Jesucristo y en Su Evangelio.

Mis queridos hermanos y hermanas, tenemos por delante muchísimas cosas maravillosas. En los días venideros veremos las mayores manifestaciones del poder del Salvador que el mundo jamás haya visto. Entre ahora y el momento en que regrese “con poder y gran gloria” (José Smith—Mateo 1:36), Él concederá innumerables privilegios, bendiciones y milagros a los fieles.

Pregunta para el estudio

¿De qué manera Jesucristo y Su Evangelio les ayudan a acoger el futuro con fe?

Invitaciones y promesas

Jesucristo aumentará la capacidad de ustedes para mover los montes que haya en su vida

Comiencen hoy a aumentar su fe. Mediante su fe, Jesucristo aumentará la capacidad de ustedes para mover los montes que haya en su vida [véase 1 Nefi 7:12], aunque sus desafíos personales puedan ser tan grandes como el monte Everest.

Sus montes pueden ser la soledad, la duda, las enfermedades u otros problemas personales. Sus montes serán distintos, no obstante, la respuesta a cada uno de sus desafíos es aumentar su fe […].

Los montes de nuestra vida no siempre se mueven cómo o cuándo quisiéramos, pero nuestra fe siempre nos impulsará hacia adelante. La fe siempre aumenta nuestro acceso al poder divino.

Recurran al poder del Señor

Cuando procuren el poder del Señor en su vida con la misma intensidad que tiene una persona que se está ahogando y lucha por respirar, el poder proveniente de Jesucristo será de ustedes. Cuando el Salvador sepa que ustedes realmente desean acudir a Él —cuando Él pueda sentir que el mayor deseo de sus corazones es obtener el poder de Él en sus vidas—, serán guiados por el Espíritu Santo para saber exactamente lo que deben hacer [véase Doctrina y Convenios 88:63].

Resistan los ataques del adversario

Resistir los ataques del adversario requiere verdadera fe en el Señor y en Su Evangelio. Los exhorto a abstenerse de toda impiedad, tanto física como espiritual [véase Moroni 10:32]. ¡Aférrense con firmeza a la barra de hierro del Evangelio! […].

Esa fe no evitará los problemas de la vida, pero ayudará cuando las cosas vayan mal. A las personas buenas les ocurren cosas malas. Ocurren accidentes. Es posible que algunas parejas casadas no sean bendecidas con hijos. Otros tal vez no se casen en esta vida, o estén casados con alguien que no cumpla los mandamientos de Dios. El Señor está al tanto de tales circunstancias. Él concederá todas las bendiciones que tiene reservadas para Sus hijos fieles, a Su propia manera y en Su propio tiempo [véase Doctrina y Convenios 130:20–21]. Sean rectos, sean pacientes, mantengan una perspectiva eterna y serán protegidos.

Acojan el futuro con fe

Les prometo que el futuro será glorioso para los que están preparados y siguen preparándose para ser instrumentos en las manos del Señor […].

No nos limitemos a simplemente soportar esta época actual. ¡Acojamos el futuro con fe! Los tiempos turbulentos son oportunidades para que prosperemos en lo espiritual, y en ellos nuestra influencia puede ser mucho más penetrante que en tiempos más tranquilos.

Les prometo que, a medida que construyamos plazas fuertes, preparemos la mente para ser fieles a Dios, y nunca dejemos de prepararnos, Dios nos bendecirá. Él “nos librar[á]; sí, de tal modo que habl[ará] paz a nuestras almas, y nos conced[erá] una gran fe, [y hará] que en él [podamos poner] la esperanza de nuestra liberación” [Alma 58:11].

Si se preparan para acoger el futuro con fe, ¡estas promesas se cumplirán para ustedes!.

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The Answer to Each Challenge Is to Increase Faith

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