Oración dedicatoria

Templo de Guayaquil, Ecuador, 1 de agosto de 1999

Oh Dios, nuestro Padre Eterno, Tú, gran Elohim, venimos ante Ti en el nombre de Tu Hijo Amado, el Señor Jesucristo, para dedicar Tu santa casa. Actuando en la autoridad de Tu eterno sacerdocio y en el nombre de Jesucristo, dedicamos este Templo de Guayaquil, Ecuador, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a Ti y a Tu Hijo Divino. Acéptalo como la ofrenda de Tus hijos e hijas que te aman y que procuran cumplir con Tus propósitos. Nuestros corazones se allegan a Ti en gratitud por Tus maravillosas bendiciones derramadas sobre nosotros. Con la terminación de esta casa, Tú has dado a los santos de Ecuador todas las bendiciones del Evangelio restaurado de Jesucristo.

Te damos gracias por el profeta José, a quien has revelado Tu voluntad, y a quien has otorgado Tus ordenanzas y Tu autoridad. Te damos gracias por la fe de nuestros antepasados que, al establecer Tu obra en fortaleza, enfrentaron pruebas que sobrepasan nuestro entendimiento.

Estamos agradecidos por los principios del Evangelio sempiterno, por la universalidad de la resurrección hecha posible mediante el sacrificio expiatorio de Tu Hijo Amado, y por la oportunidad de avanzar por el sendero que conduce a la inmortalidad y a la vida eterna mediante la obediencia a Sus mandamientos.

Te agradecemos la inspiración dada a Tu siervo al seleccionar esta propiedad en la cual construir este sagrado edificio. La guía de tu mano fue evidente en el proceso de encontrar y seleccionar este sitio. Te damos gracias por todos los que han obrado tan diligentemente para obtener los permisos autorizando la construcción de esta casa, y los que han laborado para llevar a cabo su terminación.

Ahora dedicamos a Ti y a Tu Hijo este hermoso templo con todas sus instalaciones y mobiliario. Dedicamos los terrenos con la vegetación que en ellos crece, la cual añade belleza a esta estructura. Dedicamos el templo desde los cimientos hasta la figura de Moroni que corona el pináculo. Dedicamos el baptisterio, las instalaciones de las ordenanzas iniciatorias, las salas de investidura, el salón celestial, las salas de sellamiento con sus altares, y toda otra parte de esta sagrada casa.

Vela por ella y, mediante Tu divino poder, presérvala de los elementos de la naturaleza y de cualquier mano inicua que desee desfigurarla o profanarla de cualquier forma. Te pedimos que ninguna cosa impura entre por los portales de ésta, Tu santa casa. Que sea santificada para todos los que vengan, y que no exista la inclinación de parte de hombres y mujeres inicuos de violar la santidad de este templo.

Asimismo dedicamos la estructura suplementaria con todas sus instalaciones y mobiliario.

Bendice a los que presidirán aquí, al presidente del templo y sus consejeros, y a la directora de las obreras y sus ayudantes, y a todos los que aquí presten servicio para administrar las ordenanzas de Tu casa. Rogamos que Tus santos puedan congregarse aquí para adelantar la obra de recibir sus propias ordenanzas y de ofrecer esas ordenanzas a los que están más allá del velo de la muerte, a fin de que se cumplan Tus propósitos eternos.

Imploramos que Tus bendiciones descansen sobre esta nación de Ecuador. Toca el corazón de los que gobiernan, de tal manera que el pueblo sea bendecido con libertad y oportunidades. Que la paz reine en la tierra. Que decrezcan el crimen y la iniquidad, y que aumente el bien.

Haz prosperar Tu obra en esta tierra. Que el mensaje del Evangelio penetre el corazón de las personas en toda la nación. Que entren en las aguas del bautismo y sigan fieles y leales a Ti. Bendice a Tus siervos, los misioneros, y protégelos del peligro y del mal.

Bendice a Tus santos fieles en todo el mundo, cuyas ofrendas consagradas han hecho posible la construcción de esta santa casa. Abre las ventanas de los cielos y derrama bendiciones sobre ellos.

Hoy, con corazones agradecidos, dedicamos y consagramos esta sagrada estructura y sus alrededores al cumplimiento de Tu voluntad y al logro de Tu obra eterna. Rogamos que la influencia de este templo se perciba en toda la tierra como una luz sobre una colina. Te pedimos todo esto en el nombre de Aquel cuya redención ha bendecido a la familia humana y ha abierto el camino para que Tus hijos e hijas avancen en la eternidad, sí, en el nombre del Señor Jesucristo. Amén.