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7 sugerencias para mantenerse conectados en una relación de larga distancia
Si tu probable compañero eterno está lejos, estas son algunas maneras de facilitar las cosas.
Encontrar una persona buena y amable con quien desees pasar tu vida puede ser un reto. Agrega el desafío de querer alguien que sea digno de entrar al templo, que comparta tus normas y creencias y que viva lo suficientemente cerca como para poder pasar tiempo juntos, y puede parecer absolutamente imposible. Pero con la invención de internet, los chats de video, las citas en línea y las aplicaciones de citas, las relaciones a larga distancia son más comunes que nunca, lo cual es una buena noticia para muchos Santos de los Últimos Días que viven en regiones de la Iglesia mundial donde los miembros son pocos y se encuentran distantes entre sí.
Afortunadamente, nuestros líderes de la Iglesia nos han dado muchos buenos consejos sobre las relaciones de noviazgo, sin importar la distancia. El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo que si “[d]esean ustedes capacidad, seguridad y protección en el noviazgo y en el romance, en la vida matrimonial y en la eternidad”, entonces debemos “[ser] fieles discípulos de Jesús” (“How Do I Love Thee?”, New Era, octubre de 2003, pág. 8). Aparte de eso, a continuación figuran siete sugerencias sobre cómo mantenerse conectados en una relación de larga distancia:
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Manténganla constante. Busquen un horario que funcione para los dos. Muchas parejas que pasaron por la experiencia de la larga distancia han dicho que hablar todos los días por teléfono o en videollamadas marcó la diferencia en su relación. Tal vez no tengan tiempo para hablar cada día, pero deben programar un horario que sea exclusivo para la otra persona.
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Siempre den el 100 por ciento. Las relaciones a larga distancia a menudo no funcionan cuando una o ambas personas no están totalmente comprometidas a hacer que funcione. Cuando se empeñan en mostrarle y decirle a la otra persona que realmente se preocupan por ella, incluso cuando se encuentran muy lejos, pueden mantenerse mejor conectados con ella.
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La comunicación es clave. Cuando estén teniendo el tiempo individual que programaron, concéntrense en comunicarse abiertamente. Siéntanse libres de compartir sus sentimientos, así sean penosos y negativos o cálidos y acogedores. Expresar estas cosas de manera abierta fortalecerá su relación y podrán sentirse cerca a pesar de la distancia física.
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¡Sean románticos! Dado que la distancia hace que sea difícil para los dos ser cariñosos físicamente, deben encontrar otras formas de demostrar su afecto. Puedes sorprender a la otra persona con pequeños mensajes a lo largo del día; puedes encargar que se les entregue comida o flores. ¡Y una carta sincera y bien escrita enviada por correo postal siempre es un éxito!
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Creen una conexión espiritual. Intenten tener una noche de hogar o un devocional semanal juntos. Miren juntos un discurso de la conferencia general y hablen sobre lo que aprendieron, o repasen la lección de Ven, sígueme para esa semana. ¡Fortalecer su conexión espiritual también fortalecerá su conexión romántica!
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Hagan tiempo para reunirse en persona. Verse en una pantalla durante un período indefinido no siempre será suficiente. Tan a menudo como sea posible, traten de hacer planes para reunirse en persona. No gasten todo su dinero para verse constantemente, pero traten de visitarse al menos una vez cada dos meses si la separación es algo a largo plazo.
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Sean siempre francos. La parte más importante de la comunicación es la franqueza. Hagan saber a la otra persona cómo se sienten y cuáles son sus expectativas para la relación. Para que su relación funcione, ambos deben estar en sintonía; y la única manera en que eso suceda es si ambos eligen ser francos el uno con el otro. Cuando lo hagan, su relación florecerá y se convertirá en algo que los bendecirá por siempre.
Más que nada, recuerden que las relaciones de noviazgo, ya sean cercanas o lejanas, deben basarse en la amistad. Como dijo la hermana Susan W. Tanner, quien fue Presidenta General de las Mujeres Jóvenes: “… la amistad es el cimiento sobre el que deben edificarse el noviazgo y el matrimonio y sobre el que estos pueden florecer” (“Un prenoviazgo agradable”, Liahona, octubre de 2004, pág. 42).