2019
Las bendiciones de la perspectiva del Evangelio
Octubre de 2019


Las bendiciones de la perspectiva del Evangelio

Tomado del discurso “Una perspectiva del Evangelio”, pronunciado en un devocional de la Universidad Brigham Young–Hawái, el 19 de septiembre de 2017.

La perspectiva del Evangelio les dará mayor claridad con respecto a lo que piensan acerca de las prioridades de su vida, para resolver problemas y enfrentar tentaciones personales.

woman adjusting her eyeglasses

Fotografías de Getty Images.

Qué gran bendición es ser miembros de la Iglesia de Jesucristo en la dispensación en la que una restauración de las llaves del reino y el cumplimiento de una profecía nos permiten presenciar, de primera mano, cómo “rodará el evangelio hasta los extremos de [la tierra], como la piedra cortada del monte, no con mano, ha de rodar, hasta que llene toda la tierra” (Doctrina y Convenios 65:2).

Esta profecía, pronunciada por Daniel, del Antiguo Testamento, y que posteriormente se repitió en esta dispensación, parece estar cumpliéndose hoy en día cuando vemos más de 3300 estacas organizadas en la Iglesia. En los últimos cincuenta años, el número de miembros de la Iglesia ha crecido de 2,1 millones a más de 16 millones1.

Igual de impresionante como lo es para mí este abundante crecimiento y cambio es el hecho de que los principios y las prácticas del Evangelio siguen siendo los mismos, incluso el divino modelo de gobierno revelado para la Iglesia de Jesucristo. Este modelo permite la organización de estacas, diseñadas “para defensa y para refugio contra la tempestad y contra la ira, cuando sea derramada sin mezcla sobre toda la tierra” (Doctrina y Convenios 115:6).

Hermanos y hermanas, el Señor es generoso con las bendiciones que nos concede. El comprender que las bendiciones se dan en función de nuestra obediencia a los mandamientos y que guardar dichos mandamientos es una demostración de nuestro amor por el Señor son preceptos valiosos que hay que aprender. Los principios del Evangelio, como esos, nos proporcionan una perspectiva importante.

Eso nos lleva a dos puntos que quisiera recalcar. El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, compartió previamente estos dos puntos con los jóvenes adultos solteros en 2015.

Mantengan la perspectiva del Evangelio

El presidente Dallin H. Oaks ha dicho que la “perspectiva es la capacidad de ver todos los hechos en una relación significativa, en su conjunto”2. Estas son algunas de las cosas que ustedes comprenden cuando ven desde una perspectiva del Evangelio:

Consideren lo que sucede si la perspectiva que tienen del Evangelio se convierte en el lente por el que miran todos los aspectos de su vida. Una perspectiva del Evangelio les dará mayor claridad con respecto a lo que piensan acerca de las prioridades de su vida, a cómo resolver problemas y afrontar tentaciones personales. Eso realmente puede influir en el modo general de abordar toda su vida y las diversas decisiones que tomarán a lo largo del camino.

Con esa perspectiva, sabemos que el Señor desea que participemos de la Santa Cena cada semana, que estudiemos las Escrituras y que oremos a Él a diario. Además, sabemos que Satanás nos tentará para que no sigamos a nuestro Salvador ni escuchemos los suaves susurros del Espíritu Santo. Sabiéndolo, seremos más conscientes de que el adversario procura quitarnos el albedrío y la capacidad de resistir sus esfuerzos por medio de adicciones, incluso las drogas y la pornografía.

En claro contraste, el lente del Evangelio nos da una visión clara de la importancia de establecer familias: elegir casarse y criar hijos en rectitud. Esa perspectiva también nos abre los ojos para ver que al adversario le gustaría destruir la unidad familiar por completo y confundir los roles de los géneros, lo que lleva a reducir el valor que la sociedad da a formar y edificar familias.

Mantengan un equilibrio espiritual

balanced seesaw

El presidente Oaks afirmó: “Cuando los jóvenes adultos tienen la perspectiva —la visión general—, es vital que mantengan el equilibrio espiritual en su vida. Para hacerlo, deben abstenerse de algunas de las atracciones del mundo y también hacer las cosas necesarias para acercarse más al Salvador”3.

Por un lado, ustedes tienen muchos problemas apremiantes y prioridades en la vida, de todos los tamaños y variedades, y todos ellos necesitan atención, enfoque y dirección. La lista de cada uno de ustedes puede ser muy diferente, según sus circunstancias personales, pero indudablemente en esa lista se encontrarán la educación, el empleo, el matrimonio y el bienestar emocional y físico. Por supuesto, su desafío es equilibrar esos importantes roles de la vida con su espiritualidad.

