Estamos agradecidos de que esta, Tu casa, se haya construido en esta nación de Paraguay. El crecimiento de Tu obra ha sido maravilloso en esta parte de Tu viña. Te agradecemos las labores de los misioneros que han enseñado el Evangelio sempiterno. Te damos gracias por todas las personas que, con mentes y corazones abiertos, han aceptado estas enseñanzas y han entrado en las aguas del bautismo para llegar a ser miembros de Tu Iglesia. Te agradecemos la fortaleza y el poder de Tu obra. Estamos muy agradecidos por la restauración de Tu evangelio sempiterno por medio del profeta José Smith. Te agradecemos que te revelaras a Ti mismo y a Tu Hijo al joven José, en respuesta a la oración que ofreció con fe. Te damos gracias porque Moroni vino con el testamento del Libro de Mormón. Te damos gracias por la restauración del sacerdocio bajo las manos de Juan el Bautista y de Pedro, Santiago y Juan, junto con las llaves especiales del sacerdocio que posteriormente entregaron Moisés, Elías y Elías el Profeta. Te agradecemos que el corazón de los hijos se haya vuelto hacia sus padres con amor y gran servicio en Tus templos por toda la tierra.
Y ahora, en virtud de la autoridad de Tu divino sacerdocio y en el nombre del Señor Jesucristo, te dedicamos a Ti y a Tu Hijo este, el Templo de Asunción, Paraguay, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Te rogamos que lo aceptes, lo santifiques y lo consagres como Tu santa casa, sí, la Casa del Señor.
Te damos gracias por los hermosos terrenos sobre los que está construido y los dedicamos junto con la vegetación que los embellece. Dedicamos la estructura, desde las bases hasta la estatua de Moroni en lo alto de la torre. Dedicamos el espacio interior y sus componentes diseñados para llevar a cabo Tu obra: el bautisterio, las instalaciones para las ordenanzas iniciatorias, las salas de investidura, el hermoso salón celestial, las salas de sellamiento, así como todas las instalaciones dentro de esta sagrada estructura. Te rogamos que nunca sean profanados, y que todos los que contemplen esta estructura la consideren como una casa de santidad. Que todos los que traspasen sus umbrales sean limpios, tanto de cuerpo como de mente y sean dignos de servir en este recinto sagrado. Bendice a la presidencia del templo, a la directora de las obreras y a sus ayudantes, y dales fortaleza y energía para llevar adelante la obra de esta, Tu casa. Bendice a todos los que presten servicio con ellos, para que un espíritu de dedicación pueda impregnar todas sus actividades.
Oramos por las personas que vendrán como participantes, para que Tu Santo Espíritu las conmueva. Permite que reposen sobre ellos las solemnidades de la eternidad a medida que lleven a cabo Tu obra, una parte de Tu gran plan de felicidad diseñado para llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna de Tus hijos e hijas de todas las generaciones.
Te suplicamos que este templo sea una joya que corone Tu obra en esta nación, y que Tus santos de toda esta tierra acudan a esta, Tu santa casa, como a un santuario al cual puedan venir para hacer convenios sagrados contigo y participar de las magnas bendiciones que has preparado para Tus hijos fieles.
Oramos por esta nación, para que sus ciudadanos puedan disfrutar de las bendiciones de paz y libertad.
Bendice a Tu pueblo en todo el mundo. Sostenlo, cuídalo, aumenta su fe y su amor por Ti.
Al dedicar este templo, también dedicamos la capilla Moroni adyacente y todas sus instalaciones; que todos los que la utilicen reconozcan que es una casa de adoración, una casa de aprendizaje y una casa de sociabilidad. Que la mantengan limpia y atractiva como una estructura dedicada al cumplimiento de Tu obra y a la realización de Tus propósitos.
Protege tanto el templo como la capilla de las tormentas de la naturaleza y de cualquier tipo de profanación por parte de manos malas y destructivas.
Ambas estructuras sagradas se han podido construir gracias a los diezmos de Tus fieles santos por toda la tierra. Bendícelos y hazles prosperar a medida que caminen en obediencia a Tus mandamientos.
Padre Santo, ¡cuánto te amamos! ¡Y cuánto amamos a Tu amado hijo! Acepta nuestro amor al consagrarnos al avance de Tu obra, es nuestra oración en el sagrado nombre de nuestro Redentor Jesucristo. Amén.