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¿Cómo puedo ayudar a mis amigos menos activos a regresar a la Iglesia?


¿Cómo puedo ayudar a mis amigos menos activos a regresar a la Iglesia?

Parte de nuestro deber como poseedores del sacerdocio es tenderle la mano a los miembros y amigos que no asisten a la Iglesia. El presidente Monson nos ha instado frecuentemente a “ir al rescate” (“Al rescate”, Liahona, julio de 2001, pág. 48). Podemos ayudar a nuestros amigos menos activos al asegurarnos de que sientan un amor y preocupación reales, y al compartir nuestro testimonio por medio de nuestras palabras y hechos al incluirlos en nuestras actividades.

Prepararse espiritualmente

¿Qué experiencias ha tenido al ayudar a aquellos que son menos activos? ¿Qué ha aprendido de esas experiencias que podría ayudar a los jóvenes en sus esfuerzos por tender una mano a sus amigos menos activos?

¿Qué miembros del cuórum no asisten de manera regular? ¿Qué saben de ellos los miembros del cuórum? ¿Cómo puede inspirar a los miembros del cuórum a que les tiendan una mano de ayuda?

Estudie con espíritu de oración los siguientes recursos y pasajes de las Escrituras. ¿Qué se ha sentido inspirado a compartir con los jóvenes?

Lucas 15 (Las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo)

Alma 31:34–35; D. y C. 18:10, 14–16 (El valor de las almas es grande)

D. y C. 20:46–47, 53–55 (Los deberes del Sacerdocio Aarónico)

S. Mark Palmer, “Entonces Jesús, mirándole, le amó”, Liahona, mayo de 2017, págs. 114–116.

Mervyn B. Arnold, “Al rescate: ¡Podemos hacerlo!”, Liahona, mayo de 2016, págs. 53–55.

Dieter F. Uchtdorf, “Vengan, únanse a nosotros”, Liahona, noviembre de 2013, págs. 21–24.

Videos: “Somos hermanos”, “Ayuda a otras personas a regresar a la Iglesia”, “Cara a cara con el presidente Eyring y el élder Holland: ¿Cómo puedo ayudar a los miembros de mi familia que son menos activos?”

Enseñar a la manera del Salvador

El Salvador amaba a Sus discípulos, oraba por ellos y los servía constantemente. ¿Quién en su cuórum necesita más atención, amor y oración? ¿Qué puede hacer usted para tenderles una mano de ayuda?

Permita que los jóvenes dirijan

Un miembro de la presidencia del cuórum (o un ayudante del obispo en el cuórum de presbíteros) dirige la reunión. Él dirige a los demás jóvenes para que deliberen en consejo en cuanto a los asuntos del cuórum, les enseña sus deberes del sacerdocio (usando las Escrituras y el librito Mi Deber a Dios ), los alienta a compartir las experiencias que han tenido al cumplir con su deber a Dios e invita al asesor o a otro miembro del cuórum a enseñar una lección del Evangelio. Puede prepararse llenando una Agenda de la reunión de cuórum durante una reunión de presidencia.

Comience la experiencia de aprendizaje

Elija alguna de las ideas siguientes, o utilice las suyas, para repasar la lección de la semana anterior y presentar la de esta semana:

  • Pida a los jóvenes que den un informe de lo que hicieron para cumplir con cualquier asignación que recibieron durante la lección de la semana pasada.

  • Muestre uno de los videos que se sugieren en esta reseña o comparta una experiencia que haya tenido al ayudar a un amigo o a un familiar menos activo a volver a la Iglesia. Pida a los jóvenes que lean Alma 31:34–35 y D. y C. 18:10, 14–16. ¿Qué nos enseñan estas Escrituras y experiencias acerca de cómo se siente el Padre Celestial en cuanto a Sus hijos?