El presidente Oaks también aconsejó que deben tener cuidado al “distribuir su tiempo para que no mueran espiritualmente de hambre durante el tiempo en el que sus actividades primordiales se centran en otras cosas. Ese principio explica por qué es especialmente importante que los jóvenes adultos… sigan el consejo de asistir a las reuniones de la Iglesia, de servir en la Iglesia, estudiar las Escrituras todos los días, arrodillarse a diario para orar en familia y servir en los llamamientos de la Iglesia”4.

En medio de sus diversas necesidades personales de equilibrar las ocupaciones y los desafíos de la vida con su espiritualidad, se darán cuenta de que es posible alcanzar ese equilibrio. El Señor no les requiere que hagan algo que no podrán lograr. En numerosas ocasiones oí al presidente Thomas S. Monson (1927–2018) enseñar que “a quien el Señor llama, el Señor prepara y capacita”5. Creo que eso se aplica especialmente a los miembros de la Iglesia.

Por difícil que parezca mantener ese equilibrio, les prometo que uno de los milagros más grandes de su existencia terrenal será su capacidad para encontrar el equilibrio entre su espiritualidad y otras funciones importantes de la vida. Eso se puede lograr de manera que les permita no solo mantener su espiritualidad y las funciones importantes de la vida en el nivel en el que se encuentran, sino también crecer y desarrollarse en esos dos aspectos importantes.

La razón principal por la que esto es posible es que el Señor es el punto fundamental de apoyo; Él es el punto central absoluto de equilibrio y tiene un interés divino en cada uno de ustedes personalmente como uno de Sus hijos. Pero ese resultado se basa en mantener el enfoque y hacer el esfuerzo debidos para hallar el equilibrio.

De mi observación y experiencia personal, parecería que, a lo largo de nuestra vida, tenemos la tendencia a inclinarnos más hacia un lado o hacia el otro. Mantener el equilibrio en nuestra vida requiere nuestro esfuerzo y cuidado constantes; debemos optar activamente por mantener estable ese equilibrio.

Curiosamente, el desequilibrio puede darse en ambos sentidos. Es posible que haya ocasiones en las que necesiten tener cuidado para mantenerse claramente enfocados en sus estudios o en su profesión, y “prestar servicio en la Iglesia en el tiempo apartado para ello”6. Sin embargo, recuerden mantener al Señor como punto de apoyo para que puedan encontrar el equilibrio espiritual adecuado.

El Señor los ayudará

Cuando mantenemos la perspectiva del Evangelio, es fácil comprender la verdad fundamental de que el Señor nos ayudará. Un principio básico del Evangelio es que somos hijos de Padres Celestiales amorosos. Para Ellos es natural que nos ayuden en todo lo posible a fin de que regresemos a nuestro hogar celestial.

Me gustaría compartir un ejemplo de cómo el Señor puede ayudarlos. Thad Carlson, uno de mis líderes cuando yo era joven, lo compartió conmigo hace muchos años. Thad, quien falleció recientemente, tuvo un enorme impacto en mi vida mientras crecía. Se crio durante la Gran Depresión; el noveno de catorce hijos. Su familia se ganaba la vida con cultivos y criando ganado. Fue una época económicamente difícil y su mayor recurso era su rebaño de ganado.

En su juventud, una de las responsabilidades de Thad era cuidar y, cuando fuese necesario, arrear el ganado para asegurarse de que encontrara la mejor pastura: un trabajo enorme para un niño. Thad consiguió hacerlo con la ayuda de un inteligente poni vaquero que sabía exactamente qué hacer con pocas instrucciones. Aquel poni se llamaba Old Smoky, pero tenía un problema: no le gustaba que lo apresaran. Cada vez que alguien se le acercaba, huía, porque sabía que lo iban a poner a trabajar.

cowboy on a horse

Un día, después de que a Old Smoky lo atraparon y le pusieron la brida y la montura, el pequeño Thad cabalgó hacia el campo donde pastaba el ganado. El terreno estaba seco, al igual que el pasto, pero Thad notó que la hierba que estaba más allá de la pastura, al lado de las vías del ferrocarril, era más larga y más verde. De modo que pensó que arrearía las vacas afuera del pastizal cercado y les permitiría disfrutar de un buen alimento junto a las vías del ferrocarril.

Con la ayuda de Old Smoky, Thad arreó el ganado hacia afuera, donde comenzaron a ir de un lado a otro a lo largo de las vías, comiendo aquella hierba mejor y más verde. Las satisfechas vacas parecían estar tranquilas, así que Thad se bajó del caballo y se sentó sobre las riendas de la brida, disfrutando del entorno, jugando y entreteniéndose. Sin embargo, Old Smoky, que también quería pastar en la hierba verde, con el tiempo se alejó, deslizando las riendas de donde Thad estaba sentado.

