Capítulo 14
Los israelitas son hijos de Jehová el Señor — No comerán animales, ni peces ni aves inmundos — Los israelitas diezmarán todo el aumento de su grano anualmente.
1 Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os haréis incisiones ni os raparéis entre los ojos por causa de un muerto;
2 porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo singular de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
3 Nada abominable comerás.
4 Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, y la cabra,
5 el ciervo, la gacela, y el corzo, y la cabra montés, y el íbice, y el antílope y el carnero montés.
6 Y podréis comer todo animal de pezuña partida, que tiene hendidura entre las dos uñas, y que rumia de entre los animales.
7 Pero estos no comeréis de los que rumian o que tienen pezuña hendida: el camello, y la liebre y el conejo, porque rumian, pero no tienen la pezuña hendida; os serán inmundos;
8 ni cerdo, porque tiene la pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne de estos no comeréis ni tocaréis sus cuerpos muertos.
9 Esto podréis comer de todo lo que está en el agua: todo lo que tiene aleta y escama comeréis,
10 pero todo lo que no tenga aleta ni escama no comeréis; inmundo os será.
11 Toda ave limpia podréis comer,
12 Y estas son las que no comeréis: el águila, y el quebrantahuesos, y el azor,
13 y el gallinazo, y el halcón y el milano según su especie;
14 y todo cuervo según su especie;
15 y el avestruz, y la lechuza, y la gaviota y el gavilán según su especie;
16 y el búho, y el ibis, y el cisne,
17 y el pelícano, y el buitre, y el cuervo marino,
18 y la cigüeña y la garza según su especie; y la abubilla y el murciélago.
19 Y todo insecto alado os será inmundo; no se comerá.
20 Toda ave limpia podréis comer.
21 No comeréis ningún animal que hayáis encontrado muerto; al extranjero que está en tus poblaciones lo darás, y él podrá comerlo; o lo podrás vender a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
22 Indefectiblemente diezmarás todo el producto de la semilla que rinda tu campo cada año.
23 Y comerás delante de Jehová tu Dios, en el lugar que él escoja para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tu ganado y de tu rebaño, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.
24 Y si el camino es tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios haya escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te haya bendecido,
25 entonces lo venderás, y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que Jehová tu Dios haya escogido;
26 y darás el dinero por todo lo que tu alma apetezca: por vacas, o por ovejas, o por vino, o por sidra o por cualquier cosa que tu alma desee; y comerás allí delante de Jehová tu Dios y te alegrarás, tú y tu familia.
27 Y no desampararás al levita que habite en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.
28 Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo guardarás en tus ciudades.
29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que haya en tus poblaciones, y comerán y serán saciados, para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hagan.