Oración dedicatoria

Templo de Guadalajara, México, 29 de abril de 2001

Nuestro Eterno Padre que estás en los cielos, Tú, gran Dios del universo, nos inclinamos ante Ti con agradecimiento y amor en este día de dedicación. Nuestros corazones se allegan hacia Ti en fe y en oración. Invitamos la ayuda de Tu Santo Espíritu. Nuestra gratitud por Ti no conoce límites.

Te agradecemos el conocimiento que nos has dado de Ti y de Tu Amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Te damos gracias por el profeta José Smith por medio de quien has revelado principios y prácticas eternas del Evangelio, incluso las ordenanzas de Tu santa casa. Estamos agradecidos por aquellos que se han ido antes que nosotros en esta gran obra; han dado de su tiempo, de su fortuna y de su vida misma por la promulgación de Tu causa y reino.

Te agradecemos el progreso de Tu obra en esta gran nación de México. Hazla avanzar, querido Padre. Toca las vidas y los corazones de grandes números de gentes para que escuchen el mensaje de verdad y vengan al redil de Cristo. Trae el milagro de la conversión entre el grande y buen pueblo de esta tierra. Rogamos que los que gobiernan miren a Tu pueblo con respeto y con el deseo de ser de ayuda. Rogamos que los bendigas a ellos y a la nación por su amistad hacia Tu obra.

Y ahora, actuando con la autoridad del santo sacerdocio investido en nosotros, y en el nombre del Señor Jesucristo cuyos servidores somos, dedicamos y consagramos a Ti y a Él éste, el Templo de Guadalajara, México, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Dedicamos el terreno en el cual se levanta, con la vegetación que crece a sus alrededores. Dedicamos el edificio desde sus cimientos hasta la punta de la torre coronada por la figura de Moroni. Dedicamos los muros y las ventanas para que puedan soportar las tormentas de la naturaleza y los miren con reverencia y respeto aquellos que pasen por este camino. Dedicamos las instalaciones interiores, el bautisterio, las salas de investidura, la sala celestial y las salas de sellamientos con sus altares sagrados. Dedicamos todos los pasillos y espacios, las oficinas y otras instalaciones de este templo sagrado.

Acepta ésta, Tu santa casa como el obsequio de nuestros corazones y nuestras manos. Hónrala con Tu presencia. Que Tu Santo Espíritu more aquí todo el tiempo y lo sientan todos los que pasen a través de sus portales. Que un manto de santidad cubra esta sagrada estructura. Que se alce como un faro de verdad eterna en esta gran ciudad. Resiste la mano de cualquiera que desee dañarla o profanarla en cualquier forma.

Que todos los que entren lo hagan dignamente. Sella sobre ellos una investidura de rectitud que sea un guardián de su cultura y de las vidas que vivan.

Bendice a los niños que servirán en el bautisterio para que logren un entendimiento de la eternidad de Tu obra. Rogamos que ellos sepan que están ocupándose de aquello que es santo, sagrado y divino en su naturaleza. Al tener tal experiencia, rogamos que permanezcan leales y fieles a través de su vida y que regresen a menudo a Tu casa durante los años por venir.

Bendice a todos los que asistan como usuarios para que Tu Espíritu descanse sobre ellos, para que los convenios de la Casa del Señor se graben en sus mentes, para que sepan que al recibir las ordenanzas de esta casa reciben lo que es más precioso por sobre todas las demás bendiciones. Rogamos por aquellos que servirán como obreros en ésta, Tu casa. Que lo hagan con un espíritu de dedicación. Rogamos que sean generosos y amables hacia todos los que sirvan. Que sepan que el servicio que prestan aquí, es servicio a Ti.

Rogamos por el presidente del templo y sus consejeros y por la directora de las obreras del templo y sus ayudantes. Te pedimos por todos los que sirvan aquí en cualquier capacidad para que éste sea un servicio de gran gozo. Que las solemnidades de la eternidad descansen sobre ellos al administrar las ordenanzas de ésta, Tu santa casa.

Te damos gracias por los fieles pagadores de diezmos de todo el mundo, cuyas contribuciones han hecho posible la construcción de ésta y otras casas del Señor. Bendice a Tu pueblo fiel en todas partes. Abre las ventanas de los cielos y derrama bendiciones sobre él. Que Tu pueblo sienta Tu amor y que Tus brazos puedan estrecharlo.

Bendice Tu obra en toda la tierra. Que avance con majestad y poder para tocar los corazones de los fieles en todas partes.

Ahora, Padre, expresamos nuestro amor por Ti. Sabemos que Tú nos amas. Amamos a Tu Amado Hijo que está a Tu lado. Te agradecemos Su sacrificio expiatorio. Todas las bendiciones de esta casa descansan sobre ese gran acto divino que emanó del amor del Salvador por todo el género humano.

Acepta nuestro agradecimiento, querido Padre, acepta nuestro amor. Acepta nuestra oración al rededicarnos a Tu servicio y lo hacemos todo en el nombre de nuestro Redentor, el Señor Jesucristo. Amén.