Aquel momento idílico y apacible se interrumpió abruptamente cuando, de repente, Thad escuchó un fuerte ruido a lo lejos. ¡Era el silbato de una locomotora que se aproximaba a toda velocidad por las vías del tren por las que su ganado se movía con pereza directamente frente a sus ojos! Se dio cuenta de que las consecuencias podrían ser devastadoras para el rebaño y también para su familia si no actuaba rápidamente para meter de nuevo el ganado en el pastizal y alejarlo del tren que se aproximaba. Sintió que nunca sería capaz de perdonarse a sí mismo por no cumplir con la responsabilidad que se le había confiado.

Rápidamente se puso de pie y corrió a tomar las riendas de Old Smoky. El animal vio venir a Thad y rápidamente se alejó de él para que no lo atrapara. Sin aliento y desesperado, con imágenes de vacas muertas y una tragedia familiar en su mente, Thad sabía que tenía que actuar con rapidez.

Más tarde registró lo que sucedió: “Mi maestra de Primaria nos había enseñado a orar y reforzó las enseñanzas que había aprendido de mi madre. Sin otro recurso, me puse de rodillas y comencé a orar pidiendo ayuda para alejar las vacas de las vías”.

Thad no escuchó una voz, pero le vino a la mente una idea clara: “Has notado cómo las vacas pueden caminar cerca de Old Smoky y él no se mueve. Así que… ahora que estás de rodillas, ponte a gatas, finge que eres una vaca y avanza hacia Old Smoky”.

Thad dijo: “Así lo hice y no se movió; agarré las riendas, lo llevé hacia el cerco, me monté sobre él y nos apresuramos como el viento para guiar las vacas hacia el pastizal. Old Smoky fue excepcionalmente brillante en cada paso que dio”.

Más adelante, cuando cursaba la escuela secundaria, Thad entendió con más lucidez que había recibido una respuesta clara a su oración en un momento de suma necesidad. Afirmó: “Los ángeles ministraron a Old Smoky más allá de mi capacidad y nuestra familia se salvó de una tragedia”. Más tarde dijo: “Esa fue la primera de muchas impresiones que recibiría. ‘… y cualquier cosa que pidáis al Padre en mi nombre, si es justa, creyendo que recibiréis, he aquí, os será concedida’ (3 Nefi 18:20)”7.

Todos tenemos ganado que alejar de las vías antes de que llegue el tren. Nuestros peligros se presentan en muchas formas y tamaños diferentes. Algunos son tan graves como la peligrosa situación de Thad, con consecuencias que ponen en peligro nuestra vida o alma, o la de nuestros seres queridos.

Otras situaciones a las que nos enfrentamos quizás no tengan consecuencias tan graves, pero, sin embargo, nos abruman la mente y el corazón. Una cosa es segura: cada uno de nosotros sufrirá adversidad y aflicción en la vida porque forman parte de nuestra experiencia terrenal; sin embargo, ¡tengamos presente que el Señor nos ayudará!

Me encantan estas palabras que se hallan en el Libro de Mormón: “… vemos que Dios se acuerda de todo pueblo, sea cual fuere la tierra en que se hallaren; sí, él tiene contado a su pueblo, y sus entrañas de misericordia cubren toda la tierra” (Alma 26:37).

Eso significa cada uno de nosotros. Qué gran consuelo es saber que el Señor nos ayudará.

Fe, esperanza y la perspectiva del Evangelio

A modo de resumen, los animo a que se acuerden de mantener la perspectiva del Evangelio. Miren el mundo que los rodea a través del lente del evangelio de Jesucristo.

Mantengan un equilibrio espiritual. Todos afrontamos desafíos y oportunidades en nuestras diversas funciones en la vida, y los afrontamos mejor cuando los equilibramos con nuestra fe en Jesucristo y en Su expiación.

Por último, tengan fe y esperanza en que el Señor los ayudará. Este conocimiento es lo que los ayuda a afrontar con confianza los desafíos que constituyen una parte inevitable de su misión terrenal.

Notas

  1. Véase “Informe estadístico, 2018,” Liahona, mayo de 2019, pág. 112.

  2. Dallin H. Oaks, charla fogonera para jóvenes adultos solteros, 8 de febrero de 2015, Salt Lake City, Utah (no se ha publicado).

  3. Dallin H. Oaks, charla fogonera para jóvenes adultos solteros, 8 de febrero de 2015.

  4. Dallin H. Oaks, charla fogonera para jóvenes adultos solteros, 8 de febrero de 2015.

  5. Thomas S. Monson, “Llamados a servir”, Liahona, julio de 1996, pág. 47.

  6. Dallin H. Oaks, charla fogonera para jóvenes adultos solteros, 8 de febrero de 2015.

  7. Thad Carlson, correspondencia personal.