Actuando en el oficio del Santo Apostolado, bajo la dirección del presidente Russell M. Nelson y por la autoridad del sacerdocio de Melquisedec, dedicamos el Templo de San Pedro Sula, Honduras de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a Ti y a Tu Hijo Amado, Jesucristo. Dedicamos cada parte de este bello edificio, desde la base y los cimientos hasta la cúpula y la aguja que adorna su tejado. Dedicamos las estructuras auxiliares, los terrenos que lo rodean y los jardines. Te rogamos que protejas el templo y lo que lo rodea de los desastres naturales y de malas acciones.
Reconocemos que el templo no es solo un bello edificio, sino un lugar sagrado en el que se pueden llevar a cabo sagradas ordenanzas que permiten a Tus hijos en ambos lados del velo hacer y cumplir convenios contigo. Te damos gracias por poder acercarnos a Ti, vincularnos con más fuerza a Ti y que Tu amor divino puede hacerse más profundo a medida que hacemos y guardamos tales convenios.
Estamos agradecidos por el papel central de Jesucristo en el Plan de Salvación. Sabemos que Él llevó “nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores.” Él “cargó en él la iniquidad de todos nosotros." Él “sufrió la cruz,” quebrantó “las ataduras de la muerte,” “ha subido a los cielos, y se ha sentado a [Tu diestra para reclamarte de Ti los] derechos de misericordia” por todos aquellos que creen en Su nombre.
Sabemos que Él anhela que accedamos a Su poder para que pueda perdonar nuestros pecados y salvarnos del castigo que, de otro modo, no podríamos evitar. Reconocemos que Él desea transformarnos, hacernos llegar a ser perfectos en Él, ayudándonos así a ser santificados. Asombro nos da el amor que nos da Jesús. Asombro nos da el amor que Tú nos das. Estamos en deuda para siempre contigo y con Él.
Hoy no solo dedicamos este templo, sino que también nos dedicamos nosotros mismos a la obra del Señor Jesucristo. Estamos agradecidos por la Restauración de Su Evangelio, Su sacerdocio y Su Iglesia. Estamos agradecidos por José Smith y los profetas modernos que nos han ayudado a entender nuestra naturaleza divina y destino eterno.
Te pedimos que bendigas a los líderes del templo y a los obreros del templo actuales y futuros con salud y sabiduría. Por favor, bendice a todos los que entren en el templo para que sientan Tu poder y reconozcan que Tú lo has santificado. Bendice a quienes visiten los terrenos del templo para que puedan sentir que es lugar de Tu santidad.
Rogamos por todos los que se encuentran en el distrito del templo, especialmente los vulnerables que están entre nosotros. Rogamos que Tú bendigas a todos los que sufren de cualquier modo. Por favor, ayúdalos y bendice a aquellos que intentan aliviar el dolor y ofrecer esperanza.
Que los Santos de los Últimos Días fieles de este distrito del templo sean como levadura que pueda invocar Tus bendiciones sobre toda persona en el área de San Pedro Sula. Rogamos que Tú bendigas y prosperes a esta nación elegida de Honduras con paz, protección y prosperidad. Te pedimos que inspires y fortalezcas a los líderes gubernamentales quienes facilitan la libertad que permite la seguridad y el bienestar de todos Tus hijos. Ayuda a esos líderes a tener una disposición favorable a facilitar el progreso de la obra de Tu Hijo.
Finalmente, amado Padre, te presentamos este templo como ofrenda a Ti. Rogamos que lo aceptes. Rogamos que lo santifiques, en el nombre de Jesucristo. Amén.