¿A DÓNDE IRÉ DESPUÉS DE ESTA VIDA?
Desde una perspectiva terrenal, se puede pensar que la muerte física es el fin, pero en realidad es el principio, un paso a seguir en el plan de nuestro Padre Celestial. Al morir, su espíritu abandonará su cuerpo e irá al mundo de los espíritus, el cual es un lugar de aprendizaje y de preparación. En el mundo de los espíritus, los recuerdos que tenga de esta vida permanecerán con usted.
La muerte no cambiará su personalidad ni su deseo por lo que es bueno o malo. Si elige seguir a Cristo durante su vida en la tierra, estará en paz en el mundo de los espíritus y descansará de sus preocupaciones. Aquellos que no opten por seguir a Jesucristo y no se arrepientan serán desdichados.
Nuestro Padre Celestial sabía que muchos de Sus hijos nunca tendrían la oportunidad de aprender acerca de Jesucristo durante esta vida y que otros preferirían no seguirlo. Debido a que Él ama a Sus hijos, Dios proporcionó la forma para que quienes están en el mundo de los espíritus aprendan acerca de Su plan, tengan fe en Jesucristo y se arrepientan. Aquellos que acepten y sigan a Jesucristo tendrán paz y descanso.
La Resurrección y el Juicio
Uno de los grandes dones de Dios para todo aquel que viene a la tierra es la Resurrección, la cual es posible a través de la expiación de Jesucristo. Cuando Jesús murió en la cruz, Su espíritu fue al mundo de los espíritus. Tres días después, Su espíritu se reunió con Su cuerpo glorificado y perfecto, el cual ya no podía morir. A esa reunión del cuerpo y del espíritu se le llama resurrección. Todo el que nace en la tierra será resucitado.
Después de que usted sea resucitado, comparecerá ante Dios para ser juzgado de acuerdo con sus obras y los deseos de su corazón.
Los grados de gloria
Después de que usted sea juzgado, vivirá en un estado de gloria. Debido a que las obras y los deseos de cada persona son distintos, en el cielo existen diferentes reinos, o grados de gloria.
El reino celestial. Nuestro Padre Celestial y Jesucristo moran en el reino celestial. Si usted vive de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo y es purificado del pecado mediante la Expiación, recibirá un lugar en éste, el reino más alto; vivirá en la presencia de Dios y disfrutará de un gozo pleno.
El reino terrestre. Las personas que rehúsen aceptar el Evangelio de Jesucristo, pero que vivan una vida honorable recibirán un lugar en el reino terrestre.
El reino telestial. Aquellos que continúen en sus pecados y que no se arrepientan recibirán un lugar en el reino telestial.