Capítulo 2
Un ángel amonesta a Israel por no servir a Jehová — Como ejemplo de acontecimientos futuros se levanta una nueva generación que rechaza a Jehová y sirve a Baal y a Astarot — Jehová se enoja con los hijos de Israel y deja de ampararlos — Levanta jueces para guiarlos y dirigirlos — Los cananeos se quedan en la tierra para poner a prueba a Israel.
1 Y el ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra que había jurado dar a vuestros padres y dije: No quebrantaré jamás mi convenio con vosotros,
2 con tal que vosotros no hagáis alianza con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar; mas vosotros no habéis atendido a mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto?
3 Por tanto, yo también dije: No los echaré de delante de vosotros, sino que os serán azote para vuestros costados, y sus dioses os serán tropiezo.
4 Y cuando el ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.
5 Y llamaron a aquel lugar Boquim y allí ofrecieron sacrificios a Jehová.
6 Cuando Josué despidió al pueblo, cada uno de los hijos de Israel fue a su heredad para poseerla.
7 Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras que Jehová había hecho por Israel.
8 Y murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, a la edad de ciento diez años.
9 Y lo sepultaron en el territorio de su heredad en Timnat-sera, en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas.
10 Y toda aquella generación fue también reunida con sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová ni la obra que él había hecho por Israel.
11 Y los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a los baales.
12 Y abandonaron a Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.
13 Y abandonaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.
14 Y el furor de Jehová se encendió contra Israel, y los entregó en manos de saqueadores que los saquearon, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor; y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos.
15 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho y como Jehová se lo había jurado; así tuvieron gran aflicción.
16 Mas Jehová levantó jueces que los librasen de manos de los que los despojaban.
17 Y tampoco oyeron a sus jueces, sino que se prostituyeron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron. Pronto se apartaron del camino en que anduvieron sus padres, que obedecían los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.
18 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez y los libraba de manos de los enemigos todo el tiempo de aquel juez, porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos, a causa de los que los oprimían y afligían.
19 Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás y se corrompían más que sus padres, siguiendo dioses ajenos, sirviéndoles e inclinándose delante de ellos; y no se apartaron de sus obras ni de su obstinado camino.
20 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel y dijo: Por cuanto esta nación traspasa mi convenio que ordené a sus padres, y no obedecen mi voz,
21 tampoco yo volveré más a expulsar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió;
22 para probar por medio de ellas a Israel, para ver si ellos guardarán o no el camino de Jehová, andando en él como sus padres lo hicieron.
23 Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, y no las expulsó enseguida, ni las entregó en manos de Josué.