Aprender juntos

Cada una de las actividades siguientes puede ayudar a los miembros del cuórum a aprender cómo pueden fortalecer a sus amigos menos activos. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para su cuórum:

  • Muestre al cuórum una lámina de un pastor y una oveja, por ejemplo la lámina Jesús lleva la oveja perdida (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, nro. 64). Pida a los jóvenes que escuchen las palabras o las frases que describen el amor que tiene Jesucristo por Sus ovejas mientras cantan o leen “Ama el Pastor las ovejas” (Himnos, nro. 139). A fin de ayudar a los miembros del cuórum a que encuentren maneras en las que puedan ayudar al Salvador a congregar a los que se han perdido, podría pedirles que repasen las cuatro lecciones que el élder S. Mark Palmer compartió al final de su discurso “Entonces Jesús, mirándole, le amó”. ¿Cómo pueden ayudarnos estas lecciones al tender la mano a nuestros familiares y amigos menos activos? ¿En qué otros principios pueden pensar los jóvenes que les ayudarán? 

  • Pida a los jóvenes que piensen en una situación en que perdieron algo muy valioso. ¿Qué hicieron para tratar de encontrarlo? Asigne a cada miembro del cuórum que lea una de las tres parábolas en Lucas 15. Pida que la relaten con sus propias palabras y que compartan una frase de la parábola que resuma lo que el Salvador estaba enseñando. ¿Qué aprenden los jóvenes de las acciones del pastor, de la mujer y del padre en estas parábolas? ¿Cómo pueden los jóvenes seguir su ejemplo a medida que intentan ayudar a aquellos que están “perdidos” en su cuórum? Pida a los jóvenes que compartan alguna experiencia de amigos o integrantes de su familia que han regresado a la Iglesia después de estar menos activos.

  • Pida a los jóvenes que lean Doctrina y Convenios 18:10–13, y pídales que compartan maneras en que podrían terminar esta frase: “El valor de las almas es grande porque…”. Pida a los jóvenes que estudien Doctrina y Convenios 20:46–47, 53–55, y que hagan una lista en la pizarra de palabras o frases que describan su deber del sacerdocio. ¿Cuáles de estas palabras describen maneras en que podemos ayudar a los miembros del cuórum que estén menos activos? Invite al presidente del cuórum a dirigir un análisis sobre lo que los jóvenes pueden hacer para tender una mano de ayuda a un miembro del cuórum menos activo.

  • Con anticipación, invite a un miembro del cuórum a leer el discurso del élder Mervyn B. Arnold “Al rescate: ¡Podemos hacerlo!”. Pídale que vaya preparado a compartir uno o dos relatos del discurso que lo hayan impresionado. Invite a los jóvenes a analizar cómo los relatos se podrían aplicar a ellos como cuórum. ¿Conocen a alguien que no haya estado asistiendo a la Iglesia? ¿Cómo pueden trabajar juntos como cuórum para ayudar a esa persona a acercarse más al Salvador? También podría invitar a los jóvenes a buscar los cuatro principios principales del discurso del élder Arnold. ¿Conocen ellos a personas que podrían ejemplificar esos principios? ¿Qué pueden hacer ellos para ser como esas personas?

  • Escriba en la pizarra algunas de las razones por las que la gente no va a la Iglesia, como por ejemplo: “Tengo dudas sobre las enseñanzas de la Iglesia”, “No encajo con la gente de la Iglesia”, “No creo que pueda vivir las normas de la Iglesia”, “Conozco a un miembro de la Iglesia que es un hipócrita”, etcétera. Invite a los jóvenes a buscar respuestas a estas inquietudes en el discurso del presidente Dieter F. Uchtdorf “Vengan, únanse a nosotros”. Concédales una oportunidad de dramatizar cómo reaccionarían si un amigo les expresara algunas de estas inquietudes.

Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido hoy. ¿Comprenden cómo ayudar a fortalecer a sus amigos menos activos? ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a esta doctrina?

Sugerencia para la enseñanza

“El escuchar con atención es una manifestación de amor y con frecuencia requiere sacrificio. Cuando verdaderamente escuchamos a otras personas, por lo general debemos refrenarnos de lo que queremos decir para entonces permitir que otros puedan expresarse” (La enseñanza: El llamamiento más importante, 2000, pág. 71).

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Videos: “Responder las preguntas de los miembros de la clase”

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Invítelos a actuar

El joven que dirige concluye la reunión. Él podría:

  • Consultar con el cuórum en cuanto a maneras específicas de invitar a los miembros menos activos a la Iglesia y a la Mutual.

  • Extenderle el desafío a los jóvenes a que extiendan una mano a un miembro menos activo y den un informe la semana siguiente.

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