Capítulo 18
El modo de mantener a los sacerdotes — La adivinación, el espiritismo y otras cosas semejantes son abominaciones — Se levantará un Profeta (Cristo) como Moisés.
1 Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con el resto de Israel; comerán de las ofrendas encendidas a Jehová y de la heredad de él.
2 No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho.
3 Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrezcan en sacrificio un buey o un cordero: Darán al sacerdote la espaldilla, y las quijadas y el cuajar.
4 Las primicias de tu grano, y de tu vino y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás,
5 porque le ha escogido Jehová tu Dios de entre todas tus tribus, para que esté allí para ministrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre.
6 Y cuando el levita salga de alguna de tus ciudades de todo Israel, donde haya habitado, y vaya con todo el deseo de su alma al lugar que Jehová escoja,
7 ministrará en el nombre de Jehová su Dios, como todos sus hermanos levitas que estén allí delante de Jehová.
8 Igual porción a la de los otros comerá, además de la venta de sus patrimonios.
9 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.
10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,
11 ni encantador, ni quien pregunte a espíritus, ni mago ni quien consulte a los muertos.
12 Porque es abominable a Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las expulsa de delante de ti.
13 Perfecto serás con Jehová tu Dios.
14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a hechiceros oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.
15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.
16 Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.
17 Y Jehová me dijo: Está bien lo que han dicho.
18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande.
19 Mas acontecerá que cualquiera que no oiga mis palabras que él hable en mi nombre, yo le pediré cuentas.
20 Pero el profeta que tenga la presunción de hablar palabra en mi nombre que yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de dioses ajenos, tal profeta morirá.
21 Y si dices en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no haya hablado?
22 Cuando un profeta hable en nombre de Jehová, y si tal cosa no se cumple ni acontece, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló aquel profeta; no tengas temor de él.